En primer lugar y a modo de advertencia introductoria decir que esto no va a ser una crónica exhaustiva de lo sucedido en Pinos Puente, entre otras cosas porque esto no es un medio profesional, y porque, ante todo, servidor y acompañantes iban a disfrutar de una auténtica fiesta, y como tal que efectivamente fue, los efluvios etílicos nos impiden describir con exactitud lo que allí aconteció (pero como tampoco creo que nos exijáis la devolución del importe por la supuesta desinformación…) Aun así lo intentaremos.
Aproximadamente a las 8 de la mañana del sábado 16 de marzo (día del concierto) partíamos un convoy de sedientos metaleros rumbo Pinos Puente, Granada, donde aguardaban otros tantos (foreros –emplazados a la operación “Blaze”, que no era otra cosa que encontrarnos en la mesa de mezclas antes de la actuación del gorilesco frontman– y no foreros de esta página) para disfrutar de una edición más (y mejor) del Piorno Rock. Así, sin ningún percance reseñable (salvo el sablazo que nos endosaron en un bar de carretera próximo a Pinos Puente) llegábamos pasadas las 13:00 h. a la localidad granadina.
Nada más llegar (y tras encontrarnos con el resto del grupo, que había llegado a tierras granadinas la noche anterior) me dirijo a la zona de taquillas, donde debía recoger el pase de prensa acreditativo de este medio (joder, qué forzao y pedante queda eso, virgen santa). Tras una exhaustiva búsqueda y varios deletreos (de-sen-ti-nél) aparece el dichoso pase, efectivamente anunciando “The Sentinel” y con la foto del chache, aunque de titular confuso: Juan Rodríguez (tío, si por casualidad lees esto y tienes un pase con tu foto y un nombre desconocido avisa, que tengo curiosidad por conocer al que le robé el nombre un día entero). Bueno, pues seremos “Juanito” por esta vez, espero que no estén los del anti-doping por aquí…
Nada más acceder al recinto miré al escenario y pude comprobar que los noveles SOLID AMBER ya se encontraban probando sonido para el resto de grupos. Y digo esto porque eso es lo que hicieron. Es una pena que los mal llamados “teloneros” siempre tengan que pagar el pato y probar sonido para el resto, cuando de lo que se trata es de presentar unos temas que la mayoría de gente aún desconoce, y para lo cual se precisa de unos mínimos de calidad. Decir que sonaron (o al menos se intuyeron) temas de “Severance” (su primer trabajo autofinanciado) como “Key Of Health” o “Soul City”, como digo con un sonido desastroso a más no poder, pero demostrando muy buenas maneras y una complejidad de estructuras y matices propias de unos Dream Theater en proceso de aprendizaje. A ver si en otra ocasión salen mejor parados.
Tras la actuación (y mientras se hacían los cambios pertinentes en escena para el siguiente grupo), Santaje, Kiky, Patri y servidor nos dirigimos a realizar algún que otro calentamiento a la barra fija, donde pudimos intercambiar opiniones con la gente de Rock Hard & Rock Total (¡un saludo, Santi & Paco!), aparte de echar las primeras birras al buche, tremendo error por nuestra parte, porque ya nos conocemos y es empezar y no parar, y era la una y pico de la mañana.
De los locales TENIA no sé qué decir, la verdad; ni su sonido fue memorable ni su estilo levantó pasiones: caña bruta en onda Death (primitivo), de letras un tanto pueriles (sobre todo porque en castellano se entienden mejor –sacrificios, etc. etc.–) y de calidad técnica discutible. Está claro que hay que seguir apoyando a las bandas locales (como bien dijo el sr. Mariano Muniesa), ya que es tradición en el festival, pero en mi modesta opinión debería hacerse una mínima criba al respecto. Lo dicho, actuación un tanto desapercibida y un sonido en proceso de ecualización.
Y como no nos podemos estar quietecitos en una grada o mirando cómo cambian los apechusques en el escenario pues allá que vamos otra vez pa la barra. Mientras pido una ronda a la bella señorita diviso a lo lejos (zona de backstage) a un rubio greñudo que parece ser el cantante de Ancient Rites. Mmmm, vamos a comprobarlo… le miro, levanto unos cuernos al aire y sí, efectivamente, me contesta con sendos cuernos y una sonrrisilla en el gesto. Satánico el Gunther, como siempre.
