¿Que los Manowar son los “Kings of Metal”?… pues los de Portland, y como titularon su segundo larga duración de 1986, son los reyes del Punk, ¡ale!. El grupo liderado por el vocalista Jerry A. regresaba a Europa tras haberse vuelto a reunir a principios del siglo XXI después de su separación en 1993. Del pasado, los únicos bastiones que quedan son el vocalista y el guitarrista Tom Roberts “Pig Champion”, pero a la gira por el viejo continente (Junio y Julio), por motivos de salud, el demacrado seis cuerdas no vino. Al grandote cantante lo acompañaban cuatro jóvenes músicos de los cuales desconozco sus nombres y de las bandas de donde proceden. Resulta raro no encontrar mucha información de este grupo legendario del Hardcore/Punk por la red.
En la capital del país hacían dos fechas. La que tuve oportunidad de ver fue la primera, ¿qué mejor que ir a ver a Jerry A. y compañía un aburrido domingo?. Siendo la siguiente a los dos días con distinto grupo para abrir, Ketchoop.
Descubrí a los americanos tarde, ya en los últimos años antes de separarse, todo gracias a mi paisano Juan Uribe (en aquella época se podría decir que era el mánager de los granadinos Canker) y a la revista Metali K.O. Y aunque no tengo muchos música de ellos (sólo unos cuantos discos grabados en cassettes), me impactaron bastante en aquel tiempo y nunca me pude imaginar que algún día llegaría a ver a pocos metros al orondo Jerry A.
Llegué a la sala carabanchelera mucho antes de lo previsto. Al no saber donde se ubicaba salí de casa con tiempo para encontrarla y di con ella al momento. Y nada más entrar al recinto me encuentro con el gordote vocalista hablando con una chica (luego supe que era la cantante del grupo que abría). Quizás en otros tiempos hubiese intercambiado algunas palabras con el cantante, pero con el paso del tiempo uno ve a los músicos como lo que son, gente como tú y como yo que lo único que les diferencia es que tocan música y visitan bastantes países y poco más.
Así que después de una tediosa y aburrida espera subían al diminuto escenario (23:09 h.) ZINC, el quinteto madrileño compuesto por Dulce a la voz, Víctor al bajo y a los coros, Goyo a la guitarra, a la otra Ken y Dani a la batería. Sólo supe del grupo cuando compré la entrada y enterarme que esa noche acompañaban a los americanos. Lo que escuché me gustó, Hardcore y Punk, veloz, cañero, a veces melódico, con una vocalista muy activa (a pesar del reducido escenario) acompañada por buenos músicos. Poco tiempo para respirar entre tema y tema, enlazados la mayoría uno tras otro. Tienen editados dos discos, el primero titulado igual que el grupo y que data de 1998 y el último “Old mundo Punk!” (2002) y del cual tocaron, entre otras que no os puedo decir, el tema-título “Old mundo Punk!”, “Cálculos, cifras y estadísticas” (con una parte de ritmo jazz), “Plástica”, una versión que anunció la vocalista y que no me sonaba, “Habitación 101”, “Palabras”, puro Punk con la versión que grabaron para el disco de “Chicos de la calle” (Toreros After Olé) y después de esta cerraban con “Amistad” (con desmelenamiento de Dulce), y la versión de “Este Madrid” (Leño) con la parte cantada acelerada. Lo dicho, me agradaron bastante en los cincuenta minutos escasos que estuvieron dando cera.
Cuando faltaba poco para que el reloj marcase las 00:35 h. arriba estaban el mítico cantante y sus acompañantes. Y después de un “¡Muchas gracias!”, ante los gritos de los que nos congregamos allí, el primer directo, “Plastic Bomb”, mi tema favorito de ellos, aunque hubiese preferido que lo hubiesen hecho más adelante. Pero no se anduvieron con pamplinas, salían a matar (aunque al final no me dieron esa sensación). Volvía el ancho frontman a agradecernos en castellano y el bajo sonando “marranamente” daba inicio a “The Temple”.
