JUDAS PRIEST + DRACONIAN – Sábado 6 de abril de 2002, Sala Divino Aqualung (Madrid)

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Creo recordar que hace unos meses me enteré al leer en el foro de la página, gracias a un post del forero Roadwarrior, de que mis queridos Judas Priest volvían a España por segunda vez en menos de un año. Visitando Europa por tercera vez (sin contabilizar el concierto especial de Navidad del 19 de diciembre en Londres), tras haber descargado por el viejo continente en los meses de junio y julio, nada más salir al mercado el tan criticado “Demolition” y en noviembre. Me alegré un montón, ya que este verano por encontrarme fuera de España, no pude asistir a ninguna de sus descargas.

Los británicos venían de su reciente tour por USA en los meses de enero y febrero, tras haber suspendido dicho tour previsto para septiembre y octubre por las consecuencias del nefasto 11 de septiembre.

Esta vez descargarían todo su potencial en salas de capacidad media, no como en el verano que lo hicieron en grandes sitios.

El grupo que los acompañaba en esta nueva gira por nuestro territorio fueron los malagueños DRACONIAN, grupo que tocó una semana antes en la sala Ritmo y Compás de Madrid y que últimamente no pierde oportunidad para formar parte de cualquier cartel (próximamente tocarán con Girlschool en Palencia, A Coruña y también formarán parte de un festival en Maracena (Granada), compuesto por bandas internacionales y nacionales).

A las 19:45, un cuarto de retraso sobre el horario previsto, comienza a sonar la intro. Pero al momento sale el batería del conjunto del sur y anuncia que van a retrasarse debido a un problema en el equipo de Judas Priest. Curiosa anécdota que hizo que la sala se fuera llenando de más gente rezagada, y que volviera a darme cuenta que como no se llegue a buena hora a esta sala, luego es casi imposible encontrar un sitio desde donde se pueda divisar el concierto en buenas condiciones.

Al segundo intento fue la vencida, cerca de las 20:15 de la noche vuelve a sonar la intro de la única obra que tienen en el mercado Draconian. Con sonidos de batalla, relinchos de caballo y acompañándolos la melodía de un teclado, los cuatro músicos toman posiciones en el escenario, con un telón tras la batería con el nombre del grupo, y enlazan con el tema “To Outlive The War”, composición instrumental y que da nombre a su CD. Saludando con un “buenas noches, Madrid”, casi al final del tema, el cantante y bajista Guillermo Prados (camiseta del “British steel”). Sin parar, suena un motor (grabado), “Out Of Control”, un tema con el título-estribillo muy pegadizo. Por los títulos de las canciones no hace falta decir que los malagueños hacen los temas en el idioma de Shakespeare. Aunque, sin ánimo de ofender, deberían mejorar un poquito en la pronunciación.

Continuaron con una nueva composición que me sonó un poco al grupo para el que abrían y en la que durante el desarrollo del tema un roadie tuvo que salir a ajustar mejor el micrófono del bajista y cantante. Comentar que cuando realizaba los agudos le costaba llegar a los tonos. “The Eyes Of The Rain” fue el siguiente tema que sonó, con la ayuda a los coros de los dos guitarristas, el estático Francisco J. Ruiz “Pua” (camiseta de Kiss) y el corretón y posturillas Antonio Cano.

La melódica “Don´t Give Up” precedió a otro tema nuevo, “Pathetic World”, presentado el título en castellano. Y después comienzo baladístico de “I´ll Neaver Leave You”, que luego toma más fuerza a mitad de la canción .

La segunda instrumental del disco y de la noche sonó con el nombre de “Sequences”, con unas guitarras aceleradas seguidas también con rapidez por la batería de José Antonio Ferrer, en el comienzo y final del tema. “Siren´s Song”, al igual que en el compacto es iniciada con sonidos de mar y cánticos de sirena, sonando las guitarras en este tema de mala manera. Y en plan cánticos iniciaban el último tema de su actuación, “The Mandate Of Heaven” y con el que se despidieron tras cerca de 45 minutos descargando su Heavy Metal.

Iba a ser la segunda vez que veía a Ripper Owens con Judas Priest y estaba expectante. Si cabe, más por el continuo rumor de que vuelve Rob Halford y esos rumores deben de fastidiar al músico bastante, en detrimento de sus ganas e ilusiones. Pero a Ripper no parecen importarle esos chascarrillos o eso aparenta. Esta vez lo vi más suelto en escena que en la gira del “Jugulator” y tiene una potencia y rabia cuando cantan que le hacen gran merecedor del puesto que ocupa. Sí, Halford es todo carisma, experiencia y clase y tarde o temprano volverá, pero Ripper es joven y una fiera cantando y si sigue en esa línea y progresa puede llegar muy alto en el negocio de la música.

Se apagan las luces a las 21:30 y todo el mundo grita por la emoción y porque Judas Priest son mucho, ¡qué leche! Se empiezan a vislumbrar las figuras de los músicos en el escenario, luces y… comienzo con un clásico: “Metal Gods”.

