METALMANIA FESTIVAL – Viernes 11, sábado 12 y domingo 13 de julio de 2003, Auditorio Municipal de Villarobledo (Albacete)

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Viernes 11 de julio: REBELLION + OVERKILL + APOCALYPTICA + SEPULTURA + NIGHTWISH + SLAYER + BLIND GUARDIAN

Viernes 11 de Julio, 7:30 a.m. Suena el interludio del “Master Of Puppets” en mi móvil como sintonía despertina, pero yo ya llevo una hora dando vueltas. ¿Nerviosismo tal vez? No hay duda, no todos los días acude uno a una cumbre de Heavy Metal.

El camino se hace largo (furgón sin aire acondicionado), pero más o menos lo llevamos con alguna que otra litrona y el doble directo de Barricada en el aparato (el añejo), más que nada por eso de recordar viejos tiempos y evitar el ir con uvas a la vendimia, ya me entendéis. Tres horas (o algo más) y con el sobaco bien untao echamos el ancla en el desierto de Albacete, con unas cuantas viñas a nuestra derecha y otros tantos pelúos a la izquierda.

Una vez montado el tenderete (con nuestra carpa particular y todo, no os vayáis a creer), comidos y bebidos cogemos caminito y al recinto, a ver qué pasa. ¿Que qué pasa? Pues que en la puerta nos dicen que ese papel no vale, que mejor lo canjeemos en aquellas ventanillas que asoman a lo lejos con unos cuantos cientos de personas esperando. Era demasiado fácil. Ahora sí, tras una hora disfrutando de Lorenzo en una fila más larga que un disco de Dream Theater, accedemos por la puerta principal con una pulsera de mecanismo incomprensible y que todavía siento en la muñeca tres días después.

Según vamos andando hacia el interior voy escaneando la escena cual Terminator: a la derecha, casi en la entrada, el Metal Market ese venido de Alemania (mejor no entrar para evitar alguna desgracia), que estoy seguro de que si se hubieran ahorrado eso de ‘Entrada 2 Euros’ habría picado alguien más; a la izquierda, según se baja, el mercadillo (éste gratuito), zona asfaltada y techada e incluso césped, aunque artificial (al tercer día parecía cualquier cosa menos césped); a continuación la zona de avituallamiento, bastante completa (bocadillos, pizzería y hasta paellería, amén de una luenga barra en la que era difícil hacer cola) y con precios aceptables dentro de lo que cabe. Al lado opuesto, cómo no, el mastodóntico escenario, por el cual andaban ya los REBELLION del ex Grave Digger Uwe Lulis. Lamentablemente estábamos aún allanando el culo, así que lo poco que vimos fue de reojo. Con todo y con eso no me pareció escuchar un buen sonido, aunque no me hagáis mucho caso, porque el manido “Born A Rebel” tampoco me llegó al tímpano. De cualquier forma sirvió para calentar el oído y prepararnos para el primer plato fuerte del día, Overkill.

Pues eso, OVERKILL. ¿Qué más queréis que os diga? Creo que a estas alturas la palabra se define sola. A esas horas Lawrence de Arabia pegaba tanto o más que los de Bobby “Blitz” Ellsworth y el ‘trenzado’ D.D. Verni, pero éstos no se encerraron en el área. Comenzaron con lo más reciente (“Necroshine”“Until I Die”) para acabar con lo más añejo, el inevitable “Fuck You” (con los cientos de dedos al aire y Bobby sobrevolando cabezas), entre los cuales sonaron los imprescindibles “In Union We Stand” (aunque faltara unión entre el respetable precisamente), “Hammerhead”“Evil Never Dies” “Elimination”, y alguna que otra sorpresa como “New Machine” (rescate del “Horrorscope”) o el dañino “Bastard Nation” (de “W.F.O.”), en un set-list sensiblemente distinto al anterior que les vi en el pasado Piorno Rock y aún más recortado. Como dato anecdótico señalar la respuesta de la gente, mucho más efusiva en los temas nuevos que en los clásicos (¿relevo generacional, tal vez?), y como nota destacable, como de costumbre, Mr. Ellsworth, que no paró de hacer headbanging y de deleitarnos con sus fibrosas poses, y que se llevó a casa un tono de piel algo más rojizo que el que traía. A ver si alguien los trae de gira de una cochina vez y los vemos en condiciones.