A continuación anuncian lo que va a ser un auténtico show, el de SAUROM LAMDERTH, la primera actuación relevante y esperada del festival (me consta que había bastantes seguidores de la joven formación deseosos de que apareciesen en escena). Y de verdad que lo fue. La banda nos obsequió con un auténtico show tanto visual como musical, ya que aparte de deleitarnos con su música, ya de por sí llena de colorido, a lo largo de su actuación no pararon de ir y venir actores (con sus correspondientes ropajes de época, así como el propio grupo) por el escenario corriendo y saltando, haciendo juegos malabares, escupiendo fuego, etc., siempre en armonía con la música y entreteniendo al respetable (sobre todo al sector que desconocía los temas). La banda desgranó casi por completo su primer “El guardián de las melodías perdidas”, descargando entre otros temas como el que da título al mismo, “Regreso a las Tierras Medias”, “El saltimbanqui” (para el cual no faltó uno en el escenario), “La ley de las hadas”, “El arquero del rey”, “Canto das sireas (susurros)” o “Pequeño Lombardo”, todos ellos dotados de un aire medieval y folklórico más que notables y que en directo dan mucha vidilla. De su estilo decir que me recuerdan por un lado a los Skyclad de Mr. Walkyer (será por la inclusión del violín), pero un tanto dulcificados a lo Mägo de Oz o a lo Ñu de José Carlos Molina. También me gustaría señalar que si bien el cantante no me llega a convencer en estudio, en directo (y a pesar de que tiene que tocar la guitarra a la vez) lo hace bastante bien y transmite mucha energía (por cierto, luego me topé con él en el foso de fotógrafos y le pude felicitar por su actuación y hacerme una fotillo de recuerdo). Con “Fiesta” la gente ya se desmelenó por completo (¿la “Fiesta Pagana” de los Lamderth?), despidiéndose con un nuevo tema llamado “Gollum”, que supuestamente se incluirá en el próximo disco (algunos de nosotros nos esperábamos un cierre con “El flautista”, je je). Actuación entretenida y un sonido mejorable aún.
Los Lamderth que se van con la música y el circo a otra parte (nunca mejor dicho), y nosotros que volvemos a asaltar la barra (precios asequibles, todo hay que decirlo –así nos pusimos–, aunque alguien echó en falta recipientes de mayor calibre –no había minis–). En el interludio nos topamos con Silverio Solorzano, más conocido por Silver, cantante de Muro, el cual nos contó que se les ha terminado el contrato discográfico y que andan buscando nueva compañía (si tenéis alguna ya sabéis), aparte de confesarnos su fría relación actual con la prensa metalera de este país (al menos con cierto sector en particular), la cual parece que le está dando la espalda en cierta medida. ¡Ni falta que hace, Silver! ¡Con dos… guitarras!
Entre grupo y grupo la señora de la limpieza hace aparición en escena, llevándose por delante todo lo que ve a su paso, incluídosset-lists y demás. Risas del respetable y al Mariano que le toca volver a colocarlos en su sitio, que para eso es el maestro de ceremonias. Los ANCIENT RITES van asomando por el escenario, pero parece que tienen algún problemilla con el sonido de una de las guitarras, el cual acaban o solucionando finalmente o dejando por imposible (creo que fue lo segundo). Suena la intro “The Return” de su último trabajo (“Dim Carcosa”) mientras ellos nos dan la espalda (un rato considerable, la verdad), y acto seguido empieza a sonar “Exile (Les Litanies de Satan)”, donde rápidamente comprobamos la rabia que desprende el combo belga con ese laborioso thrash/black atmosférico tan original, y que el sonido sigue sin ser el que debería. Suenan temas como “Victory Or Valhalla (Last Man Standing”, “Total Misantrophia” o “Lindisfarne (Anno 793)”, a lo largo de los cuales me quedo especialmente con el batería, que lo hace francamente bien, así como con el bicharraco de Gunther (bajo/voz), que hay que ver lo fondón que se ha puesto con los años, je je (aunque el que debería hablar del tema es Alfonsito, que era el que los entrevistaba en los tiempos fanzinerosos). Temas antiguos pocos (al menos eso creo recordar, porque entre que los índices de alcoholemia iban siendo considerables, el sonido no era del otro mundo y que no estoy bien familiarizado con la discografía del grupo…), aunque no faltaron ese pedazo de “Mother Europe” (indispensable) y “Fatherland”, con el que creo recordar que acabaron. Pues eso, que aunque el sonido seguía sin ser el idóneo a mí ya me sonaba todo cojonudo. Bueno, todo no…