A ambos lados de la batería en paneles está el logo rojo que aparece en la contraportada del “Demolition”. El singular Ian Hill, para “variar”, a la derecha y en segundo plano, se hinca en el suelo, como si lo clavaran y de ahí no se mueve. Eso sí, movimientos de cintura para arriba y con el bajo, de vez en cuando, pero no hay más. Le tengo especial admiración a este hombre, que junto con Ken K. Downing fueron los que formaron el grupo. El maestro Glenn Tipton se sitúa en un primer plano de la derecha del escenario, luciendo camiseta de su disco en solitario de hace unos años, “Baptizm of fire”. Su compañero al trabajo de las seis cuerdas, el rubio K.K. Downing a la izquierda. El potentísimo Scott Travis tras el kit de batería y en el centro con chupa de cuero y gorra el rabioso Ripper Owens.

Adoro a este grupo y para mi son lo máximo, pero siempre que los he visto me ha fastidiado un poco que utilicen el efecto de alargar las notas altas del cantante en algunos temas. Si ya lo hace estupendamente, ¿para qué utilizar ese efecto?.

Nos remontamos a 1981 con “Heading Out To The highway”, tema que nunca había tenido el placer de oír desde que los veo en directo. Humo en escena que crea el ambiente para el medio tiempo “A Touch Of Evil”, me emociono y se me pone la piel de gallina con este tema, en especial cuando se dice: “You´re possessing me!”. Aquí Ripper canta con un pie de micrófono que tiene por base el logo del grupo, que mostró en alto en más de un tema.

Cambio de guitarra de Tipton, y Ripper nos dice que el Sacerdote está de vuelta y nos presenta el siguiente tema del “Jugulator”, “Blood Stained”. Y otro clasicazo, “Victim Of Changes”, durante el cual los dos guitarristas se posicionan en el centro del escenario. Ripper se sube a la tarima de la batería, ya sin gorra. Tipton alarga las notas en mitad del tema, sacudiendo su guitarra, ocupando también el lugar izquierdo del escenario. Downing, Tipton y Hill se juntan y se mueven al unísono. Vamos, una maravilla en la ejecución del tema.

Tiempo del “Demolition” con el tema “One On One”, con nuevo cambio de guitarras (cambiaron unas cuantas veces y en determinados temas). Ripper sudaba de lo lindo, por la entrega y la fuerza que ponía, por los focos y porque el joío seguía con el cuero. Travis no paraba con sus malabarismos lanzando las baquetas casi al techo y cogiéndolas al caer y acto seguido golpeando su instrumento.

Sitúan dos guitarras acústicas y ejecutan la versión de la cantautora Joan Baez, “Diamonds And Rust”. Y Scott Travis de pie tocando los platos. Momento en que algunos sacaron los mecheros.

Owens nos pregunta que si queremos más y se le contesta fervientemente. Y nos complacen con otra versión, aunque ya es como si fuera suya de toda la vida, de Fleetwood Mac,“The Green Manalishi (With The Two Pronged Crown)” coreándola la gente y con un buen alarido de Ripper al final.

Downing se hace con su guitarra roja y despliegan la maravillosa “Beyond The Realms Of Death”. Segundo tema del “Jugulator” en oírse esta noche, “Burn In Hell”, con Ripper cantando con mucha energía.

Otro tema del último trabajo, “Hell Is Home”, sustituyendo a “Machine man” en la anterior visita. Al principio del tema Downing tocó la acústica y Travis volvió a ponerse en pie para golpear los platos. Y por fin Ripper se despojaba del cuero.

La locura se apoderó de la sala al ser presentado el rápido e intenso “Breaking The Law”. Una sorpresa con el tema “Turbo Lover”, que creo que no la tocaban desde la gira del “Turbo”, al menos por Europa.

Suena la moto y Ripper, con gorra vuelta, la saca a escena, aunque era de pega, sólo el chasis con el logo en el tanque. Atruena la batería golpeada por la fuerza del descamisetado Travis y la “speedica” “Painkiller” nos azota. Cuando terminan en la ejecución los músicos se marchan.

Suena “The Hellion” y vuelven al instante para unirlo a “Electric Eye”, vistiendo Ripper una camiseta amplia. Dos buenos himnos para ser coreados continúan, “United” y la festiva “Living After Midnight”. Vuelven a abandonar el escenario y el último en hacerlo es el cantante, agradeciendo la entrega del público.

Como colofón al buenísimo concierto cierran con “Hell Bent For Leather”. Acabando sobre las 23:08 y saludando desde el escenario bien sonrientes tras la buena descarga.

Comentar que de su anterior visita cayeron del set-list los temas: “The ripper”, “Machine man” y “You´ve got another thing comin´”. E incluyeron esta vez “Beyond the realms of death”, “Turbo lover” y “Hell is home” y es una lástima que no tocaran como en otros países el tema “Desert plains”.

Al día siguiente cerraban su nueva gira europea en Pamplona y tomarán unas vacaciones hasta las nuevas fechas de verano en USA.

Es muy posible que Rob Halford vuelva, y da pena tras haberse puesto a parir ambas partes. Pero a menudo suele suceder y luego vuelven como si nada, el caso es que los seguidores seguimos picando. Pero bueno, pase lo que pase Ripper me demostró esta noche que está ahí por méritos propios y es encomiable su gran labor al frente de mis queridos JUDAS PRIEST.

Texto: Starbreaker