Un ebrio locutor de la organización (si no lo iba lo parecía) sale para avisar que Apocalyptica están en otros menesteres y que no podrán tocar a la hora prevista, así que, en vez de adelantar la actuación del siguiente (Sepultura) y ocasionar que algún incondicional desinformado se los pierda, nos dejan la hora en plan recreo colegial para estirar las piernas, lo cual agradecí personalmente (el cansancio del viaje, las copichuelas de bienvenida y la mala alimentación estaban haciendo mella).

Tras el ocioso paréntesis, durante el cual pude disfrutar tanto de una sana hidratación a base de agua natural (con hielo) como de una amena charla forera (un placer, camaradas), los de Andreas Kisser e Igor Cavalera (qué raro suena esto) saltaron a la palestra. Tenía bastante curiosidad por ver a los brasileiros, más que nada por ver cómo se las apañan sin Max y por evaluar en directo la labor de Derrick, el sustituto ya hace un tiempo de éste. Y lo cierto es que me sorprendieron gratamente, esperaba bastante menos (supongo que por eso me sorprendieron, je je).

Tiraron mucho del núcleo (“Arise”, “Chaos A.D.”), óigase “Arise”“Desperate Cry”“Refuse/Resist”“Territory”“Slave New World”“Propaganda” o “Biotech Is Godzilla”, resumieron sus tres primeros discos con “Troops Of Doom” (“Beneath The Remains” directamente a la basura), de “Roots” sonaron la homónima y “Attitude” si mal no recuerdo (libretas no, gracias), y de la era ‘Green’ cosas como “Messiah” o las más recientes “Mind War”“Apes Of God” o “Come Back Alive” (carne de directo que en estudio no cuela). Igor, como siempre, lo mejor del grupo, Andreas atreviéndose incluso con el “Dazed And Confused” de Zeppelin (respuesta nula, claro) y Paulo Jr. y Derrick Green cumpliendo bien con el cometido (graciosa la guitarrilla que le cuelgan a este último). Sonido decente, como el resto (no hubo desastres reseñables en ningún concierto), y buen sabor de boca en líneas generales, aunque lejos del de antaño. ¿Serán los próximos en reunir a la ‘formación original’? Después de lo de Halford ya me lo creo todo.

Hora de NIGHTWISH, sinónimo de hora de relajarse. Así que tiramos para el césped de artificio y los escuchamos recostados, como mandan los cánones (y de paso guardamos fuerzas para Slayer, que ahí sí que nunca están de más). Confieso que el grupo de la guapa Tarja Turunen me sorprendió con aquel mezclote de Stratovarius sinfonicoperístico en “Oceanborn”, pero “Wishmaster”, pese a mantener el nivel de aquel, ya me pareció demasiado previsible y decidí plantarme. No obstante tenía ganas de escuchar esos temas en directo, y para servidor sonó lo que tenía que sonar y como tenía que sonar (bueno, más o menos). Entre plática y plática, aunque mis contertulios no se dieran cuenta, iba disfrutando de “The Kinslayer”“She Is My Sin”“Come Cover Me”“Wanderlust”,“Stargazers” o “Gethsemane”, quizá más por el descanso corporal y la candidez de la música en general que por la actuación en particular, que salvo el momento en que me reincorporé para ir a visitar a Mr. Roca (nunca mejor dicho) no pude llegar a divisar. No sé qué opinarán los fans que sudaron en las primeras filas, pero a mí desde luego Nightwish me sirvieron de terapia y me enjuagaron el oído para lo que venía después. Ah, gracias también por el cover de Gary Moore, cosillas así de vez en cuando se agradecen (sólo de vez en cuando).

Y tras la calma la tormenta, como dirían Venom. Y nadie mejor que sus hijos predilectos para desencadenarla: SLAYER. Afirmar que Slayer es hoy por hoy la banda extrema por excelencia no me parece nada exagerado, máxime cuando algunos de sus colegas de generación ya ni existen (Megadeth), otros se encuentran en horas bajas de popularidad (Anthrax) y los que todos sabemos ni se encuentran. ¿Que hay bandas de Black/Death/Doom a raudales? Cierto, y algunas incluso de calidad, pero a día de hoy no me he topado aún con ninguna que desprenda la agresividad de Slayer encima de un escenario. Y cuando hablo de agresividad no me refiero únicamente a caña burra porque sí (de eso hay mucho, desgraciadamente), sino a músicos competentes que hagan sonar los discos incluso mejor en directo.

