SAXON + MASTERPLAN – Viernes 23 de marzo de 2007, Sala Macumba (Madrid)

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Pensaba que sería otro concierto más de la docena larga que les he visto, pero no. Solamente con ver la fila de heavies de mi época que esperaban la apertura de la sala tres cuartos de hora antes de que empezara ya me pude hacer una idea de lo que iba a ver. Hacía años que no veía tanta camiseta de Saxon entre la fauna que nos dimos cita en Macumba la tarde del 23 de marzo.

Tras dejarme la pasta en el tenderete de merchandising me acoplé en mitad del medio para intentar ver/escuchar lo más centrado posible, con una holgura suficiente para tomar notas, holgura que pronto se convirtió en apretura y más tarde en agobio, directamente. La sala se llenó a rebosar, como hacía tiempo que no veía, de gente muy expectante y suficientemente informada de lo que iba a ver según las conversaciones que escuchaba alrededor. Esto de Internet es la leche…

De Masterplan apenas conocía nada. Me escuché deprisa y corriendo sus tres discos antes del concierto, pero si en lata me parecían interesantes, en directo me dejaron una sensación agridulce. Se nota que son buenos músicos, pero entre el sonido de la primera mitad del concierto y el afán de protagonismo de Mike Terrana terminaron por estropear la imagen que tenía de ellos.

Mientras Starbreaker se fue a bucear entre las primeras filas para tirar unas fotos, me quedé en la retaguardia estudiando la situación y tomando notas. Me vais a perdonar que no os relate el set-list completo, pero solamente identifiqué “Lost And Gone”, “Spirit Never Die” (estas seguras) y creo que “Masterplan”, “King Hearted Light” y “Soleburn”, pero no estoy del todo convencido. No estoy muy puesto en este grupo, ya digo, pero el caso es que el sonido fue horroroso hasta casi el final, sin guitarra ni bajo ni teclas, con la batería atronando y la voz de Mike DiMeo por las nubes.

Un mito que cayó fue el de Mike Terrana. No había tenido aún la ocasión de verle en directo, y la idea que tenía de él cambió al final de su actuación. Sus constantes malabarismos, su forma de aporrear la batería, y su solo en mitad de una actuación de poco más de 40 minutos (absurdo, y eso que soy un firme defensor de los solos en los conciertos) terminaron por cansarme. Eso sí, cada canción terminaba exhausto, pero tiene un desmedido afán de protagonismo. Aparte de esto, tampoco entiendo por qué lleva dos bombos si las mazas solo golpean en el derecho… en fin, que aparte de darle fuerte a los parches y conseguir desviar la atención del resto del grupo, tiene un sentido del ritmo que no terminó de convencerme, lo cual no quiere decir que no me parezca espectacular o contundente.

Quien sí me gustó, y mucho, fue Mike DiMeo (por cierto, clavaíto a Juan Olmos, de Punto de Mira). ¿Y la “estrella”, Roland Grapow?, pues allí, a la izquierda del escenario, con su Les Paul ensordecida por los golpes de Terrana. Integrado en el grupo y padeciendo el mal sonido, como el resto.

En resumen, un concierto que deja entrever el potencial de la banda pero que deja claro que ‘no suenan’. Solo correcto.

La última vez que vi a Saxon en la sala Macumba fue en la gira de “Killing Ground”, en octubre de 2001. Aquella vez el lleno fue con holgura, esta vez no había hueco posible, lo que sirve para medir la recuperación del grupo en los últimos años a base de buenos discos y mejores directos.

El escenario esta vez estaba más cuidado que en anteriores ocasiones, con un telón de fondo en el que se reproducía la portada de su último disco “The Inner Sanctum”, la batería en un pedestal sobre los Marshall y dos plataformas a ambos lados con sendas rampas. Luces más tenues y dominio de los colores azules y violetas completaban una ambientación modesta pero efectiva.

“State Of Grace” dio inicio a la actuación. Buen sonido desde el principio y durante todo el concierto, aunque quizá algo baja la guitarra de Doug Scarratt, lo que restó brillantez en algunos momentos de la actuación, especialmente al doblar la otra guitarra o en los acompañamientos a los solos de Paul Quinn.

La voz de Biff está en mucha mejor forma que en giras anteriores. Es increíble lo bien que se ha adaptado, el aguante durante todo el concierto (no se resiente en ningún momento) y lo profesional de alguien que no nació para cantante pero que ha sabido utilizar su herramienta de trabajo sacándole el máximo partido y convirtiéndola en una de las señas de identidad del grupo. Impresionante.

