Haciendo un pequeño homenaje a aquella película, esto de reseñar discos es como una caja de bombones: nunca sabes qué es lo que va a sonar hasta que presionas el botón de reproducción. En la caja de bombones, todos son (o eso parece) fundamentalmente de chocolate, pero el fabricante procura que el surtido de sabores y sensaciones sea variado, sorprendente y sorpresivo. Quien haya cogido un bombón al azar en cualquier surtido, se habrá encontrado desde bombones cuyo sabor gusta pero sin hacer saltar chispas, pasando por aquellos que mezclan lo previsible con una sorpresa en su corazón, hasta aquellos que no ha habido más remedio que escupir.
En el tiempo que llevo como colaborador de The Sentinel, entre las decenas de CDs que han pasado por mi escrutinio, he escuchado de todo: desde aquellos que sonando a lo que más o menos esperaba, luego me gustaban o no, pasando por discos que de entrada me hacían arrugar la nariz pero, finalmente, celebraba que pasasen a formar parte de mi colección, hasta otros que no he sabido ni por dónde encararlos. En el caso que nos ocupa, el primer LP de los barceloneses Whiskey Lies, titulado “Against the odds”, tuve la impresión de que lo que contenía ese bombón me iba a gustar de principio a fin.
Tras dos EP anteriores, el homónimo de 2014 que se reseñó en esta web y que podéis leer aquí y el “Another Round” de 2015, en este 2018 que finaliza en unas semanas tenemos un álbum que, según nos cuentan en el texto promocional con el que acompañan al disco, los ha llevado donde querían estar. Supongo que se refieren a que han conseguido recopilar un conjunto de canciones con las que se sienten plenamente representados, orgullosos del resultado y que es su verdadera carta de presentación.
La verdad, suena muy bien. O, al menos, a mí así me lo parece. Nada más empezar a sonar la primera canción, pensé “qué familiar me suena esto…” y, coño, si es que empiezan con una versión. Ciertamente, no estoy acostumbrado a ver discos que abran con una canción de otro grupo, normalmente se encuentran en la segunda mitad de los mismos o, a menudo, para cerrarlos, aunque haberlos, haylos. Se trata de “Lift U Up” de los Gotthard, una canción fresca y animosa que apunta al rollo que respira este LP. Y es que “Against all odds” ha tenido la facultad de ponerme de buen humor. Aunque la base de su música es el Rock, creo que aquellos quienes disfrutan de Funk van a apreciar también mucho las canciones que aglutina el disco, provocando un arqueo de las cejas hacia arriba y un ligero movimiento de caderas en un intento soterrado por hacerte bailar. Estoy muy lejos de ser un entendido en Funk y que me perdonen si lo que digo a continuación es una barbaridad, pero los británicos Jamiroquai me han venido enseguida a la cabeza. No sólo por algunas de las canciones en sí, también por la manera de cantar de Manu Soria, de quien me ha encantado su timbre. Juegan además muy bien con los coros, de cuyas voces se encargan Beatriz Peidró y Sònia Redondo.
“Cross The Line” y “Underdogs”, cerrando la primera mitad del álbum, junto a “Trial By Fire”, son aquellas en las que encontraremos más hard rock, con más presencia de las guitarras de Gabriel Garrido y Sergi Abellán. Todos (añadiendo a Oscar Via, Gerard González y Matías Lizana que son bajo, batería y teclado, respectivamente) suenan estupendamente. Marc Ferrando y Dani Garcia han hecho lo que me parece un estupendo trabajo grabando, mezclando, masterizando y produciendo este disco.
El Soul y el Blues también están presentes en temas como “Us Two”, magnífica opción para una cena con luz tenue o un paseo al atardecer. Lo más bailable de “Against the odds”, viene a continuación con “Out Of Your League” y, sobre todo, “Moonwalk” que, a pesar de ser la que se aleja más de los estilos que suelen resonar en las paredes de mi casa, más acostumbradas al Heavy Metal, es mi favorita del disco. Teniendo esto en cuenta, un par o tres de canciones verdaderamente cañeras, como apunta la que cierra el álbum, “Bullshit”, habrían hecho que la sensación de trabajo redondo hubiera pasado por mi cabeza, pero qué duda cabe que “Against the odds” consigue lo más importante: disfrutar de la música y saborear sonidos, ritmos y estilos a los que no estamos especialmente acostumbrados.
Jebimetal