Si en algo estoy de acuerdo con los detractores del grupo (en este festival también los había, como en todos lados) es que todos los temas sonaron igual… de asquerosamente perfectos! ¿El set-list? Qué más da, toquen lo que toquen lo van a clavar igual. “The Antichrist”“Chemical Warfare”“South Of Heaven”“War Ensemble”“Dead Skin Mask” (presentación a berrido limpio de Araya incluida y el respetable enmudecido) y demás joyas del pasado sonaron a gloria bendita, entre alguna que otra pieza de su más reciente “God Hates Us All” que se despacharon al comienzo. Pero lo que sin duda nos dejó para el arrastre fue ese repaso íntegro al “Reign In Blood” (¿es suyo, no?), que acabó, cómo no, con “Rainning Blood” dinamitándonos los sesos. El sonido fue impecable, al igual que la actitud de la banda; Tom Araya -más comunicativo que nunca- y Kerry King al borde de partirse el cuello, Jeff Hanemann con sus inconfundibles cortinas rubias y sus inseparables rodilleras y Dave Lombardo… en fin, es Dave Lombardo, simplemente el mejor en su estilo e instrumento (acabó tirando el kit en plan “ahí queda eso”). Sin duda lo mejor del día (insuperable, diría yo) y de lo mejorcito de todo el festival.

Y después de la tormenta viene la calma, que también se dice. Si Slayer fue la de cal, la de arena nos la llevamos con BLIND GUARDIAN, muy a mi pesar. Y digo esto porque uno hace ya un tiempecillo que los vengo siguiendo, y me da mucha pena que un grupo como Blind Guardian, que ha servido de anticoagulante en esto del Heavy Metal europeo, se vea en estas en las que se ve. Reconozco que tenían algún que otro factor en contra (donde descarga Slayer no vuelve a crecer la hierba, sobre todo si es artificial, y tampoco ayuda que te presten un batería –por bueno que sea- a última hora), pero es innegable que el directo que ofrecen los alemanes últimamente deja bastante que desear (pese a que nos hayan colao ese ‘best of’ llamado “Live” como el que no quiere la cosa). Cuando escuché las primeras notas, con Hansi ya hablando directamente, el tal Alex Holzwarth de Rhapsody reinventándose partes de batería a su antojo y para colmo alguna que otra deficiencia en el sonido, supe inmediatamente que mi sitio estaba en la zona de acampada. Según iba de camino hacia la tienda iba escuchando “The Last Candle”, algo que me hubiera gustado escuchar en directo en su día, pero que desgraciadamente a estas alturas ni me inmutó. Como diría uno que yo me sé, mal asunto compañeros…

Y aquí acabó para mí la primera jornada del festival. Obviamente no pude disfrutar de la descarga de Apocalyptica, que como ya digo no hicieron acto de presencia a su hora y los dejaron para cerrar el viernes tras Blind Guardian (según dicen se los comieron, y con menos instrumentos).

Nightfall…

Texto: Bubba

 

Sábado 12 de julio: PRIMAL FEAR + HAMMERFALL + BARÓN ROJO + SAXON + IRON MAIDEN + DIO + STRAY

Era como si nunca hubiese hecho calor y lo hiciera todo de golpe esa tarde, una cosa tremenda oiga. Aparcar el coche en el secarral aquel (que la organización llamó “zona de acampada” pero que más bien parecía un campamento tuareg), salir a la calle y empezar a resoplar fue todo seguido. Una colleja a la organización.

Luego vino lo de averiguar por donde se entraba, que a las 4 de la tarde en aquel sitio, con la comida bajando todavía y el laberinto de vallas y casetas que se habían montado fue de mear y no echar gota. Pero la guinda la puso la pulsera de plástico esa que colocaban a modo de crotal, talmente como borregos, oiga. Otra colleja.

Pero a decir verdad, quitando la prueba del algodón que acabo de relatar (los tunos lo llamaban “examen de pardillos”), el resto de la organización no estuvo mal. Escenario gigantesco, con un buen sonido (que es lo más importante), carpas con merchandising, bares con precios razonables, horarios que casi se cumplen… en fin, que aprueba.

