El evento fue organizado por la tienda especializada Todobajos, en colaboración con la marca Yamaha. Una ocasión especial para conocer en la corta distancia a uno de los bajistas de rock más reputados de la historia, en un entorno cercano en el que todos podríamos aprender muchas cosas sobre este instrumento, con la experiencia de uno de las mayores estrellas mundiales en este campo.
La entrada era gratuita, previa solicitud de invitación a Todobajos, por aquello de controlar el aforo. Aunque el evento estaba principalmente destinado a músicos en general y bajistas en particular, con buena representación de estos últimos, no fuimos pocos los que nos acercamos por el interés de conocer más en profundidad el mundo del bajo y la personalidad de tan magno invitado.
Una vez en la sala me encontré con varios amigos, algunos de ellos grandes bajistas que estaban muy interesados en la parte técnica del clinic y los comentarios de Billy Sheehan. También los había que, como yo, habían venido al reclamo de conocer de cerca al gran bajista norteamericano.
Tras unas palabras del responsable de Yamaha, empresa patrocinadora del evento, y la intervención de los dueños de Todobajos (Carlos Hervás y José María Godoy), se anunció al primer invitado de la noche, un bajista extraordinario llamado Miki Santamaría, quien hizo las veces de telonero y nos dejó muy grata impresión. Su función no era explicarnos detalles del instrumento o su técnica, sino mostrarnos su habilidad y su talento, que es muy grande. Durante 20 minutos largos nos estuvo mostrando las posibilidades de su instrumento con pasajes en los que combinaba jazz, funk y rock, con curiosas versiones de temas conocidos, entre las cuales me gustó especialmente una de Stevie Wonder, acompañándose por él mismo desde la pantalla de vídeo y creando samples en el momento. Miki Santamaría cerró su intervención con “Extreme Slap Solo”, una demostración que publicó en Youtube hace 7 años y que ya cuenta con 5,2 millones de reproducciones.
Tras el buen sabor de boca que nos había dejado Miki Santamaría, había llegado el plato fuerte de la noche: el clinic de Billy Sheehan. Para ayudar en la traducción, el responsable de relaciones con artistas de Yamaha, Bruno Camadini, subió al escenario y se colocó en un lateral, aunque a decir verdad no tuvo mucho trabajo, ya que Sheehan se esforzó en hablar despacio y vocalizando mucho, por lo que sus palabras en inglés se comprendían muy bien por la mayor parte de los asistentes.
Nada más salir al escenario, Billy Sheehan saludó y arrancó con un solo de bajo espectacular, técnico y muy rápido, según su estilo particular. Toda una exhibición de poderío, con más energía pero menos musicalidad de lo que habíamos disfrutado con Miki Santamaría. Aun así, nos dejó boquiabiertos, como no podía ser de otra forma. Era su tarjeta de presentación.
Tras ello, Billy Sheehan comenzó a hablar, muy simpático y accesible, muy lejos de la actitud que se podría suponer de una estrella del rock. Al contrario, su cercanía y ganas de agradar eran evidentes. Habló de su vida, sus inicios, su infancia, su carrera, su estancia en infinidad de grupos y sus sensaciones como bajista. Como he dicho anteriormente, el traductor tuvo que intervenir en pocas ocasiones porque estaba siendo evidente que le estábamos entendiendo. Me gustó especialmente una frase en la que venía a decir que cuando veía su casa y su coche nunca olvidaba que debía agradecérselos a las personas que compran discos, camisetas y entradas de conciertos, y que es algo que nunca debía olvidar.
Tras su primera intervención se abrió un amplio turno de preguntas entre los asistentes, que trataron tanto de aspectos técnicos sobre el bajo como instrumento o su experiencia personal (por qué usa bajos de 4 cuerdas en contra de la tendencia actual, su forma de calentar o cómo prevenir lesiones) como por su experiencia como músico y las bandas a las que ha acompañado en su trayectoria.
Billy Sheehan quiso dejar bien claro que, a pesar de su estilo y que en sus conciertos siempre hay un solo de bajo, la labor de este instrumento siempre tiene que estar en favor de la canción, que es lo verdaderamente importante, acompañando la mayor parte del tiempo. También subrayó la importancia de hacer equipo y estar siempre bien sincronizado con el batería de la banda correspondiente, para sostener al grupo en todo momento.
Sus explicaciones, sobre todo en la parte técnica, iban siempre acompañadas de una pequeña intervención al bajo para demostrar lo que iba diciendo, siendo muy didáctico.
Para terminar, Billy Sheehan contó una emocionante anécdota sobre su infancia y sus sueños, con un amigo con el que dudaba si dedicarse a vivir de la música o de la pesca, aficiones que les unían a ambos. Y cómo se encontraron muchos años después, cuando su amigo le fue a ver en un concierto, en la época más álgida de Mr. Big, le recordó sus sueños de la infancia, le felicitó por haber conseguido ser profesional de la música y le contó que él había conseguido vivir de la pesca, trabajando en una de las mejores empresas del sector. Con esto vino a decirnos que cualquier persona debe perseguir sus sueños, aprovechar su talento en el campo en el que destaque y aprovecharlo. Toda una declaración de principios.
Como colofón, Billy Sheehan se despidió con un nuevo solo rápido e intenso, en la misma línea de la intervención que había hecho al inicio del clinic.
Una vez terminado el evento, Todobajos sorteó entre los asistentes un aparato para tocar el bajo de forma inalámbrica, mientras Billy Sheehan se apostaba en el photocall para atender la larga fila de gente interesada en una firma o una foto con él.
El clinic resultó todo un éxito, con dos horas y media que se nos pasaron en un suspiro. Gracias a Todobajos, a Yamaha y al talento de actitud de MIki Santamaría y Billy Sheehan, quien a sus 66 años mostró una entrega, simpatía y ganas de agradar dignas de admiración.
Texto y fotos: Santi Fernández “Shan Tee”