Editado a principios de este 2019, los vigueses Aquelarre nos hicieron llegar este Suevia, su tercer disco, para su escucha y análisis en The Sentinel. Nacidos en un ya lejano 2007, editaron su primer LP, “Requiescat In Pace” en 2014, “Tempo” en 2016 como segundo trabajo y, finalmente, el tercer trabajo que hoy nos ocupa.
La presentación de “Suevia” es atractiva, con un formato digi-libro de 18×13 (aproximadamente), con una portada que recrea lo que pudiera ser el ventanal de una catedral y de cuyo diseño y maquetación se ha encargado Anita Alonso.
Galicia es omnipresente en “Suevia”. Todas (o casi) las canciones hacen referencia a la tierra gallega, sus gentes, sus tradiciones, sus luchas, sus aventuras y desventuras. A modo de entrada instrumental suena el “Himno do Antergo Reino” y, seguidamente, “Galicia 19” que versa en torno a la lucha por pan, justicia y libertad.
Permitidme que sea aquí donde haga referencia al aspecto que, desde mi punto de vista, más desmerece el resultado final del disco. Es evidente que para que un buen disco sea popularmente reconocido como tal, es fundamental que contenga buenas canciones. Por suerte o por desgracia, que el disco contenga o no buenas canciones no depende exclusivamente de las composiciones en sí, siendo a su vez determinante el trabajo que se realiza en el estudio y, en consecuencia, el sonido resultante. Lamentablemente, “Suevia” cojea profundamente ahí. Aunque cada uno es libre de producir sus trabajos como considere oportuno para lograr un determinado sonido, la ¿manía?, ¿moda? ¿costumbre? ¿inercia? de llevar la reverberación mucho más allá de lo que distorsión “natural” de las guitarras y la afinación conlleva, este ánimo de llenarlo todo conduce a la saturación del sonido y a una pérdida, en consecuencia, de la calidad global de las canciones. Este tipo de producciones obvia la fundamental labor que el bajo desarrolla (o debe desarrollar) para dar peso, amplitud, consistencia y cuerpo a la música. Es sólo mi opinión, pero no es esta la primera ni segunda reseña en la que hago referencia a cómo, a mi parecer, se siguen a veces caminos equivocados a la hora de dar potencia al sonido de un disco o a qué debemos entender por “sonido potente”.
He hecho referencia a esto porque, como decía un par de párrafos más arriba, la primera canción tras la introducción instrumental es un titán de más de 10 minutos de duración a la que aprecio un valor mucho mayor del que queda reflejado en el CD. Lamentablemente, es sólo el hecho de haber escuchado el disco con atención numerosas veces antes de escribir esta reseña, lo que me permite ver más allá de lo que cualquier escucha rápida en tiempos de Youtube permite apreciar. Arrancar un disco con un tema de más de diez minutos es toda una apuesta y, si sale bien, es una magnífica carta de presentación para todo lo que tenga que venir después. Estoy convencido de que con una producción distinta (¿mejor?) el tercer trabajo de Aquelarre habría ganado muchos enteros.
Aclarado este punto referente al sonido de disco, sigamos con las canciones. El idioma gallego es utilizado en dos de ellas, concretamente en la que da título al disco, “Suevia”, y en “Tu gitana”, una composición original de Zeca Alfonso, con música popular e inspirada en el arreglo de Luar na Lubre. Yo habría complementado el concepto galaico alrededor del que gira el disco, acompañando las canciones con un pequeño texto explicativo que ayudara a los foráneos a contextualizar las canciones y, por ende, entenderlas y disfrutarlas mejor. Ha sido únicamente mi curiosidad la que me ha permitido saber y aprender que “Jakobsland” (título de una de las canciones que más me han gustado) es el nombre que los vikingos usaron para referirse a la actual Galicia durante sus invasiones a principios del segundo milenio. Copio de farodevigo.es: “En las fuentes escandinavas la presencia vikinga en tierras gallegas se documenta a partir de las sagas, relatos escritos en el siglo XII sobre las expediciones que realizaron. La más conocida referencia a Galicia como Tierra de Santiago (Jakobsland) se encuentra en la Historia de los Reyes de Noruega (Heimskringla) de Snorri Sturluson”. Jakobsland es además el nombre de una empresa cervecera de Santiago. ¡La de cosas que se aprenden escribiendo las reseñas de The Sentinel!
En este “Suevia” de Aquelarre, se encargan de los instrumentos Ramón Viqueira, Icko Viqueira, Ramón Rodríguez, Christian Marco, David Castro y Cristóbal Otero. ¿De qué se encarga cada uno de ellos?, pues viendo el libreto es imposible saberlo porque no lo indican. He tenido que buscar esa información de nuevo por cuenta propia para saber que Icko es quien canta estupendamente bien y que Ramón Rodríguez es quien se encarga del bajo que la producción esconde.
En conclusión: “Suevia” es un disco que “me ha cabreado un poco”. Creo que estos gallegos son mejores de lo que el resultado final del CD refleja. No he escuchado sus dos trabajos previos y, por lo tanto, no tengo elementos para comparar la composición y la producción resultante en canciones que me permitiría opinar sobre su evolución en estos dos aspectos. Ojalá haya un cuarto disco y ojalá, para mi disfrute personal, busquen un sonido más crudo que, y siempre desde mi personal punto de vista, sus canciones piden a gritos.
Jebimetal