Con puntualidad sorprendente empezaron PRIMAL FEAR. No había demasiada gente delante del escenario, pero las carpas estaban llenas (buscando la sombra). Los que aguantamos el ‘chaparrón’ de las 16:30 alternábamos mirar al escenario y a las nubes que de vez en cuando nos obsequiaban con unos minutos de sombra, mientras Ralf Scheepers, Matt Sinner y compañía dejaban al respetable con la boca abierta (de sed y de admiración). Ejecución perfecta y buen sonido en general, aunque con la caja y los bombos un poco más altos de lo que sería deseable.

Tocaron temas como “Black Sun”, que fue con la que empezaron la actuación, “Nuclear Fire”“Under Your Spell” o “Angel In Black”, que creo recordar fue la última. La sensación que dieron al terminar su actuación es la de grupo grande y, sobre todo, que Scheepers seguirá siendo el eterno sustituto (Priest, Helloween…), especialmente tras escucharle cantar la versión del “Metal Gods” que ofrecieron para celebrar la vuelta de Halford a Judas. Voz impresionante y buenos músicos en general.

HAMMERFALL

Visita obligada al bar, a por agua (¡caliente!) y un vaso con hielo. Cascaba Lorenzo que daba miedo salir de la sombra, pero tenía bastante interés por ver a HAMMERFALL, aunque sólo fuera porque alguno de sus discos me pareció decente, y, ¡que coño!, por recordar tiempos de muñequera.

Cuando vi aparecer al larguirucho Oscar Dronjak con aquella chupa de cristales (con la que estaba cayendo en Villarrobledo a las 6 de la tarde…) no sabía si compadecerle o descojonarme vivo. El tío aguantó lo menos dos canciones antes de quitarse semejante esperpento de encima, pero supongo que perdió bastante líquido corporal. No sé si sería por esto o qué, pero cuando hacía los punteíllos esos que metía por ahí entre medias hizo bastantes pifias, y se notó. Lo mismo que el batería, que también cantó lo suyo.

Pero bueno, fallos aparte, hicieron su música y gustaron al personal. Yo me llevé lo que me imaginaba (aunque no iba predispuesto, que conste), me parecieron un grupo de poco nivel en general que hace un heavy metal excesivamente encorsetado en patrones que suenan horteras a más no poder. Si hay que destacar algo es la voz de Joacim Cans, que sin ser un prodigio, sí estuvo muy bien todo el concierto. Por cierto, también se hicieron una versión de Judas Priest para celebrar lo de Halford, en este caso “Breaking The Law”, que no les quedó mal del todo, pero vamos, que de donde no hay no se puede sacar.

De nuevo a dejarme los cuartos en el bar. Estaba el agua para pelar pollos, pero había que meterse líquido como fuera. En los mentideros de por allí se comentaba que BARÓN ROJO iban a salir a comerse el auditorio, tanta gente y tan buena disposición había que aprovecharlo. Y si no hubiera sido por el titubeante principio acompañado de una miaja de mala suerte, ahora mismo estaríamos hablando de una actuación apoteósica. Angel Arias con un cabreo de narices al comprobar que se había fundido el previo de su bajo, cambiando de instrumento pensando que pudieran proceder de ahí los problemas. Afortunadamente se arregló, pero en ese momento le llegó el turno a Armando, que se encontró con la agradable sorpresa de que al cambiar de guitarra, cada cuerda iba por libre. Un parón de algunos minutos para afinar y a partir de ahí la cosa sonó casi como tenía que sonar, si exceptuamos los solos y el volumen de la guitarra (nada que no solucione un buen rapapolvo al de la mesa para la próxima).

El repertorio se basó en clásicos: “Volumen brutal”“Breakthoven”“El malo”“Las flores del mal”“Concierto para ellos”“Cuerdas de acero” (que sonó tremenda), “Te espero en el infierno”“Barón Rojo” o “Resistiré”. El público entregado, ellos muy a gusto (por fin) y todo sonando en su sitio. Una hora demasiado rápida y, aunque no es el mejor concierto de ellos que he presenciado, al menos me hicieron olvidar el anterior de La Cubierta y no me acordé de los de hace 20 años, cosa que se agradece aunque Armando diga que están “más p’allá que p’acá”.

