Son más de 20 años de trayectoria, un buen puñado de discos, concierto tras concierto, festivales aquí, allá y más allá, teloneando a bandas de lo mejor de la escena, estatal y foráneo. Un ejemplo de esas bandas de pico y pala, entregados a la música por la que sienten pasión, el Heavy Metal. Me imagino que ya sabrás de quién estoy hablando: los barakaldeses Vhäldemar.
Desde aquella primigenia demo (o primer CD, no estoy seguro) que solía ver expuesta en la barra del extinto Pub Amnesia, un garito heavy que hubo en Toro (Zamora), hasta este 2024 en el que han publicado su séptimo disco en estudio, ha pasado cerca de un cuarto de siglo. Un transcurso de tiempo en el que la banda ha forjado un bagaje sólido e indestructible que los ha llevado a grabar uno de los mejores discos de Heavy Metal del año en este país. Pienso que no les irá mal, tanto en las ventas como en los directos que darán fuera de nuestras fronteras, como por ejemplo en Japón, con unas cuantas fechas ya cerradas.
Liderados por su alma mater, Pedro J. Monje (guitarrista, compositor, productor…) y su compañero Carlos Escudero (cantante, letrista y auténtico titán de directo) como únicos miembros originarios, más el bajista Raúl Serrano, Jonkol Tera al teclado y Jandro Tukutake tras el set de batería, se metieron en los estudios vizcaínos Chromaticity Studios, propiedad de Pedro J. Monje, y bajo su batuta han dado a luz a este poderoso y brillante “Sanctuary Of Death”, que ha contado con colaboraciones como las del pianista Diego Zapatero (Mercury Rex, Melodius Deite), el teclista Pablo Sancha (After Lapse) o el guitarrista originario de Indonesia, Gavin Ledema.
Esta obra está compuesta de 11 temas, de los cuales ya pudimos escuchar un par de adelantos que nos dejaban entrever lo que se nos avecinaba con este “Sanctuary Of Death” que viola luz el pasado 10 de mayo.
El primer golpe de autoridad lo muestran con el primer tema llamado “Devil´s Child”, uno de los dos adelantos mencionados anteriormente. Un trallazo de genuino Heavy/Power, arrancando con un ritmo ligero del batería Jandro Tukutake, acompañado del bajista Raúl Serrano e impulsándose hacia el terreno donde el maestro Pedro J. Monje hace sonar su guitarra como nadie, para que Carlos Escudero comience con ese asombroso fraseo. Estoy seguro de que el señor Eric Adams (Manowar) de sus mejores tiempos te venga a la mente hasta avanzar hacia unos estribillos gammarayanos muy coreables, instalándose en tu cabeza de manera que no verás la forma de que desaparezcan. Todo ello acompañado por una base rítmica que no te da respiro, atacando nuevamente Pedro J. Monje con un solo para acabar el tema con un agudo seco y punzante de Carlos Escudero. Estoy convencido de que este “Devil´s Child” está llamado a ser uno de esos clásicos que no podrán faltar en sus conciertos.
Con “Dreambreaker” continuamos en un incesante y batallador trote sonoro donde el teclado de Jonkol Tera se reta en duelo con la guitarra de Pedro J. Monje, deleitando a todos los presentes al combate. Otro buen estribillo de Carlos Escudero (por un momento, antes de llegar a la estrofa principal, me recordó a los Helloween de Andy Deris), el cual es arropado de unos coros supremos donde nos dejará un breve regusto a los piratas capitaneados por Rolf Kasparek (Running Wild).
“Deathwalker”, con letra de Jonkol Tera y un piano inicial envuelto en un espacio apocalíptico, nos transporta a un ambiente tenebroso y épico, con ritmos retumbantes que maridan perfectamente con las guitarras de Pedro J. Monje.
La canción que da nombre a este disco, “Sanctuary Of Death”, tras una épica introducción da paso a un tema con mucha fuerza, cargado de melodía con otro estribillo muy Power Metal, donde nuevamente se hace querer esa combinación de teclados y guitarra, con la colaboración del teclista Pablo Sancha (After Lapse).
No todo en el disco está compuesto de aguerridos y galopantes ritmos powermetaleros. En “Forevermore” nos topamos con un medio tiempo más pausado pero rebosante de sonidos épicos. Suena un solo de guitarra junto a unos riffs poderosos de Pedro J. Monje, todo acompañado por la voz de un sobresaliente Carlos Escudero que se amolda a la exigencia del tema.
