JAIME KYLE “Wild One” (2022)

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A lo largo de mi vida han pasado por mis oídos cientos de discos, grupos y artistas de todos los estilos. De todos ellos, algunos llegaron para quedarse y otros desaparecieron de mi memoria sin dejar apenas rastro. Es imposible hacer un seguimiento a todos, lo que provoca que, en numerosas ocasiones, algunos artistas queden en mi olvido de forma injusta, quizás eclipsados por otros lanzamientos, un estado de ánimo no proclive o, simplemente, camuflados entre otros discos que gozaron de más atención por mi parte sin saber muy bien por qué.

En el caso de Jaime Kyle, debo reconocer que hasta hace pocos meses su nombre solo me resultaba vagamente familiar. Entono el mea culpa, ya que sí recuerdo haber escuchado su disco “Back from Hollywood” allá por 1996, dejándome buenas sensaciones, pero desde entonces le perdí la pista y no volví a saber de ella hasta hace dos años, cuando llegó a mis manos el disco “The Garden” del proyecto Circle of Friends que organizó Bruce Mee en memoria de su madre fallecida (ver reseña AQUÍ).

En aquel disco, entre la pléyade de cantantes que se repartían las canciones de ese trabajo, aparecía un tema llamado “Take My Love To Heart” en el que Jaime Kyle ponía su cálida voz.

Sin embargo, el detonante para que yo redescubriera a esta cantante y compositora norteamericana fue la gira de Kingdom of Madness por nuestro país, ya que este grupo spin-off de Magnum aterrizó en nuestro país añadiendo a sus conciertos a Jaime Kyle, lo que me animó a ponerme las pilas y redescubrir la carrera de la artista de Nashville (Tennessee), cuna de numerosas estrellas del Rock, el Blues y el Country norteamericano.

Una vez puesto a la labor de investigación, lo primero que me encontré me voló la cabeza: Descubrí que Jaime Kyle fue la única cantante invitada en el último disco que grabó el admirado y recordado Bernie Marsden (Whitesnake, Alaska…) antes de fallecer. En este trabajo, llamado “Working man” hay un tema extraordinario llamado “Invisible”, coescrito por ambos, en el que aúnan su talento para obtener un resultado que me enganchó desde el primer momento:

Definitivamente, “Invisible” me abrió el apetito para conocer más a Jaime Kyle. Aprovechando su llegada a España para la gira mencionada, conseguí su último disco, “Wild One” que, a pesar de llevar ya dos años en circulación, era un trabajo desconocido para mí.

Una vez escuchado (y disfrutado) el disco en numerosas ocasiones, debo decir que ha colmado plenamente mis expectativas. El disco es una delicia, lleno de buenas canciones, escritas con muy buen gusto por la propia Jaime Kyle y cantadas con esa voz elegante y con clase que la caracteriza.

En la grabación del disco se ha contado con una pléyade de guitarristas de primer nivel, como el añorado Bernie Marsden (Whitesnake, Alaska), Luke Morley (Thunder), Howard Leese (Heart, Bad Company), Dave Jenkins (Pablo Cruise), Kris Barras, Cory Lerios (Pablo Cruise), Larry Antonino (Unruly Child, Pablo Cruise), Jerry McPherson y Chris Pelcer.

Para el resto de la instrumentación, Dave Jenkins y Chris Pelcer se encargan también de los bajos, además de Jimmy Lee Sloas. En los teclados tenemos a Cory Lerios (Pablo Cruise), Jimmy Nichols y Jeffery Roach, mientras que las baterías son responsabilidad de Brian David Willis y Steve Brewster.

Las guitarras acústicas del disco son de Dave Jenkins, Adam Shoenfeld y la propia Jaime Kyle, culminando la grabación con los coros de Lisa Oliver y Larry Antonino (Unruly Child, Pablo Cruise).

El disco engancha desde el principio con el tema que le da nombre, “Wild One”, lleno de optimismo y frescura. Una canción vital que aúna todas las virtudes de este trabajo, escrito desde la madurez y la elegancia y cantada con un gusto exquisito.

En la misma línea tenemos otros cortes que siguen el mismo animado camino, como “Driving With The Brakes On”, de clara inspiración Country y en el que sobresale el fantástico trabajo a la guitarra de Kris Barras. En la misma línea, “Dirty Goodby” y “Kiss Dirt” muestra la magia del Rock and Roll cuando se hace con buen gusto, mientras que “Happy Town” es un epílogo festivo con el que se cierra el disco.

En el otro extremo, el disco cuenta con varias baladas dulces y sentimentales, como “Blue Night” y “Not About Love”, con la participación del gran Bernie Marsden. Toda una exhibición de dulzura, a las que podríamos añadir la intimista “Broken” y esa maravilla llamada “Lie”, concebida de igual manera pero que va ganando en energía según avanza para finalizar de forma exuberante.

En general, si debemos definir la voz de Jaime Kyle con una palabra, sería ELEGANTE. Ya sea en temas rockeros o en tiernas baladas, la calidez de su voz es su mayor tesoro.

Además de las ya mencionadas, el disco contiene otras joyas que no tienen desperdicio. Me gusta especialmente “Perfect Love”, un tema con mucho feeling, una atractiva slide guitar que le acompaña y la espléndida voz de Jaime Kyle haciendo dueto con Dave Jenkins, cantante del desaparecido grupo Pablo Cruise.

No se quedan atrás temas como “Change”, con la voz de Jaime Kyle en diálogo con la guitarra que le responde a cada frase, compitiendo por ver quien tiene mayor sentimiento.

Completando el repaso al disco, “Body Of Gold” es algo chocante, por cuanto combina sonidos más discotequeros con una guitarra de blues y una voz embriagadora. Sorprendente, sin duda.

En definitiva, “Wild One”, es mucho más que un buen disco de AOR. Estamos ante una joya en el que el buen gusto, la clase y la elegancia se dan la mano en canciones escritas con el corazón y cantadas con el alma de una estrella a la que, estoy seguro, no volveré a perder la pista.

Santi Fernández “Shan Tee”