Esta vez fue alguien a por el agua mientras yo pillaba buen sitio para ver a SAXON. Que yo diga que fueron lo mejor de la noche, o que le dieron un buen repaso al resto puede que no tenga demasiada credibilidad dada mi condición de seguidor casi-incondicional del grupo desde hace 25 años largos, pero esa fue la conclusión de la mayoría con la que comenté la jugada. Si hubieran gozado de las mismas condiciones que tenían los siguientes, bueno, en fin… La cruda realidad es que al principio sonaban bien pero algo faltos de volumen, y cuando les subieron se fue el sonido del todo hasta en dos ocasiones. A medias quedaron “Dragons Lair” y “Conquistador”. El resto del repertorio, y como es costumbre en este tipo de eventos con tanto grupo y tan poco tiempo, clásicos: “Heavy Metal Thunder”“Denim And Leather”“Princess Of The Night”“Strong Arm Of The Law”“Wheels Of Steel” o “Crusader”. También cayeron algunas no tan clásicas, pero que están camino de ello como “Dogs Of War” o “Solid Ball Of Rock” (que, por cierto, hacía bastante que no tocaban en directo), y las ya citadas del apagón.

Byford como siempre, con la voz de hace 25 años y encantado de estar allí, Paul Queen algo más soso de lo acostumbrado, Doug Scarratt cada vez con más presencia, Fritz Randow dando clases a los presentes (músicos y público) y el cuello de Nibbs Carter supongo que bien, gracias. Tampoco fue el mejor concierto que yo les haya visto (y os aseguro que ya llevo unos cuantos) pero junto con DIO fueron lo mejor de la noche con diferencia. Y este comentario sobrevoló el recinto y sus 60.000 criaturas.

Ahora sí que no podía moverme, tenía buen sitio y la gente se iba apretando, así es que de nuevo alguien me hizo el favor (más agua, como me paren para soplar…). Craso error. IRON MAIDEN eran los cabezas de cartel, y se notó que la inmensa mayoría esperaba ese momento. Entre el escenario y la mesa de sonido no había un hueco, y cuando aquello empezó a moverse para todos los lados, sin ver ni torta, con un calor de cocerse y que uno ya no está pa los trotes de hace años, fue cuando tocaron retirada. Salí como pude de aquel cocedero de marisco y después de más agua me planté en gallinero a ver la actuación de Dickinson y cía.

Si tengo que destacar algo es precisamente la voz de Bruce Dickinson, este tío canta exactamente igual que siempre, no ha perdido ni gota, llega a los tonos más jodidos y se mueve por el escenario cual grácil cabra montés. Todo un espectáculo. Aunque no todo fue igual, bastante más lamentable me pareció la ‘gracia’ de Nicko bailando en “The Clansman”, lo cutre de los ‘Eddies’, tanto el que sale al escenario como el del final, lo mal que queda a estas alturas ya lo de la gente en “Heaven Can Wait”, incluso lo previsible del repertorio, que, a excepción del tema nuevo (creo que se titula “Wildest Dreams”), es lo de siempre. Bueno no, el espontáneo aquel que sacaron a patadas no lo había visto nunca en alguna de sus actuaciones, mira.

“The Number Of The Beast”“The Trooper”“Hallowed Be Thy Name”“The Clairvoyant”“Bring Your Daughter… To The Slaughter”“Iron Maiden”… aunque no fue una mala actuación, prefiero olvidarme de los Maiden del Metalmania. A ver si en septiembre cuando vuelvan (anunciado por Dickinson con el consiguiente éxtasis colectivo) la cosa mejora.

DIO salió al escenario hora y pico después de terminar la actuación anterior, lo que hizo que se enfriara un poco el ambiente, y dado que muchos de los presentes en el concierto de Iron Maiden ya habían cogido las de Villadiego, los que quedamos disfrutamos muy a gusto del metro y medio con la voz más privilegiada del rock. Parece mentira que Ronald Padavona tenga ya 63 años, pero los tiene recién cumplidos (10 de julio de 1940, New Hampshire-USA).

El mejor sonido de la noche, un set-list de caerte de espaldas y unos músicos que mejoran con el tiempo, caso por ejemplo de Simon Wright, quien siempre me pareció un tarugo tocando la batería (en su etapa en AC/DC apenas se notó, claro), y sin hacer grandes alardes de maestría esa noche, al menos lavó la imagen. Craig Goldy gozó de un sonido de guitarra realmente bueno, y aunque no es un genio de las seis cuerdas al menos el grupo con él suena a grupo, mucho más que con Aldrich, por ejemplo.