Ya en el ecuador de la obra nos encontramos con otro retorno al más puro sonido Heavy Metal. Efectivamente, me refiero a “Heavy Metal”, toda una declaración de intenciones donde las guitarras del comienzo, con esa melodía sublime (poniéndote los pelos como escarpias), los riffs cegadores, el sólo incendiario junto a un estribillo sencillo pero efectivo, hará las delicias de todo buen degustador del metal de estos Vhäldemar.
Uno de los momentos más candentes se halla en “Old King´s Visions (Part VII)”, el segundo anticipo que nos dieron antes de mostrarnos la obra completa. Todo un clásico en su discografía y donde esta parte séptima es incluida en el séptimo disco y colocada en la séptima posición del tracklist del álbum. Una burrada sonora con una batería y un bajo galopando de forma desenfrenada, unos teclados que te hacen levitar y con estribillos gloriosos cargando el tema de momentos muy épicos.
“Journey To The Unknown” continúa en la gloria de esta batalla metálica, mucho sonido power, con una contundente base rítmica unida a unos riffs afilados que van empujando a la cumbre del reino, siendo acompañado de estribillos grandiosos que se te instalan en la cabeza, un sólo de Pedro J. Monje magnífico y un Carlos Escudero inmenso en todas las partes vocales.
Y ahora es donde entra “Brothers”, el tema más emotivo de este “Sanctuary Of Death”. Aquí se apartan de las batallas épicas de sus textos con una letra obra del bajista Raúl Serrano en memoria de Manuel Monje, fallecido hace un par de años y hermano del guitarrista Pedro J. Monje, siendo una persona muy vinculada y querida en el seno de la banda. La sorpresa se encuentra en la voz: en principio era un tema para ser cantado a dúo entre Carlos Escudero y Raúl Serrano, finalmente siendo únicamente Raúl quien la canta. Personalmente creo que le da un cariz especial. Quizás no suene a Vhäldemar, debido a que no suena la voz de Carlos Escudero, pero esa tesitura más melódica no utilizada en la banda anteriormente sorprende agradablemente. Luego me enteré de que Raúl tiene por ahí otra banda o proyecto (Lebenback) donde ya ha probado la parte vocal. El tema en sí es una pasada, donde el trabajo de composición de Pedro J. Monje es grandioso, con unas guitarras de buen acceso para los oídos y buenos cambios de ritmo, en un poderoso tema de hard melódico que da el punto de frescura al disco.
El combo vizcaíno vuelve a la senda más Vhäldemar con “The Rebel´s Law”, un tema con toda la banda dándolo todo y destacando nuevamente esas guitarras de Pedro cargadas velocidad y melodía bien llevadas, con un Carlos Escudero recordándome nuevamente al Andi Deris de nuestros queridos Helloween.
Cierra esta obra la instrumental “The Last Flame”, compuesta por Pedro J. Monje (como toda la parte musical del disco) y donde aparte de las geniales guitarras del maestro también destacan las partes de piano, ejecutadas por Diego Zapatero (Mercury Rex, Melodius Deite), otro de los músicos invitados. En resumen, un deleite instrumental que sirve para cavilar sobre esta gran obra completa de puro y genuino Power / Heavy Metal. “Sanctuary Of Death” muy posiblemente marque un antes y un después en la ya dilatada carrera de esta banda, no dejándote indiferente.
Y qué más deciros… solamente una pequeña apreciación: en esta última edición del festival Zurbarán Rock de Burgos recién concluido en el que actuaron grupos de diversos calibres y de calidad contrastada, unas más consagradas, otras menos, Vhäldemar ha sido una de las bandas incluidas en el plantel. Tras el final de su apabullante concierto me dirigí directamente hacia su puesto del merchandising para comprar su nuevo disco, como el colega con el que coincidí al comienzo del concierto de los de Barakaldo y que más tarde, ya al final del festival, volviera a verle vistiendo su nueva camiseta adquirida en el festival con la portada del “Sanctuary Of Death”. Por cierto, quiero destacar también el grandioso artwork por parte Darkgrove Design. Comento todo esto para daros a entender las positivas sensaciones que tengo con esta banda y su nuevo disco, un reconocimiento emergente que no viene por gracia divina, sino que es fruto de casi 25 años de duro y constante trabajo que da pie a que con 7 álbumes sigan produciendo nuevos clásicos en su repertorio sumados a los ya existentes de por sí.
“Santuary Of Death”, un álbum que atrapará a todos los amantes del Heavy / Power Metal. Ya sabéis, como dice su grito de guerra… ¡A muerteee!
Rubén PG.