Estaba claro que iba a sonar un clásico tras otro de esta banda y de la historia del Hardcore/Punk. No sé si la actitud de pasividad es norma habitual en el líder del conjunto, pero eso me comunicó el campechano Jerry A. Con una risotada comenzó “Laughing Boy”, empalmada a “Just To Get Away”, haciendo el cantante como si sus dedos fueran una pistola e introduciéndolos en su boca. La mole no paraba de beber botellines de cerveza intentando brindar en castellano, pero no se acordaba de la palabra adecuada, llegando a hacerlo en alemán (prost!) y ya la gente le corrigió con ¡salud!.
Continuaron con “Death Wish Kids”, una vez más con problemas con el pie de micro, no funcionaba bien la llave entre las dos barras, haciendo que se bajase una y otra vez la barra que portaba el micro cuando lo quería poner Jerry. “Cop An Attittude” sonó como una apisonadora. Haciendo tras este el guitarrista principal (situado a la derecha según mirábamos) el inicio del “Highway to Hell”. Había cachondeo entre los músicos y también con el público, dando a veces sensación de estar en un ensayo del grupo.
“Punish Me”, activó con energía a los de las primeras filas, dándole cerveza Jerry al bajo mientras tocaba y ocupando (como otras veces) el centro del pequeñajo escenario el guitarrista en el momento del solo. El guitarrista de la izquierda comenzaba el muy punk “Made To Be Broken”, con la gente flipando.
Con “Crippled Angel” el frontman hacía la paloma con las manos y la barra del micrófono seguía dando por saco, ¡puff! Unían a “Typical”, con batería aplastante.
Jerry decía que le gustaba la cerveza mucho, no hacía falta que lo dijese, los botellines parecían prolongaciones de su mano. “Taken By Surprise” lo iniciaba el guitarrista pelón (el de la izquierda), cantando uno del público un trozo de la canción. Chocando manos Jerry al final. Enlazaban a “A.A.”, haciendo que la gente se desmadrara con pogo.
Resultaba vergonzoso que la jodienda del pie de micro siguiese y ningún encargado de la sala solucionase el problema, no sé como el vocalista aguantó tanto y no mando la barra a tomar por saco. Continuaron con “Hangover Heart Attack”, “Feel The Darkness”, con esa manera de cantar que a veces recuerda al mismísimo Elvis.
Comentaba que iban a hacer algo “slow, no Punk-Rock”, juas, ¡toma!, “Getting The Fear”. Jerry comenzaba cantando en “Alan´s On Fire” (con ese regustillo rockabilly), para durante un momento situarse en la pared izquierda con su botellín y dejar el centro al bajista y a los seis cuerdas. Intercambio de birras con el público, llegando a oler la que le habían pasado, jajaja, menudo cachondo. Final del tema bestial.
A las 1:25 el primero que abandona es el cantante y después los demás músicos. La gente no pidió que volviesen con mucha energía, a decir verdad. A pesar de no estar previsto en el set list al rato salían como desganados intercambiando sus instrumentos el bajista y el guitarrista de la izquierda y sentándose a la batería Jerry. ¡Por fin alguien de la sala cambiaba el pie del micrófono, joder!. Y con el bajista (ahora guitarra) cantando hacían la versión de “Motörhead”, sin saberse la letra y con Jerry metiendo la pata al comienzo. Tras la olvidable versión volvían a ocupar sus puestos, volviendo el baterista con una camiseta de Zinc. Jerry preguntaba por si queríamos oir Heavy Metal, Death Metal…realizando “Feed From Hatred” (con voz gutural en el estribillo y cambio a lo Sabbath), me sonaba el tema y creo que es una versión, pero lo desconozco. Volvía a preguntar si queríamos oír Country, Reggae…hablaban entre ellos para ver el tema que hacían, dando la impresión que estaban improvisando. Acabaron con dos temas que no supe reconocer.
Sólo llegaron a tocar una hora y veinte minutos que me supo a poco y más con el precio de la entrada (oí días antes en una emisora libre que en otros sitios de Europa la entrada había sido más barata). Fue muy bueno escuchar en vivo temas legendarios y la voz de Jerry A., pero a pesar de que los músicos que llevan son competentes, cumplieron sin más y lo que pudo ser un concierto para no olvidar se quedó para mi en decir que vi a Jerry A. y su banda, nada más.
Texto y fotos: Starbreaker