Como los anteriores, el repertorio estuvo plagado de clásicos de su etapa en solitario (“Holy Diver”“The Last In Line”“Stand Up And Shout”“I Speed At Night”“Straight Through The Heart”…), algunos más recientes (“Killing The Dragon”“Lord Of The Last Day”, que fue el punto más bajo de su actuación) y otros de sus etapas en Black Sabbath (“Heaven & Hell”) y Rainbow (“Stargazer”“Man On The Silver Mountain”“Long Live Rock And Roll”). En definitiva un buen concierto que podría haber durado un par de horas más repasando clásicos que faltaron, pero eran ya las 3 y media de la mañana y se empezaban a notar los calores de por la tarde y las horas de pie.

STRAY

La gente iba desfilando hacia la puerta de salida, unos porque no sabían que faltaban STRAY por tocar, otros porque pasaban de ellos y otros porque aunque lo sabían y no pasaban, sus cuerpos no aguantaban más. Buen momento pues para ir a comer algo, aunque fuera con pan de hace tres días y más agua al buche.

Dio tiempo a que desmontaran el escenario casi por completo, sólo quedaron dos amplificadores pequeños, la batería y los monitores, que en medio de aquel enorme escenario era como de chiste. Pero ahí estaban los abueletes dando caña ante unas 150 personas, empezando con un irónico “Good morning” que soltó Del Bronham antes de hacer sonar su guitarra. Yo aguanté tres canciones, tampoco voy a negarlo, sobre todo porque me esperaban 300 kms hasta mi casa y con la paliza que llevaba encima (ya no está uno pa estos trotes) estaba deseando pillar el asiento del coche. Las tres canciones que vi sonaron de maravilla, incluso con mejor sonido que algunos de los predecesores, y a pesar del horario tan poco favorecedor, el grupo se entregó y los que estuvimos allí también. Una pena que llegara tan tarde.

Resumiendo, un buen festival (al menos ese día) en casi todos los aspectos, sobre todo teniendo en cuenta las limitaciones de los grupos cuando tocan condicionados por el horario y por compartir espacio. La organización bastante bien, el sonido magnífico, el público cojonudo… Y la Guardia Civil de tráfico esperándome entre Villarrobledo y El Provencio. Menos mal que me tiré toda la tarde bebiendo agua, algo me olía yo…

Texto: Alvar de Flack

 

Domingo 13 de julio: DARK TRANQUILLITY + EXODUS + IMMORTAL + KREATOR + MASTERPLAN + STRATOVARIUS + MOTÖRHEAD

El domingo se presentaba tranquilo. Tras un sábado donde primó el sabor añejo, el apretón y el buen bebercio, además de algún que otro contratiempo como unas duchas que no echan ni gota tras dos horas de espera y un final de fiesta en la carpa Mephisto con retorcijón incluido, el último día había que tomárselo con cierta filosofía, sobre todo si tenemos en cuenta que el cartel era quizá el más bruto y las fuerzas ya iban por el cruce hacia Albacete.

Era la primera vez que tras una siesta me iba a ver a los suecos DARK TRANQUILLITY, dicen que para todo hay una primera vez. Según subía la terragosa cuesta hacia el recinto iba escuchando la prueba de sonido, y con la tostada que portaba a esas horas si no llego a acelerar el paso me pierdo fijo el comienzo de la actuación. Michael Stanne y servidor asomábamos la jeta más o menos al mismo tiempo, uno por el escenario y otro por el auditorio, aunque cuando le vi de pantalón negro, camisa larga y de tono salmón supe que unos lo iban a pasar peor que otros. El sonido fue bastante decente para lo que supone abrir la traca (como ya decía del viernes no hubo ningún desastre reseñable en todo el festival), con una especial preponderancia del teclado, eso sí.

Temas sonaron más o menos repartidos, desde aquel himno swedish-death llamado “Punish My Heaven”, algo ralentizado esta vez (culpa de la pájara, como decía Indurain), hasta otros más recientes como “Final Resistance” o “Monochromatic Stains”, pasando por los inevitables “Zodijackyl Light” de su álbum puente “The Mind’s I” (¿Y ese “Insanity’s Crescendo”, falta de fémina quizá?), “The Wonders At Your Feet” del desapercibido “Haven” o el ovacionado “Thereln” del menospreciado “Projector”, que me recargó buena parte de las pilas perdidas la noche anterior. Destacar sobre todo la labor de Stanne, que pese a la que caía a esas horas supo aguantar el tirón y demostrarnos su afabilidad y simpatía encima de las tablas. Otros que no me importaría repetir en condiciones.

