Conforme va avanzando el verano, la actividad cultural va disminuyendo en la ciudad de Madrid. Uno de los últimos conciertos de la temporada era ubicado en la ciudad de Leganés, más en concreto en su anfiteatro. Lugar donde, entre otras actividades y conciertos celebrados, se grabaron hace años los discos en vivo de Medina Azahara (su primer directo) y de los desaparecidos Pánzer (“Sábado negro”).
A primeras horas de la tarde nos marchamos hacia Leganés, en el tren de cercanías, Vetterli, Anaxides y yo. Localizamos rápidamente el lugar del concierto y tras comprobar que no había dado comienzo, decidimos irnos a algún bar para refrescarnos y mitigar la sed. La velada en el bareto fue muy agradable y graciosa. Entre botellín y botellín hablamos, entre otras cosas, de los carnavales de Cádiz y de algunos grupos gloriosos de la época dorada del Thrash Metal.
Tras unas cuantas rondas, decimos de abandonar el grato lugar y encaminarnos hacia el anfiteatro. Cuando entramos nos percatamos que los granadinos Hora Zulú habían terminado su actuación. Así que no puedo comentar nada de esta banda ecléptica de la ciudad de la Alhambra, con veteranos componentes de la escena granadina en sus filas. Otra vez, será, perdonen ustedes.
NARCO
No le he prestado la debida atención a esta banda sevillana en su carrera (hasta ahora con tres discos) y tampoco es que sean totalmente de mi agrado. Ya no está con ellos uno de sus vocalistas, Chato Chungo, que abandonó la banda por problemas personales. Su Rap-Metal no me termina de convencer. Pero bueno, dejémonos de apreciaciones personales y narremos lo que dieron de sí aquella tarde noche veraniega.
Con la batería de Manipulador sin tarima (en un segundo plano a la derecha del escenario) y los platos del Dj. Abogado del Diablo a la izquierda, el vocalista Vikingo D, el guitarra Diablero Díaz y el bajo Amnésico, ocupaban lo que quedaba de escenario. La primera que soltaron fue “Tu dios de madera” y continuada por “A cada paso”, ambas pertenecientes a su segunda obra “Talego pon pon” (1999).
Revuelo en las primeras filas con “Seke-6”, de su primerizo disco “Satán vive”(1997), al igual que la que unieron sin parar, “La puta policía”.
Letras de denuncia social, ataques a los poderes establecidos, la vida en los barrios marginales… es lo que podemos encontrar en sus canciones (con muy mala leche) de los de la ciudad de la Giralda. Además de los temas dichos anteriormente, tocaron entre otros, “La cucaracha”, “Kolikotrón”, etc.
Otra vez más visitaban territorio español (desde aquella primera vez presentando “Seasons in the abyss” en el festival “Thrash of the Titans” de principios de los ´90 en San Sebastián y Barcelona, junto a Suicidal Tendencies, Testament y Megadeth) estos salvajes y gloriosos asesinos musicales. Siempre es una gozada ver a los americanos descargar sus latigazos llenos de riffs infernales y más con el gran aliciente de la vuelta a la banda del batería Dave Lombardo. Fichado para acabar el tour, tras el abandono del que en su día lo reemplazo, Paul Bostaph, debido, según dice por una lesión de codo, pero que al poco de abandonar la banda se juntó con los de la Bay Area Systematic.
Las anteriores tres veces que he tenido oportunidad de verlos nunca me han defraudado, conciertos llenos de energía y caña sin concesión. Días antes se había liado una buena en Bergara. Se negaron a tocar, según ellos, porque la sala Jam no cumplía buenas condiciones para su equipo de sonido, desmentido después por los responsables del lugar. Una vez más lo pagaron los seguidores, lamentable.
Nos situamos detrás de la mesa de sonido, colocada en las gradas del anfiteatro. El poco espacio que había entre el escenario y las gradas estaba hasta los topes, entonces, muy a nuestro pesar era mejor verlo desde esa posición y sentados (como en los conciertos de Japón, algunos de USA y cual ancianos, jajajaja). La verdad es que era un poco raro menear el cuerpo de cintura hacia arriba, junto a la cabeza , con las andanadas de Slayer.
Un muro de altavoces a cada lado de la batería (12×12) era suficiente para el espectáculo de la banda en vivo. Eso, y sus desgarradores temas llenos de velocidad de puro Thrash Metal.
