LÈPOKA “Dios está borracho” (2024)

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Reseña originalmente publicada en catalán en El Rock-Òdrom

Los goliardos tienen disco nuevo, quizás el más esperado hasta la fecha, y aquí lo tenemos. Desde la pandemia con su “Baile de los caídos”, no habíamos tenido nada nuevo de la banda y, aunque ha sido larga la espera, ha merecido muchísimo la pena.

Un disco con una duración de unos 35 minutos pero que se hace aún mucho más corto, con su toque macarra, desenfadado pero con mucho trabajo, explorando nuevos horizontes que ya venían dándonos pinceladas en su anterior trabajo, tonteando inclusive con el sonido Ska, y músicas urbanas, pero sin perder su esencia.

Un título y una portada que no ha dejado indiferente a nadie y un título muy transgresor que pone el foco en todos los problemas de nuestra sociedad, dando inclusive un toque de humor a sus temas, donde la cerveza, el desenfreno y el pasarlo bien es la seña de identidad de la banda. Una banda que reclama su sitio entre las más grandes y que por derecho se lo merecen.

Una portada muy barroca, que nos muestra como si de una pintura en la iglesia se tratara a Jesucristo, que ante tanta pasividad por los sucesos que nos rodean en nuestra sociedad, Lèpoka ha llegado a la conclusión de que Dios está borracho. Podemos disfrutarla tanto en digipack como en vinilo, un formato cada vez más común y que el paso del tiempo trae de moda de nuevo a pesar de sus años de historia.

“Dios esta borracho” es el primer tema del disco, fue uno de los singles para presentar este álbum, muy buena carta de presentación que hace las delicias de sus seguidores, tema para saltar y brincar como es de costumbre, muy Lèpoka, con un mensaje muy transgresor que habla de todas las miserias del mundo, y llegando a la conclusión de que “dios está borracho”

“Brindo por verte” fue el primer single de presentación del nuevo disco, quizás un tema más intimista que el anterior y que juega con tintes más Hard Rock. Un corte que me dejó un poco frio a la primera escucha, pero que gana enteros a la segunda escucha y al apreciar los matices de este tema. Lo que más gustará a la gente es en la parte en la que Dani Fuentes presenta con su violencia, “La llorona”, que hará las delicias de sus seguidores latinos. Un temazo.

“Donde vas”, es un tema que no me entra en demasía, quizás para mí el más simple del disco, aunque he de reconocer que la melodía y los estribillos funcionaran bien en directo. Un tema reivindicativo que habla de la actualidad social y política.

“Antes del amanecer” empieza con un toque folk que me hace recordar a Mägo de Oz, con un estribillo de nuevo muy pegadizo, un tema que me gusta bastante, y cómo no, de nuevo Dani Fuentes haciendo de las suyas interpretando temas clásicos con su violín. Un tema lleno de positividad que no faltará en directo.

“A las calles”, es el tema más cañero y metalero del disco, que me recuerda a los primeros discos de Lèpoka, un tema de nuevo reivindicativo que abarca la actualidad de nuevo social y política de nuestra sociedad y te insta a salir a la calle como el nombre de la canción.

“La nit es nostra” es la siguiente, el primer tema de toda la discografía de la banda que se atreven a interpretarlo en su lengua materna, el valenciano. Hablaban en anteriores entrevistas de que tenían ganas de hacer algo así. Además, en este tema no están solos pues cuentan con una de las grandes sorpresas de este disco, Adrià Salas de la Pegatina, y el grupo la Fumiga.

Este tema se muestra la vena más “pachangera” de la banda, una de las vertientes en las que se mueve Lèpoka y la que pretende encontrarse con otro público, una senda que ya han iniciado al estar presente en festivales como el Rabolagartija. Un estilo que ya mostraron en su anterior trabajo, “El baile de los caídos” y que sin duda pega mucho con el estilo macarra de la banda. Una evolución evidente, sin olvidarse de su verdadera pasión, el metal.

Otra de las sorpresas es el siguiente tema, “Contando al andar”, más Hard rock, con toques celtas como no puede ser de otra manera, pero que cuenta con una de las voces más enigmáticas y mágicas de nuestro panorama, el gran José Andrea, hace su aparición en este nuevo trabajo de Lèpoka.

“Un año más”, para mí, es el mejor del disco, desde que le escuché por primera vez no ha dejado de sonar desde que pongo el disco en el reproductor, las melodías te dan ganas de saltar y sobretodo la positividad que te desprende este tema, hablando de lo importante que son las personas que están a tu alrededor, a pesar del paso del tiempo, y de como dice la canción, “lo ganado y lo perdido”, lo importante es quien está a nuestro alrededor. Espero que entre en el repertorio de su próxima gira.

“El Dorado”, es un tema que se mueve en la nueva variante que pretende explorar la banda, mezclándolo con su toque más melódico y cambios de ritmo, no es un tema que entre a la primera, he de decirlo, a la segunda escucha es cuando uno encuentra los matices del tema y se convierte en todo un himno. Para mí otra de las grandes sorpresas del disco.

“La misma habitación” es la balada del disco, aunque ya he expresado en alguna ocasión que no soy muy partidario de las baladas, tampoco soy participe de que se haga en el cierre del disco. Pero he de reconocer que, a pesar de ello, la temática del tema merece un espacio, un canto a la paz y la libertad, que nos han quitado con tantas guerras y masacres que hoy sufrimos como sociedad.

En definitiva, un disco muy reivindicativo, con sus diferentes vertientes que pretenden explorar y que les ha llevado a estar en festivales diferentes alejados del heavy Metal tradicional, pero que sin duda, les da buen resultado.

Una banda que reclama su sitio entre las más grandes y que por derecho se lo merecen.

Este “Dios esta borracho” pretende poner y punto y seguido su historia, sin olvidar su esencia. Un disco muy recomendado, seas o no fan de Lèpoka, aunque diferente en varios aspectos a sus antecesores. Sin duda alguna, tampoco faltaran temas de sus discos anteriores en los directos y, aunque la estética no sea la misma, ya han dejado claro que amenazan con volver en algunos bolos y eventos a vestir esos ropajes de monjes llamados goliardos.

Los goliardos están más vivos que nunca, y aunque sea una obra distinta al resto, la cerveza no puede dejar de correr por nuestros gaznates, como dicen en todos sus comunicados.

QUE OS FOLKEN

Hugo Martínez