EXODUS

No sé por qué tenía la sensación de que EXODUS me iban a defraudar en directo, pero no fue así. Puede que fuera el desastre de Nuclear Assault hace unos meses en Londres, o que simplemente uno ya desconfía de esto de las reuniones, pero los de Rick Hunolt y Steve “Zetro” Sousa cumplieron. Cierto es que no gozaron del mejor sonido precisamente (la guitarra de Hunolt se tomó unas vacaciones por momentos), pero el repertorio acompañó y el acalorado público también, sobre todo un zagal a hombros de menos de una década que no paró de berrear los temas para deleite del personal. “And Then There Were None”“Bonded By Blood”“Piranha”“Strike Of The Motherfuckin’ Beast” (como dijo Sousa), “Pleasures Of The Flesh” o “Fabulous Disaster” no faltaron a la cita, así como un tema nuevo cuyo nombre no recuerdo y que obviamente sonó añejo. Al final sonrisa en el rostro por haber recuperado a uno de los clásicos del género. Hammett, córtate el pelo.

IMMORTAL

Confieso que los noruegos IMMORTAL han sido de los pocos grupos de black metal que hasta el día de hoy han merecido mi respeto, pero desde su actuación en el festival de Villarobledo creo que cambiaría por admiración dicho término. Digo esto porque en eso del Black Metal resulta bastante sencillo caer en el más absurdo de los ridículos, o bien por pose anti-todo o por dejarse arrollar por el marketing y que la música pase a un segundo plano. A mi modo de ver Immortal han encontrado el equilibrio, y qué duda cabe que cada vez son mejores músicos y suenan mejor en estudio (benditos Abyss) y en directo.

Con el sol pegando sus últimos coletazos (pero qué coletazos!), Abbath y los suyos salieron a hacer su show, nunca mejor dicho. Basaron el set-list fundamentalmente en su etapa más heavy, la comprendida entre “At The Heart Of The Winter” y su reciente “Sons Of Northern Darkness”, con temas como “Solar Fall”“Damned In Black”“One By One” o el denso “Tyrants”, sin olvidar algún que otro guiño al pasado como “The Sun No Longer Rises” del ya lejano “Pure Holocaust”, con un ‘fuck the sun’ por parte de Abbath bastante cachondo. Es agradable comprobar que la pose también tiene su límite en escenas como la de Abbath dándole una patada a un balón, replicando un ‘fuck you’ con un ‘fuck you too’ y una sonrisa diabólica, o sosteniendo una bandera arrojada por un fan, aunque a la postre se limpiara el culo con ella sacando la lengua. Al final pinturas de guerra casi derretidas por el calor (salvo en el batería, que pese a clavar literalmente los temas doy fe de que ni sudó), un “Withstand The Fall Of Time” de quitarse el sombrero (sí!) y la sensación de haber visto un grupo realmente competente. A ver si aprenden otros.

Los alemanes KREATOR vinieron a reproducir más o menos lo ya visto en su reciente dvd “Live Kreation”, así que nos pillaron avisados. Curiosa y desgraciadamente no tuvieron el sonido esperado, y llegó incluso un momento en que dudé de si el humo de escena era realmente artificial o consecuencia de los chispazos que emitían los Marschalls. En cualquier caso y como era de esperar, Mille Petrozza, Ventor y compañía salieron a matar, y desde la intro “The Patriarch” fundida con “Violent Revolution” y el hímnico “Reconquering The Throne” (lo mejor de Kreator en años) hasta la brutal fusión de “Flag Of Hate” con “Tormentor”, la cosa fue mejorando hasta dejarnos el cogote más suave que un guante. ¿Hechos destacables? Así que recuerde Christian Giesler con el bajo rozando el suelo, el ex Waltari Sami Yli Sirniö con la misma cara de felicidad de principio a fin y Mille Petrozza que cualquier día de estos se va a hacer daño. Del repertorio de esa tarde-noche me gustaron especialmente “People Of The Lie” (ésta siempre) y “Renewal”, quizá un tanto por el descanso auditivo (muchas horas de tuca-tuca). Ah, sí, otra cosa: “Riot Of Violence”, con Ventor al micro y a las baquetas (brutal). Sin duda los de Essen son un equipo de élite, que incluso en una mala tarde no defraudan, y así lo demostraron esta noche. Pleasure To Kill!

