Editorial Abril 2008: “Una nueva capa de Asfalto”

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De entre todos los grandes nombres del Rock español que en estos tiempos están volviendo a la actualidad, el de Asfalto era uno de los grandes ausentes. Entre todos los componentes que han hecho grande este nombre, el único que parecía indicado para una nueva “resurrección” era Julio Castejón, y no parecía estar por la labor. Desde el final de su última etapa, allá por 1994, con aquel disco tan bueno como ignorado llamado “El planeta de los locos”, y quizás desanimado por su poca repercusión, Julio decidió emprender su carrera en solitario lejos del nombre con el cual había construido toda su carrera.

En todo este tiempo lo ha intentado de diversas formas. Reunió un grupo de músicos fabulosos (“Los Trípodes”) con los que editó un par de discos con una calidad incuestionable, pero que en el ámbito comercial no consiguieron gran cosa, ni le permitieron recuperar ni de lejos las grandes audiencias que reunía Asfalto en sus mejores tiempos. Aún así, y a pesar de reiteradas peticiones que le llegaban, siempre se mostró reacio a recuperar el histórico nombre de Asfalto. Vistas así las cosas, y tras la desmembración de Los Trípodes, Julio reunió otro puñado de grandes músicos y buscó un nombre que le desvinculara de su pasado. Su elección, Arihan, se quedó en un intento. Digamos que le atropellaron los acontecimientos. La gira prevista “Nos va la marcha”, en la que se recuperan formaciones de los ’70 y ’80, preveía que este mismo grupo utilizara el nombre de Asfalto para esta gira, y el de Arihan para sus presentaciones en solitario. Un sinsentido que al final desembocó en lo que muchos esperábamos: la vuelta definitiva del nombre de Asfalto a la actividad.

Esta decisión ha levantado cierta polémica en el mundo del Rock. ¿Esto es realmente Asfalto? ¿Es correcto que Julio haya recuperado el mítico nombre para este nuevo proyecto? Seguramente estas preguntas, y otras parecidas, fueron también planteadas en 1978, hace ahora 30 años, cuando la formación original de Asfalto se rompió y nos llegó un novedoso “Al otro lado”, sin ninguna de las voces de la primera formación, sin una de las guitarras, con un bajista nuevo y un teclista. Y con un cambio de estilo. El tiempo nos ayudó a asumir que aquello también era Asfalto, como lo fue también con la exitosa presencia de Miguel Oñate.

Ahora estamos en una situación parecida. Todos somos conscientes que esta nueva formación sólo contiene un miembro reconocible en la carrera de Asfalto, pero todos coincidimos también en que, de haber alguien que pudiera hacerlo, ese es Julio Castejón, que se ha mantenido al frente del grupo todos estos años.

Un grupo vive de ilusión, de talento y de pasión por la música. Pero también vive del reconocimiento de su público, de ver suficiente afluencia en sus conciertos y de tener una ventas de discos suficientes para, al menos, no perder mucho dinero. Las cosas son así. “Julio Castejón y los Trípodes” murió de inanición y, seamos realistas, Arihan llevaba el mismo camino.

¿Ha servido de algo recuperar el nombre de Asfalto? Su apretada agenda de conciertos y los dos días de lleno en La Sala Live! de Madrid dicen que sí. Las primeras cifras de ventas de discos lo confirmarán, pero yo apuesto a que también. Dando por sentado que nadie de los que compramos un disco o una entrada pensamos a estas alturas que nos vamos a encontrar a José Luís Jiménez o a Miguel Oñate, hay que reconocer que el nombre de Asfalto ha sido el resorte necesario para recuperar a muchos seguidores que parecían perdidos.

Es muy posible que los seguidores más jóvenes no comprendan la grandeza de este regreso, desconocedores de lo que Asfalto significó para el Rock español de los ’70 y ’80. Pero los que vivimos esa época debemos estar orgullosos de que, ya en el siglo XXI, Asfalto llene aforos de nuevo.

“Hoy, aquí, con algo nuevo que ofrecer

es hora de romper, con todo lo convencional

abre tus ojos y escúchame, mi música es sinceridad,

si entre nosotros hay conexión, no hace falta más.”

Shan Tee