Sobre el gran trabajo de guitarras ya hemos hablado en muchas reseñas, sin embargo tengo que volver a denunciar que Doug la caga en lo solos de los temas clásicos. No es que yo esté diciendo que su obligación sea la de reproducir la parte de Graham Oliver, pero es que lo que hace es tan radicalmente distinto y tiene esa forma tan… chapucera podríamos decir, que a veces hace irreconocibles determinadas partes. Para colmo se marca un solo delante de “Wheels Of Steel”que no hace sino dejar al descubierto sus carencias. Yo no lo hubiera hecho, forastero. Eso sí, en los temas nuevos se nota que se ha trabajado mucho más su parte, cuestión que queda clara especialmente en el disco. Paul Quinn por el contrario, y pese a que ya ha desistido de la idea de ponerse pelucas y dejar las gafas en el camerino (no ve tres en un burro, le pasa lo que a mí…), sigue demostrando lo buen guitarrista que es. Pegado a su MusicMan (modelo Eddie Van Halen) excepto en “Crusader” y “I’ve Got To Rock (To Stay Alive)” que la cambió por una Gibson Les Paul, estuvo algo fallón en algunos temas, pero demuestra su enorme calidad como músico.

Del trabajo de Nibbs Carter solo tengo buenas palabras. Un músico que ha ido evolucionando hasta desarrollar su mejor trabajo con diferencia en el último disco. Ha cambiado su instrumento por un MusicMan Stingray, ligeramente saturado, que le da un empaque al sonido del grupo que no lograba en anteriores discos y actuaciones. Es quien se encarga de las introducciones con su pedalera, hace coros y se permite el lujo de beber agua mientras toca con una mano (y el pipa le toca la parte restante, dicho sea en el mejor de los sentidos…). Bueno, y lo del cuello de este hombre no es normal, algún día vamos a tener una desgracia, ya veréis.

Mención aparte merece el trabajo de Nigel Glockler, mítico batería que pasó por las mejores etapas de Saxon, que colaboró con gente dispar y que, tras su salida del grupo, colgó las baquetas. Ahora, rescatado varios años después por el propio Biff, sigue demostrando su maestría tras los parches. Sin hacer tantos aspavientos como Terrana, y aún sabiendo que las comparaciones son odiosas y algo más, le dejó a la altura de los zapatos. No solamente por tener un gusto tocando que solo se consigue con años de experiencia, sino por su dominio del doble bombo (su interpretación de “Witchfinder General” sacaría los colores a su autor original Jörg Michael) y de todas las demás técnicas, por su sonido tan personal e inconfundible y por ser el director de una orquesta que suena perfecta en gran parte gracias a él. Sencillamente impresionante, el mejor. Desde la gira del “Unleash The Beast” en 1998 no había vuelto a escuchar los clásicos con sus golpes originales en la batería (insuperable la versión que se marcaron de “Power & The Glory”). Que no vuelva a irse, por favor.

Y qué decir del público, pues que no hacía falta más que mirar las caras de los músicos. Saxon vienen tanto a España porque dudo que haya otro país en el que se sientan más arropados. Ya filmaron aquí su video “Live Innocence” por esa razón, y ellos estaban flipando tanto o más que los que estábamos abajo. Ambiente inmejorable para una de las mejores actuaciones que yo les haya visto, que ya son muchas. Satisfacción general que respondió plenamente a las expectativas creadas, a tenor de las caras de felicidad que portaba el personal a la salida de la sala. Mención especial, por la locura colectiva en la que entraron/entramos todos, a temas como “Réquiem (We Will Remember)”, “Princess Of The Night” o “Motorcycle Man”. Para recordar muchos años.

En general un gran concierto, con un set-list acertadísimo en el que tocaron prácticamente todo su último disco (a excepción de dos temas) e incluyeron los clásicos justos y necesarios, con recuerdos a discos más recientes. Eso sí, echo de menos algún tema de discos como “Unleash The Beast”, “Forever Free” o “Innocence Is No Excuse”, por ejemplo, pero no se puede tener todo. Biff estuvo toda la noche dando las gracias al público y a Masterplan, y dedicó “Denim and Leather”con gran acierto a las generaciones pasadas, presentes y futuras. Es cierto que había mucha alopecia, pero también mucha gente joven, lo cual dice mucho del grupo y del género.

¡Qué peazo concierto!, impresionante.

Esto es lo que tocaron (set-list, antes llamado “repertorio”):

– State Of Grace

– Let Me Feel Your Power

– Motorcycle Man

– If I Was You

– Witchfinder General

– Strong Arm Of The Law

– The Great White Buffalo

– We Are Travellers In Time

– To Hell And Back Again

– Red Star Falling

– Requiem (We Will Remember)

– Princess Of The Night

– Crusader

– I’ve Got To Rock (To Stay Alive)

*****

– Empire Rising / Atila The Hun

– Power And The Glory

– Dallas 1 PM / 747 (Strangers In The Night) / And The Bands Played On

****

– Wheels Of Steel

– Denim And Leather

– Ashes To Ashes

Texto: Alvar de Flack

Fotos: Alvar de Flack y Starbreaker