…porque aquí llega BLAZE. Aunque todo indicaba que el ex–Wolfsbane (no, no digo lo otro, que no quiero abrir viejas heridas) llevaría a un grupo como invitados especiales, a eso de las 18 h. hizo aparición en la palestra el británico sin invitado alguno. Por cierto, que a esas horas ya estábamos juntos los foreros (Starbreaker –gracias por el drenaje cerebral, bandío, te debo un brandy-cola–, Santaje, Kiky, Vetterli –menudo borracho el Vetterli, la madre que…–, Bart Sabbath, Anaxides, Rust… ¿me dejo a alguien?), que habíamos quedado expresamente a esa hora frente a la mesa de sonido. Y bien, el tema “Blaze” es abordable desde dos ópticas bien diferenciadas: una es la puramente musical, y ahí es donde la banda de mr. Bailey aprueba el examen, puesto que en directo se lo hacen francamente bien, y la música que practican es un heavy metal bastante actual que no suena en ningún momento desfasado ni pasado de rosca, sino fresco e incluso novedoso; otra (la cara “oscura” –¿serán las patillas?–) es la persona de Blaze, el showman, en definitiva, y ahí hace aguas por todos los lados (al menos para mí y para muchos con los que hablé). No es por nada, y tampoco quiero ofender a los fans del inglés, pero este hombre debería tomar alguna que otra clase de interpretación, o al menos mirarse un rato al espejo (¡parecía un teleñeco!). Y para colmo empieza a emular a Bruce Dickinson escalando las torres de focos (un poco más y lo tienen que bajar con escalera), uf, qué bochorno… Es por eso que opté por escuchar simplemente al grupo (y no mirar al escenario) y disfrutar de temas de sus dos álbumes en solitario (“Silicon Messiah” y “The Tenth Dimension”), además de los dos que conserva en el set-list de su etapa en… uy, casi lo digo, a saber “Futureal” y “Man On The Edge”. De lo mejor del set para mi gusto “Born As Stranger”, muy buen tema. Y voy y cual grupie enardecida me hago fotos con él, qué hipócrita soy…
Lo de TIERRA SANTA es otro de esos paradigmas que no acabo de entender del todo, aunque sí en parte. Saben lo que la gente espera de ellos y no se lo ponen difícil (será por eso que tienen cuatro discos casi idénticos). Muchos eran los que esperaban su actuación (de hecho me da que más de uno se largó no mucho más tarde de que acabasen), y la verdad es que a mí también me picaba la curiosidad, ya que era la primera vez que los veía en directo. Según me comentaban parece ser que sus conciertos no varían un ápice unos de otros (que pecan de cierta linealidad, vamos), si bien el ritmo no decae en ningún momento y la gente no para de cantar y botar ni un instante. El set-list que descargaron iba bien provisto de temas de esos de puño en alto, tales como el rápido “Séptima estrella”, “Sodoma y Gomorra”, “Caballo de Troya”, el nuevo “Sangre de Reyes”, el épico “El bastón del Diablo” (con toda la peña cantando eso de “dónde están, aquellos que sufren, dónde estaaaaan…”), “La leyenda del Unicornio” o uno de mis favoritos, “Drácula”, donde creo que hasta cabeceé, je je. Final de fiesta con “Legendario” y los más conservadores que veían amenazada su integridad física (Kreator, Overkill…). Ah, y cómo no, a esas alturas el pedo era magno…
Pero antes de la traca bruta venía una banda hasta hace bien poco totalmente desconocida para mí, AFTER FOREVER. De su estilo decir que practican un metal en plan operístico y bastante cañero, con aderezo de teclados y demás (un poco lo que se lleva últimamente). De lo que más llama la atención sin duda alguna su vocalista femenina, que no paró de menear las greñas y volvernos locos a tós. ¡Pero qué mujer! Sonaron temas como “Follow The Cry”, “Leaden Legacy” o “My Pledge Of Allegiance”, todos con un deje gótico muy peculiar y que sin duda gustaron y mucho. Y la verdad es que poco más puedo contar de su actuación, puesto que ni estaba familiarizado con la banda ni el tor-pedo que portaba a esas horas me permitía retener algo en la mollera. Una de las gratas sorpresas del festival y que sin duda darán que hablar en lo sucesivo.
