DREAMS OF AGONY “A Forgotten Tale” (2017)

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A lo largo de la historia, no son pocos los intentos de combinar la música clásica con el rock, con resultado dispar según el caso. Entre ellos, la fusión entre la ópera y el metal es uno de los retos más difíciles a los que se puede enfrentar un proyecto musical.

Por ello, el caso de Dreams of Agony es tan valiente como arriesgado, más aún si tenemos en cuenta de que se trata de una banda joven que afronta su primer disco. Este grupo barcelonés está compuesto por Rubén Burillo (guitarra), Arnay Salto (batería), Bran Cantos (bajo), Jordi Carrera (teclados) y la espectacular voz de Leyna Díaz, cuyo registro de soprano alcanza agudos extremos en buena parte del disco.

Estamos ante un disco conceptual, tanto por la historia que cuenta como por el concepto musical, ya que no deberíamos caer en la tentación de analizar los temas por separado, sino considerarlos como un todo. Lo que ofrece “A Forgotten Tale” es casi una hora de música ininterrumpida en el que el metal progresivo se mezcla con la ópera, sobre todo por la voz de Leyna Díaz, pero también por el concepto musical, con temas que carecen de la estructura habitual. Aquí no hay estrofas ni estribillos, incluso apenas hay algún solo. La música fluctúa por unos caminos a veces áridos y siempre difíciles, lo que provoca que buena parte de los potenciales oyentes no se sientan cómodos.

La producción del disco incluye mucha riqueza orquestal que se añade a la propia instrumentación del grupo, en un bloque compacto sólo apto para los verdaderos amantes del metal progresivo. Sobre ellos, Leyna Díaz sobresale con su estilo lírico y sus agudos sobrenaturales. Eso sí, al igual que la mayor parte de los cantantes de ópera, su pulcra búsqueda de la nota perfecta no deja sitio a una correcta vocalización, siendo su interpretación impecable en lo músical pero de todo punto ininteligible, por lo que es imprescindible seguir las letras en el libreto si queremos entender lo que canta en cada momento.

Aún teniendo presente la concepción unitaria del disco, se pueden extraer los mejores momentos en temas como “The Crown Of Fate”, “The Moon Spell” y la extensa “Swords Rise”, cuya complejidad, variedad de tempos y de intensidad nos dejan un tema inspirado que capta nuestra atención en sus casi 9 minutos de duración.

También hay momentos de mayor dulzura como “Tears Of Oblivion”, donde la intensidad deja paso a un tema más íntimo y delicado.

Un disco muy especial, sólo indicado para oídos muy concretos. Si eres de ese colectivo, lo disfrutarás de principio a fin. Si no lo eres, es posible que abandones antes de terminar la primera escucha.

Santi Fernández «Shan Tee»