TRIBUTO A JORGE CAÑAVATE: AZRAEL + CANKER + ESFINGE + DRUIDA + INVITADOS ESPECIALES – Jueves 11 de abril de 2002, Sala Príncipe (Granada)

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El pasado día 11 de abril el rockerío granadino se reunió en la Sala Príncipe de la capital de la Alhambra para recordar y homenajear a la persona de Jorge Cañavate, uno de los responsables de la web Granaheavy.com, recientemente fallecido. En el acto tomaron parte varias bandas granadinas a las cuales, por unas u otras razones, les unía una especial relación con Jorge, y todo el mundo, desde los propios grupos a la sala del concierto, prestaron su colaboración de forma desinteresada. Igualmente, no se cobró ningún precio por la entrada y para asistir sólo fue necesario retirar una invitación en diferentes bares de Rock y tiendas especializadas de la ciudad.

La peña metalera granadina se volcó de forma masiva con el llamamiento y la sala mostró un aspecto inmejorable desde las primeras actuaciones, de hecho las invitaciones se agotaron.

Por motivos laborales, el que suscribe llegó al concierto justo cuando acababa de empezar la actuación de Esfinge, así que desde aquí pido disculpas a las bandas anteriores si las hubiere, cosa que ignoro, ya que sí pude ver a todos los grupos que venían anunciados en el cartel, pero no sé si hubo algún añadido de última hora.

Como ya he comentado antes, la primera actuación que presencié fue la de Esfinge, un sexteto que practica un Heavy Metal con toques Power y que descargó temas de su primer trabajo como “Ley de vida”, la balada “Adiós” o “ Fiebre de oro”. De forma intercalada, también aprovecharon para presentar un par de temas nuevos, “Ocaso” y “Corazón metal”, como adelanto de su próximo álbum, cuya grabación iban a iniciar en los días inmediatamente posteriores a este concierto. El primer amago de despedida vino con una potente versión del “Massacre” de Thin Lizzy y, a continuación, subieron al escenario los miembros de la banda amiga Cinco Duros, que se marcaron una pieza de puro Blues/Rock´n´Roll y devolvieron el testigo a Esfinge, quienes se despidieron ya definitivamente con una segunda interpretación de su tema “Ley de vida”.

La siguiente banda prevista en el cartel eran Absolom pero, debido a una infección de garganta de su vocalista, no pudieron actuar y fueron sustituidos a última hora nada menos que por Canker, la mítica banda granadina de Thrash Metal que, de esta forma, regresaba a los escenarios tras 5 largos años de silencio. Sin embargo, las incidencias no acabaron aquí, ya que la actuación de Canker se vio afectada por otro hecho inesperado: a su batería Miguel Robles el coche lo dejó tirado en mitad de la carretera justo cuando se dirigía al concierto. Así las cosas, la banda buscó una solución de urgencia y decidió saltar a las tablas con la ayuda a los tambores de Raúl, batería de Esfinge.

El “Burnin´Alive” de AC/DC que sonaba como música de fondo en la sala se enmudeció de repente y dio paso al regreso más esperado por muchos de nosotros. Ahí estaba de nuevo la mejor banda de Thrash Metal que jamás diera la piel de toro y abrieron su breve reencuentro con la afición con “Carrion”, tema inicial de su segundo y último trabajo hasta la fecha “Exquisites Tenderness”. En estas circunstancias especiales, el conjunto actuó como trío, con los incombustibles Miguel Hernández a la voz y guitarra y Juanmi Lorenzo “Indio” al bajo, más la ya comentada colaboración de Raúl de Esfinge a la batería. Este hecho inesperado propició que el grupo tuviera que recortar notablemente la actuación prevista y se despidieron tras la interpretación de un explosivo “Inquisition”, éste perteneciente a su primer disco “Physical”.

Y esto fue todo respecto a la actuación de Canker, esperamos volver a verlos muy pronto con un repertorio más largo, como el propio Miguel dijo al despedirse. Una cosa quedó clara, a pesar de su fugaz paso por las tablas, y es que la banda evidenció que continúan en un estado de forma sensacional y que sus temas siguen sonando igual de impresionantes que hace cinco años cuando decidieron alejarse temporalmente de los escenarios y de la actividad musical como Canker.

El siguiente en tomar el relevo fue Eduardo Cañavate “El Druida”, hermano de Jorge y presentador del evento, quien en primera instancia nos hizo una emotiva semblanza de la vida y trayectoria de Jorge en su encomiable labor por difundir y apoyar la música que siempre amó, desde sus inicios en Radio Juventud hasta su última andadura en la web Granaheavy. Tras este sentido homenaje en el que la peña se volcó, Eduardo nos ofreció un corto pero intenso set de canciones acústicas, que comenzó con una versión de “Nothing Else Matters” de Metallica y continuó con un par de temas propios dedicados a su hermano. Una rendición del “Livin´ On A Prayer” de Bon Jovi con la colaboración de varios miembros de Azrael sirvió para poner punto final a la parte más emocionante del concierto.

Tras un breve receso, tomó las tablas Azrael, la banda encargada de cerrar el cartel, que inició su descarga de aproximadamente una hora con el tema “Sacrificio”, perteneciente a su larga duración “Dimensión IV”. La actuación del sexteto, que en esta ocasión volvió a contar con la colaboración de Miguel de Canker al teclado, estuvo dividida en dos partes diferenciadas. Durante la primera interpretaron una serie de temas propios, como “Entre la espada y la pared”“Vuela” o el ya comentado “Sacrificio”, para enfilar a continuación la segunda parte del show con la ejecución de varias versiones de clásicos del Metal. Empezaron con un tema por el que un servidor tiene una especial debilidad, nada menos que el “Perfect Strangers”, uno de mis temas favoritos de la Púrpura Profunda. Se notaba que la banda se sentía a gusto sobre el escenario y, acto seguido, nos obsequiaron con intensas rendiciones de “Come On And Love Me” de Kiss, “Runaway” de Bon Jovi y “Touch Of Evil” de Judas Priest. Fue especialmente reseñable la interpretación de esta última, que les quedó realmente muy bien y en la cual su vocalista afrontó todos los tonos con bastante solvencia. Como cierre definitivo del concierto, el grupo hizo subir al escenario a miembros de la organización, de las restantes bandas y otros amigos de Jorge, y entre todos se marcaron otra canción del Beso, un festivo y coreado “Rock´n´Roll All Nite” que puso el broche de oro final a la emotiva velada justo cuando daban las 12 de la noche.

Y con esto termina esta crónica, sólo me queda daros las gracias a los que habéis leído pacientemente esta reseña hasta el final, y lo más importante:

Jorge, allá donde estés, recibe un fuerte abrazo de todos nosotros.

Texto: Antonio Jiménez (Tommy Vetterli)