La entrada en la escena de Stoned at Pompeii ha sido tan fulgurante como merecida. Su única experiencia discográfica previa consistió en la edición en 2013 del single “Heels Are Made To Be Broken”, que consiguió alcanzar al nº 3 en la hoy obsoleta red social MySpace UK, lo que les permitió hacer una pequeña gira por Inglaterra. Por supuesto, este tema ha sido añadido en este disco.
Con este pequeño pero importante éxito, el grupo vigués se embarcó en la producción de lo que sería su primer disco completo buscando financiación por medio de crowdfunding. El presupuesto inicial se cubrió y sobrepasó con facilidad, lo que llamó la atención de la todopoderosa Warner, quien finalmente ha editado este disco al que han llamado “Ancroidal”.
El nombre del grupo está sugerido por el mítico documental de Pink Floyd “Live at Pompeii” (1973), por lo que podríamos esperar un disco que siguiera la senda abierta por el grupo de David Gilmour y Roger Waters. Craso error, ya que las influencias de Pink Floyd en “Ancroidal” son tan leves que pasan prácticamente inadvertidas. En su lugar tenemos Rock alternativo más cercano a bandas como Foo Fighters, Muse o Stone Temple Pilots, con influencias, esta vez sí evidentes, de Metallica en algunos temas como “The Slave in Me”.
En realidad, lo sustancial no es lo que hacen, sino cómo lo hacen. El estilo es sólo un camino, una referencia sobre la cual construir la música, que es lo verdaderamente importante. Y ahí es donde está el secreto del éxito de Stoned At Pompeii, una banda nueva que suena como la más experta, con mucha frescura y, sobre todo, con unos temas inspirados y muy atractivos que no tienen desperdicio.
La banda la componen Adolfo FH (guitarra y voces), Paul Rodga (guitarra), Cristian García (batería) y Anton F. Piru (bajo), excelentes músicos que dan forma a un conjunto de canciones que tienen un denominador común, ya que estamos ante un disco conceptual cuyo hilo conductor trata sobre la evolución y existencia del ser humano.
Dotado de muy buen sonido, lo cual ayuda al uso y disfrute de este trabajo, los temas son muy atractivos, enganchando desde el principio por sus inspiradas melodías, su solidez instrumental y sus seductores juegos con la intensidad, variando el tempo, la energía y el sentimiento a voluntad, lo que hace que el disco trascurra de forma amena de principio a fin, de forma que los casi 50 minutos que lo contienen se pasan en un suspiro.
Sería difícil quedarse con algún tema del disco, ya que todos tienen esa comercialidad bien entendida que nos hace cambiar constantemente de corte preferido, aunque debo reconocer que me ha impresionado el sentimiento desplegado en “Ancroidal”, un tema dividido en dos partes (en realidad la primera es la introducción de la segunda) en el que Stoned At Pompeii dan lo mejor de sí mismos, acompañados de un bonito piano al inicio y al final. Una preciosidad de tema con todos los músicos en estado de gracia, en especial la voz de Adolfo FH, tanto en su faceta tierna como cuando endurece su registro, y la guitarra de Paul Rodga, quien da toda una exhibición.
Tampoco son desdeñables temas como los pegadizos “Hit The Ground” o “Vortex”, además de la energía de “Heels Are Made to Be Broken” (aquel single recuperado de 2013) y la inicial “Life Is My Name”. Y así podríamos seguir sin dejarnos ninguno, ya que no hay ningún tema de relleno.
El disco se cierra con una larga y bonita balada, “The Story Will Remain”, tierna e intensa, que en sus siete minutos y medio largos es el epílogo perfecto para un disco brillante de principio a fin.
Enhorabuena.
Santi Fernández “Shan Tee”