Ayer estuvimos de enhorabuena en estos lares ya que los viejos rockeros Dokken vinieron a alegrarnos la noche del domingo. La única pega es que tocaban en mi odiada Camden Underworld, una sala pequeña y que tiene tres columnas de medio metro de diámetro en todo el medio!!! Hasta allí nos llegamos y gracias a la puntualidad inglesa las puertas no las abrieron hasta 20 minutos después de las 7 (hora a la que abrían según la entrada), menos mal que esta vez no llovía. Una vez dentro me fui a ver si pillaba el nuevo CD de Dokken, «Long way Home», que normalmente es mas barato comprarselo en el concierto, pero para sorpresa mía y de otros que iban a lo mismo no los vendían en el puesto de merchandising. Dos tipos de camisetas, alguna púa y baqueta y poco más es lo que vendían. De todas maneras visitar estos puestos siempre viene bien para enterarse de quién toca de telonero.
Area54, no es que no les hubiera escuchado, es que en mi vida había oído ese nombre. Salieron al escenario a eso de las 8 con la más que trillada «Carmina Burana» de intro, el grupo británico compuesto por Lakis Kyriakon (guitarra y voces), Steve Matin (guitarra), Rob Hillman (batería) y Laura Salmon (bajista). Lo que más me impresionó fue el pedazo de bajo de cinco cuerdas que saco la bajista, y eso que ésta era una rubia pequeñita a la que le sobraba bajo por todos lados, pero que lo manejó bastante bien. Tocaron media hora, las canciones no las conozco así que no las puedo poner, pero imagino que serían de su único disco «No visible scars». El tipo de música era contundente como el Thrash con cierto aire al sonido Seattle pero que en los solos me recordaba en cierta manera a Maiden, los dos guitarras se doblaban en los solos como hacen Murray, Smith y Gers. Decir que el sonido fue malo, lo que no ayudó demasiado a coger la onda al grupo.
Durante el cambio de grupo, la sala se fue llenando poco a poco y se puso hasta arriba para cuando Dokken saltaron al escenario. La concurrencia tenía ganas de verlos después de doce años sin venir por estas tierras, y se notaba en el ambiente. Tras media hora de espera salieron por fin a las 9. Mick Brown a la batería, Barry Sparks al bajo, John Norum a la guitarra y Don Dokken a la voz. John Norum se puso detrás de la columna que tenía tapándome la parte derecha del escenario, así que tuve que hacer malabarismos cada vez que se marcaba un sólo para poder apreciar lo bestia que es este hombre tocando la guitarra. Don Dokken me sorprendió por lo viejo que está. Salió con unas gafas de cristal naranja, una camisa en plan hippy con florecitas y no se qué otros dibujos (bastante hortera) y unos pantalones de cuero (o pvc). El concierto en sí fue muy clásico, casi casi parecía que estuviera escuchando el «Beast from the East», pero con alguna canción de los discos posteriores. Empezaron con el «Kiss Of Death» para seguir con «The Hunter»y «Sunless Days» (de su último trabajo). No recuerdo el orden de las canciones que siguieron y alguna supongo que me falta (eso de no tirar de libreta…), pero fueron cayendo «When Heaven Comes Down», «Into The Fire», «Heaven Sent», «It’s No Love», «Alone Again», «In My Dreams», y «Tooth And Nail» de las clásicas, y más modernillas tocaron «Erase The Slate», «Little Girl», «Maddest Hatter» y «Long Way Home». El sonido fue impresionante, se distinguían a la perfección todos los instrumentos y la voz, y el volumen fue el perfecto (no como en otras ocasiones que es horrible de lo alto que suena). Señalar que aunque Don Dokken tuvo problemas con su monitor de escucha (no sé si se llama así el aparatito que llevan en la oreja los cantantes para poder escucharse mejor y saber cómo están cantando), hizo una muy buena labor como era de esperar. La banda que ha montado este cantante es de lo mejor que he visto y escuchado últimamente, Mick Brown es una bestia tocando la batería, Barry Sparks me dejó flipado con el bajo, qué manera de tocar, y se hizo un solo que nos dejó flipados a todos, y de John Norum qué se puede decir: ¡qué calidad que tiene este hombre! Dokken tiene la voz ya un poco cascada, pero todavía lo hace bien el jodío, y decir que estuvo bastante estático durante el concierto. Lo único malo que hubo fue que el concierto a penas duró una hora y cuarto, y después vinieron sólo dos bises de una canción cada uno. El segundo fue forzado por el público porque ya habían encendido las luces del local y estaba sonando la música de ambiente. En ambos bises Don salió con el cigarrillo en al mano y el cubatilla en la otra (para que luego digan que los rockeros somos unos viciosos)!! En total una hora y media que se hizo corta y nos dejó con las ganas de volver a verles por aquí pronto. Espero que se animen de nuevo a dar el salto y que la próxima vez toquen más tiempo!!
En definitiva, una muy buena tarde noche de domingo que disfruté como un enano.
Texto: Ramiro «Motorhead»