Cuando aún había luz natural empezó a sonar como intro “Darkness of Christ”, el primero en salir fue el inhumano (por la manera de tocar) Lombardo, recibido con una gran ovación. Al principio hasta dudamos de que fuera él, por su nuevo look (gorra ancha y barbilla bien cuidada por el contorno del rostro). Ya con los cuatro bestias arriba sonó “Disciple”, de su último “God hates us all” (2001). Sonido falto de potencia y de fuerza salía por los altavoces.
Cambio de guitarras y primer cañonazo clásico, “War Ensemble”. El rubio Hanneman tiene problemas con su guitarra y se marcha de escena, volviendo en el solo, aunque al rato vuelve a desaparecer. De nuevo reemplazo de guitarras para atacar con “Stain Of Mind”, con Jeff Hanneman y Kerry King moviendo juntos y al unísono sus cabezas. Elevando el calvorotas tatuado y con gran perilla, su guitarra tras el punteo.
De nuevo nos recuerdan su último trabajo con “Threshold”. Los temas nuevos eran bien acogidos, pero ni punto de comparación con los antiguos y clásicos de la formación. Y prueba de esto vino con lo que continuó, tres andanadas seguidas, sin parar ni respirar, que para mí fue de lo mejor de ese día: “Postmorten”, con los dos guitarristas juntos destripando sus seis cuerdas y el bajista y cantante Tom Araya meneando su cabeza en el extremo derecho del escenario. Con luces rojas y humo que hacía no ver la batería otro clásico de aquel “Reign in blood” (1986) que revolucionó la escena Thrash, “Raining Blood”, increíble. Y si no estábamos satisfechos, ¡toma “Hell Awaits”!, desplazándose Hanneman al lugar de King. Y de nuevo problemas con la guitarra de aquel, yéndose el sonido al final. Una jodienda con tanto fallo en la guitarra, junto a que el sonido en general no era, al menos para mi, todo lo contundente que quisiera. Quizás en la parte de abajo llegaría con más fuerza, no sé.
Recuerdos al legendario “Show no mercy” (1983) con “Die By The Sword”. Y con “Born Of Fire”, vuelta a la jodienda del instrumento del rubio hacha, iban ya… Al presentar el siguiente tema, “Bloodline”, Araya se hace como unos imaginarios cortes en las muñecas.
Cánticos del público con “oeoeoeoe…” al terminar “God Send Death”, agradecidos por el cantante y bajista de descendientes chilenos con un “Muchas gracias por todo”. La única vez que habló en castellano y mira que otras veces se ha soltado más la lengua en este idioma, pero al parecer hoy no le apetecía al jodío. Bueno, tampoco es que se prodigara mucho, cuando terminaban los temas y los guitarristas se iban a los laterales o desaparecían (quedaba un poco mal eso), se quedaba Araya sonriendo ante los gritos y aclamaciones de la gente.
Tres trallazos del “Seasons in the abyss” (1990), con “Spirit In Black”, el sobrecogedor y enorme tema “Dead Skin Mask”, presentado con un gran chillido y el tema-título “Seasons In The Abyss”, con un atrevido mosher.
La siguiente canción fué muy rápida con toques de Hardcore, “Payback”, con ese estribillo “payback´s a bitch motherfucker” tan bestial. Llegaban al fin con “Mandatory Suicide” y “Chemical Warfare”, ¡IMPRESIONANTE!.
Al minuto vuelven a salir para rematarnos, no querían que nadie quedase vivo. Suena al principio algo grabado y era el inicio de …¡¡¡siii, la repanocha, “South On Heaven”!!! Y la última directamente al alma, para que no quedara ni eso de nosotros, el rapidísimo y magno “Angel Of Death” al ritmo trepidante impuesto por los tambores de Lombardo, para exterminarnos totalmente.
Una vez más aniquilaron. Son enormes en directo, aunque deslució un poco su descarga los problemas de las guitarras, los descansillos entre tema y tema de los hachas (nunca anteriormente les había visto tan comodones, ¿será qué ya no aguantan tanto el ritmo de sus temas?), y el sonido que, como he comentado anteriormente, le faltó más potencia. ¿Dónde dejó K.King su enorme muñequera de pinchos?, no sé si en su anterior gira la mostró (no tuve oportunidad de verlos).
Cuando vuelvan y si no has tenido oportunidad de verles, no te los pierdas, merece mucho la pena perder la cordura con la atroz “orgía” sónica.
Texto: Starbreaker