A veces se nos olvida que el rock and roll nació como diversión. Es cierto que muchos grupos trabajan en pos de la excelencia musical, y todos disfrutamos con ello, pero los caminos del rock son muchos y variados, y no está mal encontrarse de vez en cuando con bandas cuyo componente lúdico sea su mejor argumento.

Este es el caso de Johnny B. Nasty, quien tras una década al frente de Nasty Army, decidió emprender su carrera en solitario con aquel “Johnny B. Nasty & The Rock Circus” (2010) que comentamos en esta misma web hace unos años. Ahora nos ofrece su segunda entrega, “Nastyvity In Black”, en el que se muestra aún más descarado, con una actitud más punk dentro del rocanrol simple y directo que sigue siendo su seña de identidad.

Johnny no duda en mostrarnos sus influencias más evidentes, ya que “Comecerebros” suena a W.A.S.P. que tira de espaldas, y se podría decir lo mismo de “Cómprate una vida” en relación a Kiss. Por cierto, que hablando de Kiss, el disco contiene una versión del clásico “Naked City”, solvente en lo instrumental aunque cojea en la parte vocal y que, como curiosidad, cuenta con la participación de José Luis Campuzano “Sherpa” tocando… ¡el Hammond!

Sus buenas relaciones con el ex bajista de Barón Rojo han dado lugar no sólo a que el Sr. Campuzano haya metido esa pista de órgano Hammond (testimonial, todo hay que decirlo), sino que ha conseguido que Carolina Cortés, sin duda una de las mejores letristas de este país, haya creado el texto de “Ego te absorbe”, que además es uno de los mejores temas del disco.

La lista de colaboraciones no termina aquí, sino que es bastante extensa, en su mayor parte de personas totalmente desconocidas por mi (supongo que serán amigos personales), con la excepción de Star Mafia Boy, quien mete su guitarra y hace dúo vocal con Johnny en el tema “Satanizado”, un tema directo muy en la línea del guitarrista y cantante madrileño.

En el resto del disco, luces y sombras. Desde temas excesivamente simples como “Hey, garrulo!” o “Me he convertido en un zombie adolescente”, que recuerda extrañamente a los grupos de la Movida Madrileña de principios de los ’80, a otros algo más elaborados, como “Chikatilo” o “La última canción”, mi preferida junto a “Ego te absorbe”, pasando por un sorprendente Surf Rock instrumental llamado “Johnny the fucks”.

El sonido, algo de andar por casa, denota falta de medios, aunque no creo que sea algo que obsesione a Johnny B. Nasty, quien siempre muestra pasión en todo lo que hace.

El resultado ya va en gustos.

Santi Fernández «Shan Tee»