Conocí a Sons of Steel hace poco tiempo. El pasado mes de mayo me solicitaron una entrevista para el programa de radio, con ánimo de presentar su primer disco, “So Dark”. En aquella charla descubrí a un gran grupo, tanto en lo musical como en lo personal, así que me comprometí a asistir al concierto de presentación que darían en Madrid. Y como lo prometido es deuda, el pasado viernes 22 de septiembre me planté en la sala Nazca para comprobar la puesta en escena del grupo madrileño.
Apenas el día anterior me enteré de que otra banda abriría el concierto. Sin tiempo para brujulear en internet, pero siguiendo mi norma de dar siempre una oportunidad a los teloneros, llegué pronto a la sala para no perderme nada de lo que venían a ofrecer.
La banda en cuestión se llama MATERIA y está conformada por tres músicos. Brujuleando por internet, ni en su página de Facebook ni de Instagram hay mucha información sobre ellos. El nombre del grupo tampoco facilita la labor de encontrar información con los buscadores habituales, así que lo único que he podido averiguar es que su cantante y bajista se llama Laura, quien se acompaña en el grupo de un guitarrista y un batería de los que no he conseguido averiguar el nombre. Desde aquí un pequeño tirón de orejas a esta banda novel, quien debería enmendar esta falta de información para aquellos que aún no les conozcan.
El caso es que Materia subieron al escenario a las 8 en punto para ofrecernos una hora de concierto, en la que tocaron al completo los temas que componen su EP “3”, más un par de versiones (“Liar” de Brutus y “Omertá” de Bala, un grupo gallego poco conocido por estas tierras), cerrando con “Ruina” un concierto en el que me dejaron buenas sensaciones.
Su estilo está camina en un Stoner con pinceladas de Metal alternativo, con gran protagonismo de Laura, con una excelente voz que modula con mucho gusto y solvencia, sobre todo en las partes en las que muestra su talento para las melodías. Además, cumple su cometido al bajo, al igual que sus compañeros de banda, tanto la guitarra como la batería rindiendo a un nivel aceptable.
Los temas que más me gustaron de su repertorio fueron una extensa “Void”, oscura y que combina partes lentas y rápidas, “La mentira”, que suena a Black Sabbath que tira de espaldas, y, sobre todo, “Niza”, con una exhibición vocal por parte de Laura.
Un buen grupo al que seguir la pista en el futuro
Era su día y se palpaba en el ambiente. Con la sala llena, con un tirón que me sorprendió agradablemente (se veían muchas camisetas del grupo entre el público), Sons of Steel habían puesto toda la carne en el asador para que esta presentación fuera un éxito.
Llegada la hora, la banda accedió al escenario vestida de negro riguroso, con Tomás Perona “Tommy the Gun” (bajo y voz) en el centro del escenario, flanqueado por ambos guitarristas, Raúl de Marcos y Carlos García. Y tras ellos, Ethan Robs en la batería para llevarles como un ciclón.
La banda presentaba su flamante disco debut, “So Dark”, el cual tocarían al completo, arrancando con un brutal “Beyond My Acts” con el que dejaron claro desde el inicio que venían a comerse el escenario.
Siguieron con “The Last Notch”, con más melodía pero igual fuerza, incluyendo un solo de guitarra espectacular por parte de Raúl de Marcos, quien demostró todo el concierto un virtuosismo especial, haciéndose parte de más de la mitad de los solos, dejando el resto a Carlos García, quien también demostró buen nivel.
Son of Steel son un grupo joven y eso se nota en la energía y vitalidad que desprenden y que contagia al público, también más joven del que quizás estoy acostumbrado a ver en conciertos de bandas con más antigüedad. Eso se traducía en una mayor implicación y movimiento por parte de los asistentes, que disfrutaban de cada uno de los temas, como “Fight”, con Tomás Perona cantando realmente bien.
Me gustó especialmente “Save Me”, un tema largo y complejo que crea una atmósfera especial, con buena ejecución por parte de todo el grupo. Tras él, los músicos abandonaron el escenario dejando a Raúl de Marcos para que se marcara un extenso solo de guitarra. Salvo la exhibición de técnica que mostró y de la que ya nos habíamos dado cuenta por su aportación dentro de los temas, en mi opinión este tipo de solos son cosa del pasado y, sinceramente, me aburren bastante. Supongo que su inclusión fue debida a rellenar tiempo de actuación, porque más tarde tendríamos otros solos, pero este tipo de cosas, muy habituales hace algunas décadas, están ya en desuso.
El concierto se reanudó con “Machine Gun”, un cañonazo instrumental en el que la banda es un huracán, empalmando con un medley con retazos de temas ajenos en el que destacó un buen pedazo de “Creeping Death” (Metallica), un disparo que nos hizo levitar a todos los asistentes.
Tras esta sobredosis de adrenalina, Tomás Perona anunció que era el cumpleaños de Carlos García, quien agradeció el “Cumpleaños feliz” que le cantamos desde el público. Tras esta broma y complicidad con el compañero de banda, Tommy presentó “The End” como un ejemplo de que todas las cosas deben terminar. Un buen tema, al término del cual los músicos dejaron a Carlos García en el escenario para que se hiciera el correspondiente solo de guitarra. Mi opinión es la misma que ya he expresado con el solo anterior.
Ya de vuelta con todo el grupo en escena, Tommy presentó “So Dark”, uno de los mejores temas del disco y también de los más conocidos, gracias al llamativo videoclip que está disponible en Youtube y cuyas imágenes nos acompañaron desde las pantallas de vídeo de la sala. Me agradó comprobar como gran parte del público coreaba el estribillo con ganas.
Tras él, Tommy presentó “R.I.P.” como un homenaje a los que ya no están, pidiendo al público que encendiera las linternas de los móviles para recrear el efecto que hace años hacíamos con los mecheros. Muy emotivo y adecuado. Al término llegó el turno del solo de batería a cargo de Ethan Robs. Y, al igual que con los solos de guitarra, aun valorando su buena técnica instrumental, el solo me aburrió soberanamente. Espero que en el futuro la banda se plantee rellenar el repertorio con más temas, ya sean propios o ajenos.
El concierto terminó con “Call To Arms”, otro cañonazo brutal en el que el grupo es una apisonadora y que nos llevó a toda velocidad hasta el final del concierto, dejando satisfechos a toda la parroquia que había acudido a verles.
En mi caso, el concierto se me hizo corto. 80 minutos de show al que, quitando los tres solos, se me queda en poco más de una hora que, para el grupo principal se me hace escaso. Eso sí, con buenas canciones llevadas a escena por una banda en forma con energía y muchas ganas de comerse el mundo. Eso no se lo quita nadie.
Esperemos que tanto Materia como Sons of Steel sigan creciendo, puliendo sus defectos y potenciando sus virtudes, que son muchas. Y espero seguir estando presente para comprobarlo.
Texto y fotos: Santi Fernández “Shan Tee”
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