SUPERSUCKERS – Sábado 26 de julio de 2003, sala Stereo (Alicante)

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No sé por qué leches nos siguen anunciando los conciertos a una hora antes de la real, cuando todos sabemos que van de farol y que ese tiempo lo vamos a emplear de plática y llenando el monago en el bar de al lado, como así fue. Lo cierto es que los quintos de cerveza no nos sirvieron de mucho, puesto que fue entrar en esa sauna llamada Stereo y saltar la cebada por los poros (ni el mismísimo infierno, oye).

A las doce más o menos salían a escena Ron Heathman (guitarra), a la izquierda según se mira y con una camiseta luciendo “Heavy Metal nosecuantos” que saltaba a la vista, el magno “Thunder” Bolton (guitarra) a la derecha, éste luciendo tapete de Danko Jones, al fondo en los timbales el teleñeco de Dancing Eagle (cómo me recordó a Mikkey Dee), y al frente del cotarro, cómo no, mr. Eddie Spaghetti, sombrero en ristre, gafas de sol y camiseta “Hustler”, para llamar la atención.

No recuerdo haber sentido un complejo de pollo tan grande en mi vida. Para que os hagáis una idea, si la sala puede albergar holgadamente a 250 personas (aproximadamente), lo más seguro es que hubiera 500 (sin exagerar), así que veo lógico que alguno que otro decidiera hacer ‘piscinismo’ desde un principio.

A base de cuernos y pose rocker, los de Tucson arrancaron a tumba abierta con el nuevo “Rock’n’Roll Records (Ain’t Sellin’ This Year)”, tal y como se abre su reciente y competente “Motherfuckers Be Trippin’” (¿se puede decir esto?), del cual sonaron también “Rock Your Ass”“Pretty Fucked Up” (¿y esto tampoco?), “Bubblegum And Beer” o el medio tiempo “Sleepy Vampire”, que en directo y con el permiso de la acústica de la sala, que esta noche se portó como merecía la ocasión, ganaron como todo buen punk’n’roll. Afortunadamente y como ya digo el sonido acompañó a la perfección, claro que por esta zona levantina nos solemos dar con un canto en los dientes a la primera de cambio.

Entre las nuevas y con el beneplácito del respetable por supuesto las clásicas, tales como “I Want The Drugs”“The Evil Powers Of Rock’n’Roll” o el ya lejano “Caliente”, que no podía faltar a la cita en una noche tan cálidamente española como la que tuvimos. Pero el momentazo, al menos para el que suscribe, los dos covers que se vienen marcando este tiempo atrás, el memorable “Cowboy Song” de Thin Lizzy y el nuevo himno generacional de Turbonegro, “Get It On”, sin duda el mejor acogido de todos los de la noche, lo cual da qué pensar, ya que si bien los de Phil Lynott pueden considerarse un clásico (malditos, pero clásicos), que una versión de un grupo más joven que el tuyo te sirva de revulsivo en un concierto huele una miaja, como dirían en mi pueblo (¿y ese “The Fight Song”, vaqueros?).

Al final agobio general por parte de público y grupo y casi deseo de que acabara aquel infierno, nunca mejor dicho. Un concierto letal en cuanto a repertorio y ejecución (bastoncillos para los oídos, como diría un colega) pero quizá un tanto mermado por el asfixiante calor de la sala, esperemos que lo remedien en breve. Un par de horas más tarde nos los encontrábamos de bares, pero el tiempo de plática había pasado hacía ya rato. Ah, que no se me pase: gracias a estos bastardos, Turbonegro, Nashville Pussy, Gluecifer o Hellacopters, sin ellos la vida sería mucho más aburrida. Rockin’ To The Core!

Texto: Bubba