Rosa Negra fue uno de aquellos grupos que pegaron fuerte en el heavy metal nacional de los ’80. Auspiciados por la multinacional CBS, la banda de los hermanos León editó dos discos (“Rosa Negra” en 1984 y “El beso de Judas” en 1985) que lograron buena repercusión en nuestro país. El cambio de tendencia de su Compañía y agentes externos a la banda les llevaron a tirar la toalla hasta que en el festival Leyendas del Rock de 2012 volvió a saltar la chispa que culminó en su regreso discográfico en 2015 con “RN19732015”, comentado AQUÍ en su momento.
Tras ese trabajo, otro período de silencio (más corto, afortunadamente) se ha roto ahora con la edición de un nuevo disco, llamado “Maadre” en honor a la recientemente fallecida madre de los hermanos León, cuyo apoyo y determinación fueron cruciales en los primeros años de sus vástagos en el mundo de la música.
En esta ocasión, Jorge y Nico declinaron su participación en el disco, quedando Tony como el único de los hermanos León que permanece tirando del carro de Rosa Negra. El hueco dejado por Jorge y Nico ha sido cubierto por Tony Montana (Wildside) en la batería y José Luis Aragón (Tritón, Barón Rojo) al bajo, quien ya grabó la mitad del disco anterior. También repite Miguel Ángel López “Cachorro” como guitarra solista, músico experto en revivir grupos ochenteros y que fue uno de los artífices de la reunión de Rosa Negra en 2012.
El disco contiene, además, las colaboraciones puntuales de las voces de Rob Anthony y Antonia Prieto, los teclados de Snoopy (Banzai, Coz), la guitarra de Dani Martínez y los coros de Paco León, Julio Rebollo y Pedro Conesa.
El disco mantiene el estilo inconfundible de Rosa Negra, con ese heavy metal ochentero marca de la casa y la peculiar voz de Tony León, que nos permite reconocer rápidamente al grupo desde la primera escucha. Además, el buen sonido conseguido en los estudios SUP de Cartagena nos permite disfrutar de unos temas que desbordan fuerza y energía. Entre ellos, mis preferencias se quedan con “Attila (Homo Seductorum)”, “Los Caballeros de la Corte del Rock”, “Cantad, cantad malditos” y, sobre todo, “Qué ven en la luz”, a mi juicio el mejor tema del disco, directo y que engancha a la primera, fresco y con una gran interpretación vocal de Tony León.
El disco también tiene momentos más suaves, con dos baladas con el sello Rosa Negra como son “Una negra flor” y “We´re Blinding Our Hearts”, único tema en inglés como recuerdo a los primeros pasos de Tony León en los grupos previos a Rosa Negra, en que utilizaban ese idioma en muchas de sus canciones. También encontramos una sorprendente fusión entre rap y heavy metal en “Un infierno feliz” que en las primeras escuchas nos deja un tanto perplejos, pero al que pronto le encontramos el punto en cuanto superamos la sorpresa inicial.
Mención aparte merece la auto versión de “Espejo del agujero (Madre)”, revisión del tema más conocido de la historia de Rosa Negra y que han decidido grabar de nuevo, con nuevos arreglos que le dan un aire algo diferente, manteniendo el espíritu original de este clásico que contiene una de las letras más duras de la historia del rock nacional.
Con “Maadre”, Rosa Negra demuestra estar en buena forma. Un disco que puede satisfacer tanto a aquellos que les seguimos desde sus primeros discos allá por los ochenta como a los que les hayan descubierto en esta segunda etapa. Junto a otros muchos, son parte de la historia del rock nacional y siempre es buena noticia que vuelvan a la carga.
Santi Fernández “Shan Tee”