Parece que fue ayer cuando cayó en mis manos, casi de casualidad, el primer disco de The Val, un grupo que surgía de una extinta una formación ochentera de rock melódico que se llamó Yin Yang y que se ganó cierto prestigio por su segundo puesto en una de las ediciones del entonces pujante concurso “Villa de Madrid” y su posterior grabación de un single. Aquel “Back” (2011) representaba la vuelta del grueso de esa formación, ahora con el nombre de The Val, dejándonos una colección de brillantes canciones interpretadas por una banda más madura, donde destacaban la excelsa labor del guitarrista y productor Alfonso Samos y la voz dulce, melodiosa y cálida de Gabrielle de Val.
Ese descubrimiento me impactó y desde entonces siempre he seguido al grupo madrileño muy de cerca, tanto en los numerosos conciertos en que los he disfrutado como con los dos discos más que publicaron (“Heading for the Surface” en 2014 y “King Ocelot” en 2019), en los que se confirmaban como una de las mejores opciones dentro del Rock melódico nacional. Y como siempre he podido comprobar, tanto en estudio como en directo, el talento de Gabrielle de Val se muestra capaz de codearse sin complejos con los mejores cantantes de rock melódico no sólo en el territorio nacional, sino también fuera de nuestras fronteras.
Esta circunstancia no pasó desapercibida para Bruce Mee, editor de la revista especializada británica Fireworks Magazine, quien ya conocía “Back” pero, sobre todo, descubrió el enorme potencial de Gabrielle de Val en la gira que The Val hizo por Gran Bretaña hace unos años. A partir de entonces, tras el contacto establecido en aquel tour, Bruce Mee quiso que Gabrielle fuera una de las cantantes del disco “The Garden” (2022) de un proyecto llamado Circle of Friends en el que homenajeaba a su madre recientemente fallecida.
El siguiente paso no se ha hecho esperar. Con Bruce Mee como intermediario, la compañía Firescape Records se ha decidido a lanzar a Gabrielle de Val como artista en solitario, en una apuesta decidida para que su talento llegue a todos los fans del rock melódico a nivel internacional.
“Kiss In A Dragon Night” es, por tanto, el primer disco en solitario de Gabrielle de Val. Apoyado por una portada alegórica al nombre del disco, su elección no es casual, ya que “Kiss In A Dragon Night” es uno de los cuatro temas rescatados de aquel “Back” y que ahora también aparecen en este trabajo, con algunas modificaciones tanto en el concepto de los temas como por el aliciente añadido de contar en ellos con la colaboración de grandes cantantes del panorama internacional. El disco también contiene otras dos versiones, en este caso ajenas, de los clásicos “Moonlight Shadow” (Mike Oldfield) y “Stayin’ Alive” (Magnum). La otra mitad del disco se compone de seis temas inéditos, firmados por algunos de los destacados músicos que han colaborado en este proyecto.
Y es que la nómina de músicos que han intervenido en la grabación es tan extensa como brillante: En él contamos con las guitarras de Gary Pihl (Boston / Sammy Hagar), Fredrik Folkare (Nordic Union / Unleashed), Steve Norris y Keith Atack; los teclados de Eric Ragno (Joe Lynn Turner / Babys), Steve Mann, Nick Fole y Tommy Denander; en la batería se ha contado con Johan Kullberg (HammerFall) y Fredrik Gustafsson, mientras del bajo se ha encartado Fredrik Folkare.
Además, muchos de los temas están cantados en formato dueto, ya que Gabrielle comparte líneas vocales con cantantes consagrados de la talla de Steve Overland (FM y Lonerider), Mick Devine (The Roads / Seven), Robin McAuley (McAuley Schenker Group), Mark Boals (Yngwie Malmsteen) y Terry Brock (Strangeways). Todo un lujo.
Una vez escuchado con detenimiento este trabajo, lo primero que llama la atención es el sonido y la concepción del estilo, muy en la línea del actual Rock Melódico en boga en el norte y centro de Europa. Sin duda es el disco más potente y con más fuerza que nunca haya grabado Gabrielle de Val. Eso hace que, en comparación con la producción de Alfonso Samos en los trabajos con The Val, se hayan perdido algunos elementos elegantes y sofisticados en pos de una instrumentación y un sonido con más músculo. Esto no es ni mejor ni peor, sino una diferente concepción de lo que “Kiss In A Dragon Night” ofrece al oyente. Además, dado el nivel de los músicos implicados, es evidente que la ejecución instrumental es impecable, siendo los duetos con los otros vocalistas uno de los alicientes del disco.
