¿Cuántas bandas debía haber en Seattle a finales de los ochenta? ¿cientos? ¿miles? ¿Más incluso? La pregunta es obligada cuando hablamos del lugar natal y estandarte indiscutible de la música alternativa, del grunge, del rock de los ’90 en definitiva. Una ciudad al lado de Washington que consiguió monopolizar una revolución cultural y musical que desbordó al planeta entero y con la que se pasó página a la década anterior. Así, enlazando con la tradición musical de su ciudad (que se nutre de nombres del calibre de Ray Charles o Jimi Hendrix), los Pearl Jam nos demostraron que a veces el buen gusto se concentra en una sola zona. Junto a sus ínclitos vecinos Nirvana o Soundgarden, Pearl Jam consiguieron sustituir el glamour y la caspa ochenteras por las camisas de franela, la rebeldía y un pesimismo endémico que aliña toda su música.
“Ten”, su primer lanzamiento, sigue siendo su disco más vendido hasta la fecha y nos presenta todo un ataque de espontaneidad, de frescura y libertad. Con un protagonismo casi absoluto de la voz, marca de la casa y una de las señas de identidad del grupo más reconocibles, unas letras entre pesimistas y nostálgicas y unas guitarras que se van arrastrando, el plástico da una importancia colosal a las melodías, a unos riffs sencillos y a algunos arreglos que quedan en un segundo plano. Música sin complicaciones hasta tal punto que parece medio improvisada, con un toque muy intimista y de tú a tú que miles de bandas han intentado imitar sin el mismo resultado.
Premiado y glorificado hasta la extenuación, “Ten” nos presenta canciones cortas por lo general y muchas, muchas joyas. La más que famosa “Jeremy” es probablemente una buena muestra de lo que ofrece el plástico, pero mucho ojo con “Even Flow”, “Alive” o “Oceans”, auténticas piezas de museo todas ellas, recuperando lo mejor de los ’70 y de géneros como el punk y reinventándolos con elegancia. “Porch”, una de mis favoritas, nos ofrece una parte instrumental con mucha gracia en la que Eddie Vedder (voz) aprovechaba para hacer de las suyas en los directos.
Se ha dicho muchas veces que el rock es imagen, actitud y un montón más de cosas que poco tienen que ver con la música en sí, pero Pearl Jam, a diferencia de otros grupos coetáneos y vecinos, eran mucho más que eso. Siempre supieron estar en su sitio, poniéndose ellos mismos en una segunda fila que les permitía estar cómodos y hacer música con mayúsculas, desnudándola de todo lo que fuera superfluo e innecesario. Con los años la banda ha ido madurando su sonido hasta tal punto que sus discos más recientes, en mi opinión, no tienen nada que envidiarle a este “Ten”. La fecha de lanzamiento, sin embargo, acaba por decidir qué disco es un clásico y cual no lo es… todavía.
[youtube]http://youtu.be/MS91knuzoOA[/youtube]Jaume «MrBison»