Bueno, bueno… la hora de los alemanes KREATOR se avecinaba, para lo cual llevaba esperando bastante, y ni tan siquiera podía ver el escenario con claridad (si tenemos en cuenta que empezamos a echar caldo a la caldera allá a la una del mediodía y ya eran pasadas las diez de la noche… y sin comer…). De repente aparecen (¿o estaban ya?) Santaje, Anaxides y Vetterli (este aparecía y desaparecía), que se unen a Rust y a servidor junto a la valla (¿dónde estaba Kiky?). Como telón de fondo la portada de “Violent Revolution”, y a eso de las 22:30 (y tras la correspondiente intro) empieza a sonar el tema en cuestión. Pa habernos visto. Ya con un ciego thrashico, cogemos nuestros instrumentos imaginarios (servidor la guitarra solista, Anaxides la rítmica, Santaje el bajo y Rust la batería, o algo así…) y empieza el salvajismo. Sigue el reivindicativo “Reconquering The Throne”, donde Mille Petrozza escupe cual serpiente envenenada salpicando de ira a los allí presentes. Lo más, qué tío. A “Extreme Aggression” le viene al pelo lo de “extremo”, mientras que en “People Of The Lie” (la que recuerdo con más claridad) me vuelvo realmente loco. En “Phobia” creo recordar irme hacia atrás para tener una perspectiva “diferente”, aunque la única que me quedó fue la de invidente total. Suena otro de los temas nuevos, “Servant In Heaven/King In Hell”, de mis preferidos del último trabajo, pero la brutalidad toca su zénit en la parte final del show con “Riot of Violence”, “Betrayer” o el hímnico “Flag Of Hate” (dedicado al que fuera vocalista de Exodus, Paul Baloff, recientemente fallecido –creo recordar dedicatoria a Chuck Schuldiner, pero no acierto ni dónde ni cuándo–), donde creo me partí alguna vértebra. Pero qué bestias! Y como broche de oro ese pedazo de “Tormentor” (antiguo nombre de la formación teutona), con un Jurgen Ventor que a esas alturas ya le debería doler de todo. Lo dicho, de lo más esperado por servidor y de lo que guardo un más vago recuerdo. Pero mira que soy merluzo…
Y si en Kreator íbamos finos durante EDGUY la castaña era pilonga (por favor, no nos déis de beber, en serio, que ya nos bastamos solitos). A Vetterli se le caía un cubata cada vez que le preguntaban la hora, y después decía que se lo habían tirao (así cuatro o cinco, hasta que desistió). De su descarga recuerdo más bien poco (se me pasó como un suspiro), pero lo que sí tengo claro es que me llegaron a cansar. He de confesar que “Vain Glory Opera” me gustó mucho en su día, pero según han ido sacando discos me he dado cuenta que me han pillado algo tarde, los encuentro un grupo más (ni mejores ni peores que tantos otros) emulando los mejores tiempos de Helloween. Por cierto, cada vez me cargan más los agudos del Tobias. De su actuación me quedo (y no por predilección, sino porque es lo que recuerdo, je je) con “Vain Glory Opera”, “Avantasia” (este sí) y “Out Of Control” (aunque eché en falta la voz de Hansi en dicho tema). De lo más celebrado por muchos (yo me quedo con lo que viene a continuación).
No hay palabras. Bueno sí, pero sólo una: OVERKILL. Lo de los yankees es de otro mundo, de verdad. Puede que te atraigan más o menos, pero lo que no puedes decir nunca después de una de sus actuaciones es que han defraudado. Simplemente inmensos. No me parece para nada exagerado afirmar que Bobby Blitz Ellsworth es, hoy por hoy, uno de los mejores frontmen del heavy metal. Cómo llena el escenario el tío! Él solito se basta para hacer vibrar a un pabellón entero, pura fibra, todo agilidad, con el punto justo de arrogancia y un saber estar encima de las tablas que para sí quisieran muchos… (uy, casi lo digo otra vez). Tras una mínima tanda de fotos en el primer tema no pude evitar pegarle una patada a la cámara e irme a buscar al resto de la cuadrilla, que andaban inmersos en un pogo brutal. Me sorprendió muy mucho el que hayan rescatado temas viejos para el set-list como “Deny The Cross” (ese “Taking Over”!), los cuales conjugaron muy bien con los más nuevos y por tanto menos conocidos por la audiencia. “Hello From The Gutter” y “I Hate” me recargaron las pilas como al muñeco de Duracell, y “Coma” casi me deja en dicho estado. Con “In Union We Stand” casi me doy con la frente en el suelo, y el final ya es inenarrable. Un “Rotten To The Core” empalmado (el tema) con un “Elimination” de caerse al suelo (y vaya si cayeron), y como cierre el ya clásico cover de los Germs, “Fuck You”, unido a un sorprendente “War Pigs” (en el que tenía a cuestas a mi colega Sergio y casi nos matamos), que nos destrozó literalmente. Resumiendo, una actuación de 10 sobre 10 y para servidor lo mejor de la noche con creces.
Y eso fue lo que dio de sí la octava edición del Piorno. Pasadas las 3 y media de la madrugada finalizaba el festival, con toda la peña exhausta pero con una manifiesta sonrisa en el rostro. Nuevamente agradecer a toda la peña con la que estuvimos y con la que nos topamos su compañía y su buen rollo, un placer. Espero que no sea la última vez que nos veamos. Ahora sólo queda esperar hasta el año que viene para una nueva edición del festival, cita a la que sin duda no faltaremos. Pero el año de conciertos no acaba aquí, ni mucho menos. Ahí tenemos el Machina, el Lorca Rock, etc., así como las visitas de Judas Priest, Blind Guardian, Pretty Maids, Quiet Riot y un sinfín de bandas más, a las que asistiremos en la medida de nuestras posibilidades. Lo dicho, nos vemos por ahí!
Texto y fotos: David Fernández “Bubba”