7 ALMAS “Abre los ojos” (2018)

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Me gusta el Hard Rock. Es un estilo que aúna como pocos la rudeza del rock duro con la melodía, el rasgado de la voz y las cuerdas de guitarra con la accesibilidad a un amplio espectro de oídos que abarca desde acérrimos del Heavy Metal a aquellos más acostumbrados al Pop y a lo que suene en las radiofórmulas. A todos nos vienen a la cabeza unos cuantos nombres cuando queremos asociar Hard Rock y éxito masivo. Para que ese éxito masivo pudiera darse (entendiéndolo como ventas millonarias de discos, presencia en medios generalistas, etc), siempre fue necesario ese término tan denostado como el de la Comercialidad. Denostado porque, sin duda, también nos vienen a la cabeza unos cuantos nombres de aquellos que, por una razón u otra, traspasaron ese límite imaginario donde, en aras de esa comercialidad, la música (y la imagen que lo rodeaba) se proyectó directamente en aras de la accesibilidad masiva, dejando de lado la esencia más rockera, de actitud, de la que bebió el estilo en sus inicios.

He de decir que me encantaría que el amplio espectro de grupos a los que sigo dentro de los estilos circundantes al rock duro tuvieran mucho más éxito comercial del que tienen, con presencia habitual en las FM del país y medios no especializados en rock pero, lo tengo asumido, eso no es así. No obstante, sin alcanzar las cotas de éxito de grupos del ámbito internacional y volviendo de nuevo al Hard Rock, en el Estado hubo representantes de éxito: me vienen ahora a la cabeza Sangre Azul o Niagara (con más success fuera que aquí), más tarde los primeros trabajos de Beethoven R., quienes estoy convencido que se quedaron a ésto (imaginad dos dedos muy juntitos) de dar “el salto”. Cuando el estilo, con el tiempo, volvió a ser totalmente underground, lo practicaron los barceloneses Dragonslayer en sus dos últimos trabajos, los madrileños Cuatro Gatos hicieron lo propio, más adelante lo intentaron Atlas y, en la actualidad, los navarros Xtasy (también con más público fuera que en casa) o los catalanes Barbablanca son algunos ejemplos del amplio abanico sónico, letrístico y lingüístico que, dentro del Hard Rock, se ha practicado y practica en nuestro país.

Esta rápida sucesión de nombres del Hard Rock de aquí, aunque me dejo a muchos, sí me sirve para corroborar 3 cosas: La primera: comercialmente, el tirón popular del estilo ha ido en declive constante desde su aparición en la segunda mitad de los ’80 y los grupos de Hard Rock patrio malviven tocando en salas medio vacías. La segunda: ligada con la anterior, la media de edad del público que escucha Hard Rock y de los practicantes del mismo no ha parado de crecer. Hoy es raro encontrar un grupo de Hard Rock en el que todos o la mayoría de sus componentes no ronden (al menos) la cuarentena. Y tercero: A pesar del declive, la calidad de lo que sale no sólo no ha decaído, sino que en términos generales y bajo mi punto de vista es, en conjunto, mejor que nunca.

Y así es como llego hasta aquí, para daros mi opinión del segundo trabajo de 7 Almas titulado “Abre los ojos”, como aquella peli de Amenábar. (Podéis leer aquí la reseña que Shan Tee, el master de The Sentinel, publicó sobre su debut) ¿Qué puedo deciros de él? Entre otras cosas, que el disco cumple las tres cosas que me mencionado en el párrafo anterior.

El disco suena tremendo. Cuentan en el libreto que el guitarrista y compositor de la música de todos los temas, Óscar J. López, lo ha vuelto a hacer. Ha dedicado cientos de horas a producir, grabar y mezclar el disco, logrando un excelente resultado. Quiero destacar también la chulísima portada que se ha currado Nanderas_HM, portadista también de grupos como Medina Azahara o Lujuria. En grande quedaría genial, así que es una lástima que el sello The Fish Factory no haya podido llevar adelante el propósito que anunció hará ya un par o tres de años de editar todas sus referencias también en vinilo.

Entonces, si este “Abre los ojos” tiene buenas canciones, buen sonido y buena presentación, ¿podría afirmar que estamos ante lo que se diría “un disco de 10”? Pues no. Aunque “Abre los ojos” lo he escuchado muchas más veces que “Nueva tierra” para así poder escribir esta reseña con fundamento, la verdad es que esta vez he echado de menos “la chispa”. Así como con su debut, el disco nada más comenzar ya llamaba la atención, en esta ocasión he tenido que poner más buena voluntad para encontrar “esas cosillas” y, la verdad, me quedo con un cierto regusto… me quedo con un “casi”. Me explico, desde mi punto de vista a “Abre los ojos” le faltan temazos. Todos son buenos, ninguno me disgusta, pero no puedo decir que tal o cual canción sea el temazo que todo disco de buen Hard Rock (como es éste) debe de tener.

No sé si la ligerísima suavización que percibo en su sonido ha podido influirme en ese sentido, pero tal vez yo hubiera metido más crudeza guitarrera al conjunto. “El templo del Sol” es un buen ejemplo: seguramente es la canción más heavy del disco y, por tanto, donde más se aprecia esto que escribo. A pesar de ello es también la que me ha resultado más pegadiza, así que es una lástima que sea el penúltimo tema del disco. “Revolución”, a medio camino en el recorrido del CD, tiene unas melodías también pegadizas que lo convierten en candidato a single y a canción fija en sus conciertos.

Nos hacen falta grupos de Hard Rock como 7 almas. Aunque “Abre los ojos” no me he llegado tanto como esperaba, es un buen trabajo que merece el reconocimiento del público. Me encantaría que, a diferencia de a quien esto escribe, este segundo trabajo gustase aún más que el primero. Entre otras razones, porque eso facilitaría que hubiera un tercero y, si lo hay, yo tendré el placer de escuchar sus canciones. Así que… ¡al tanto!

César Rojas «Jebimetal»