Quien se haya tomado la molestia de leer el editorial del mes pasado habrá notado síntomas evidentes de agotamiento. Desde la oportunidad que cada mes me ofrece esta sección para dirigirme de forma personal a todos los lectores, abrí mi alma y expuse que estaba cerca del límite, que cada vez me cuesta más tirar de este carro.
Lo primero que quiero hacer es agradecer de corazón todas las muestras de cariño y apoyo que he recibido tras publicar aquel texto, tanto de músicos como de lectores “de a pie”. Creedme que el hecho de saber que lo que aquí se publica tiene una cierta relevancia me da muchos ánimos.
Sinceramente, necesitaba desconectar de todo esto. Y lo he hecho, al menos durante la primera quincena de agosto. Por primera vez en más de 20 años, durante dos semanas seguidas no me he conectado a la web ni una sola vez, no he leído correos ni he hecho nada más que tomarme unas vacaciones totales. Quitando el hecho de que a la vuelta tenía más de 700 e-mails pendientes, la rentrée está siendo bastante paulatina.
Durante este mes le he dado muchas vueltas y, finalmente, he decidido continuar con web y radio, sin fecha tope pero con algunas cosas aún más claras. Por un lado, me cuesta abandonar esto que me lleva acompañando un tercio de mi vida y que tantas satisfacciones me ha dado. Y por otro, me da mucha pena que todo lo publicado, tanto por mi como por todos los que han colaborado en la web durante más de dos décadas, desaparezca sin dejar rastro.
Eso sí, para no encontrarme dentro de poco en la misma situación, tengo que encontrar el equilibrio, para no sobrepasar el límite donde llega el placer de hablar de música y empieza la obligación. Y si eso implica publicar menos artículos o dejar pasar de largo discos y conciertos, que así sea. Dice el rico refranero español que “lo mejor es enemigo de lo bueno”.
Encaro esta nueva temporada con ilusión, pero con precaución. Disfrutando de los placeres de hablar de esta pasión por el Rock que me acompaña toda la vida, pero teniendo cuidado con aquello que me produzca stress. “Historias de más de una vida”, como diría una leyenda de nuestro Rock.
Cierro este editorial igual que lo empecé. Agradeciendo a todos los lectores que me han manifestado su apoyo y también a los que con sus visitas a la web o al programa de radio hacen que este esfuerzo valga la pena. Sin vosotros esto no tendría sentido.
Santi Fernández “Shan Tee”