Apilaje: Término utilizado por “unos elementos” de la zona levantina del país, proveniente del verbo apilar, y empleado para definir montañas y montañas de Cds, en su mayoría tostaos como churros (sin “digerir”) en las grabadoras de éstos. Esta palabreja ya es empleada por bastantes enganchaos a “intenné”.
Atrás quedaron los tiempos en que empezaba uno a interesarse por la música realmente. De crío uno se traga -o se tragaba, porque programas infantiles como los de antes hoy en día en las cadenas televisivas brillan por su ausencia, dejando su puesto a “interesantísimos” programas sobre la vida de famosos y “famosillos”, engendros en los que se busca airear la intimidad y sentimientos de las personas y demás “lindezas” para que la gente “cultive su intelecto”- las canciones infantiles, la música que ponía tu hermana/o mayor (algunos pueden agradecer a los de su misma sangre el haberles descubierto grandes cosas, en otros casos “ajo y agua” tocaba), los singles y vinilos antiguos de tus progenitores, los cánticos matutinos de la chacha, que aunque cantase horriblemente, lo hacía con gran alegría, etc., etc. (cada una/o puede echar la vista atrás y sonreír recordando la niñez y esos temas que marcan).
Bueno, que me lío, no nos vayamos tan atrás. Pues eso, que cuando uno empezaba a comprarse sus primeros cassettes, singles y vinilos era algo indescriptible. A uno le costaba decidirse en lo que emplear el mínimo dinero que tenía, pero normalmente era todo un acierto lo adquirido en la tienda de discos o en la venta por catálogo (aquel catálogo de la Discoplay -hoy venido a menos-, aquellos catálogos de grabaciones en cintas en los que te ofrecían joyas jamás vistas acá, así como grabaciones piratas en directo…). Con una inmensa alegría por la compra efectuada uno se tiraba meses y meses escuchando una y otra vez (a lo carne a la brasa, vuelta y vuelta sin parar) lo comprado. Es que se sabía uno hasta los espacios en blanco entre canción y canción J, antes de que comenzase a sonar el siguiente tema uno ya comenzaba a tararear la copla, llegando a quemar o rayar el soporte auditivo de tanto uso.
Pero las cosas cambian, se empieza a expandir más y más el mercado del disco, surgen nuevas compañías discográficas, nuevos grupos, nuevos estilos, y uno empieza a conocer gente y a intercambiarse música (bien quedando con amigos y colegas en la misma ciudad o el trueque por correo, incuso con el extranjero), sacando tiempo de donde sea para ir asimilando, pero uno más o menos lo llevaba y controlaba… Pero llega Internet, el paraíso para muchos y para otros visto como algo maligno (el ser humano pegado a una máquina sin apenas trato personal), y con ello la facilidad de poder conseguir cantidades ingentes de música a cambio de poco coste y llegando a límites enfermizos el conseguir más y más mp3’s, más discos, intentar asimilar en un corto período de tiempo material de épocas pasadas y actual. Y es que entramos en la dinámica de la sociedad de consumo, no nos contentamos con poco, cada vez queremos más y más. ¿Realmente disfrutamos de los discos que bajamos de la red y que conseguimos fácilmente? A ellos hay que sumarles los que uno compra originales (servidor últimamente compra bastantes, pero eso sí, de segunda mano o de serie media, porque las novedades la mayoría están a precios abusivos, ¿se creen que somos tontos?).
Y lo peor es si te gustan distintos estilos de música, porque abarcas más e intentas estar informado de todo lo que sale (o de la mayoría). Lo más fácil sería ser un cabeza cuadrada y echarse al oído unos pocos grupos o un estilo de música y ya está. Pero es imposible para muchas/os, ¿o es que acaso siempre comemos lo mismo? Lo bueno está en la variedad en esta vida. Así que esto de ser un aficionado a la música no sé si es un disfrute o un sin vivir. ¡Que la virgen de la teta al hombro nos pille confesaos por ser tan “endrogaos” de la música!
Cambiando de tema, en nuestras pequeñas posibilidades intentamos mejorar poco a poco la página (esperemos que por muchos años). Si la visitáis con frecuencia os habréis dado cuenta que se actualiza casi a diario (algún que otro fin de semana o puente pues no, también hay que descansar) y seguimos en nuestra labor de ir superándonos poco a poco, simplemente por gusto y por hacer un trabajo de corazón y sincero, sin competir con nadie, como dice un querido amigo y compañero de The Sentinel “miramos solo palante, y si acaso echamos un vistazo al lado será para enseñarles el culo o saludar con la manita a través de la ventanilla. El retrovisor como si no existiera”. Sirva esto para informaros del nuevo diseño de la página (aunque alguna/o quizás ya lo habréis comprobado sin haberos leído este rollete) y algún que otro retoque (puntuación de discos, reglamento del foro, etc.).
Read The Sentinel or die!!! 😉
Starbreaker