Según el origen de los temas incluidos en el disco, éstos se pueden dividir en tres claros bloques.
En el primero podemos reunir los temas inéditos, que se intercalan entre las versiones para conformar la mitad del disco. Me llama la atención que ninguno de ellos tenga la autoría de Gabrielle de Val, ya que además de gran cantante es una excelente compositora (de hecho, todos los temas de The Val llevan su firma). En este caso, la autoría de cuatro de los temas inéditos corre a cargo de Steve Overland y Tommy Denander, siendo los otros dos frutos de la inspiración de Mick Devine y Fredrik Berghi en un caso y Judithe Randall, James Christian (House of Lords) y Susan DeiCicchi (E.Z.O.) en el otro.
Todos ellos aúnan la voz inconfundible de Gabrielle y el sentido centroeuropeo del hard melódico contemporáneo, siendo “Fight For Love”, cantada con con Mick Devine, el que se acerca más al estilo habitual de los anteriores trabajos de The Val. Del resto, sin duda me quedo con “Candle In The Window”, mi preferida de los temas nuevos que trae el disco, aunque también tiene su atractivo el puro Rock & Roll que destila “Natural High” (cantado junto a Steve Overland) y la potencia de “Take On The World”, “Fuel To The Fire” y “Let’s Get Something Started”, mucho más cañeros de lo que se podría esperar, conociendo la trayectoria anterior de la cantante hispano-germana.
En cuanto a las versiones ajenas, llama la atención el brusco contraste entre las pistas instrumentales y vocales de “Moonlight Shadow”, con Gabrielle cantando con su dulzura característica sobre una instrumentación potente y con mucha fuerza, provocando un choque de conceptos que asombra en las primeras escuchas. En cuanto a “Stayin’ Alive”, mantiene la esencia y la magia de este clásico publicado por Magnum allá por 1979, ahora con la deliciosa voz de Gabrielle en dueto con Terry Brock.
Como decía al principio de esta reseña, cuatro son los temas rescatados de “Back”, incluidos ahora en este disco. Aquel debut de The Val adolecía de un sonido acorde a la calidad de los temas, así que es un placer escucharlos ahora con más garra.
“Kiss In A Dragon Night” da nombre al disco, manteniendo la misma cadencia original, enriquecida ahora por el mejor sonido y una instrumentación más sofisticada, con Robin McAuley dejando constancia de su clase. Algo parecido ocurre con “When Midnight Comes”, cantada con Mark Boals, que suena ahora más dura, con más riqueza instrumental e incluyendo un gran solo de guitarra.
Me ha gustado especialmente “Pay For The Lonely Nights”, al que le ha sentado muy bien la revisión con la que se ofrece en este disco, adquiriendo la fuerza que le faltaba a la versión original. Por desgracia, no puedo decir lo mismo de “Hold On”, cantada junto a Mick Devine. Transformar un tema tan bueno tiene el riesgo de empeorarlo, y es lo que ha sucedido. “Hold On” es una de las mejores baladas que ha dado el rock melódico en muchos años y ahora ha cambiado a peor. Su delicadeza pide a gritos estar lo más desnuda posible, quizás únicamente con piano o guitarra acústica acompañando la voz de Gabrielle de Val. En vez de eso, han optado por el camino contrario, sobrecargando la instrumentación y dejando a un lado la dulzura original. Además, se han acortado los silencios entre versos en las estrofas, dando la sensación de ser cantada de forma atropellada. Una pena.
Hace mucho tiempo que vaticiné que Gabrielle de Val tenía un hueco en el panorama internacional. No es mérito mío, ya que su talento, voz y presencia escénica así lo indicaban claramente. Dada la situación endémica del rock melódico nacional, la salida fuera de nuestras fronteras es su mejor opción. “Kiss In A Dragon Night” es su carta de presentación para aquellos que no conocieran The Val. Ojalá sea el primero de muchos más pasos hacia el estrellato.
Santi Fernández “Shan Tee”