MASTERPLAN

Era la hora de que el grupo revelación de los últimos tiempos MASTERPLAN demostrara su valía encima de las tablas, y lamentablemente la hora se les pasó y lo único que quedó patente es que Lande está más roto que Pocholo Martínez Bordiu. Ignoro si fue una mala tarde (que la puede tener cualquiera, como diría Chiquito) o simplemente que el bueno de Jorn no da la talla en directo, pero lo cierto es que el ex-Ark estuvo flojísimo (eso siendo generoso), y eso en un grupo como Masterplan en el que la voz sostiene la batuta se nota y mucho. De nada sirvieron los paseíllos de Roland a lo largo del día por detrás del escenario para chequear la plaza en la que lidiaba (le vi hasta en Immortal) ni el eterno buen hacer de Uli tras los parches; notas bajadas adrede, alejamientos forzados del micro e incluso Roland haciendo de vocalista (no es la primera vez, que Andi es mucho Andi) acabaron convenciéndome de que la hora de cenar había llegado. Se repasaron el disco mientras servidor se repasaba un bocata de atún con olivas, desde luego muy a mi pesar. Una excelente ocasión para seguir sumando fans que me temo no aprovecharon bien del todo. A ver si la próxima me convencen.

STRATOVARIUS sin embargo me quitaron el mal sabor que me dejaron la última vez que les vi, concretamente en el Menorrock del 99. Esta noche sonaron bien y Kotipelto anduvo más fino que aquella vez, y ya desde un principio sacaron los ases sobre la mesa, empezando por el célebre “The Kiss Of Judas” de su laureado e insuperado “Visions”, del cual rescataron otros como “Black Diamond”“Legions” o “Paradise”, para deleite del personal. El resto fueron piezas inseparables del repertorio, tales como el ya mítico “Against The Wind” que les diera a conocer más y mejor por estos lares, “Twilight Symphony”“Father Time”, el fugaz “Speed Of Light” o su más reciente “Hunting High And Low”. Afortunadamente para los que hace tiempo acabamos empachados de tanto ‘timo’ de lo último poco, “Soul Of A Vagabond” y no mucho más. La banda estuvo bien, es decir, mecánica, como siempre -es lo que pasa cuando tienes a un batería que parece una programación y a un guitarrista que es todo escalas-, y como ya digo el sonido acompañó en todo momento. Moraleja: qué frío hace en Finlandia.

Pues nada mejor que los MOTÖRHEAD de Mr. Lemmy Kilminster para entrar en calor. Con Motörhead me pasa tres cuartos de lo mismo que con Slayer pero en adulto, cada vez que los veo me gustan más, será que mejoran con el tiempo, como el buen vino. Algo tienen que tener de especial estos tres señores para que después de tres largos días con sus respectivas noches sacáramos fuerzas de flaqueza y acabáramos subiéndonos a hombros unos a otros (¿eh Gizmo?). El set-list infalible, como de costumbre, aunque por culpa de unas extrañas interferencias radiofónicas se quedasen fuera cosas como “Bomber” o “Orgasmatron” (casi mejor, nos podíamos haber hecho daño). “We Are Motörhead”“Ace Of Spades”“Overkill”“No Class”“Damage Case”“Killed By Death”“Iron Fist”“Doctor Rock”“Going To Brazil”“Sacrifice”“God Save The Queen”“Shoot You In The Back” y alguna más que seguro se me escapa sonaron como un puñetazo en toda la cara, y la verdad es que a esas alturas de festival la guardia ya estaba más que baja. Lo mejor del concierto sin duda el teleñeco Mikkey Dee, en palabras de Lemmy “the best drummer in the fuckin’ world”, sin olvidarnos claro de las botas de éste, que deslumbraron como nunca (¿os acordáis del Llanero Solitario?).

Y así a grandes rasgos fue lo que dio de sí la primera edición del Metalmania Festival. Resumiendo muy mucho decir que el tema organizativo pasó la prueba en muchos aspectos (sonido, horarios –más o menos-, avituallamiento, etc.), aunque en otros como el del aseo y la higiene (necesarios cuando se trata de tres días) dejó bastante que desear. Por último agradecer a la organización el ahorrarse nuestra acreditación (y no va con segundas), el haber asistido como ‘profesional’ habría mermado sin duda el disfrute de un servidor. Por cierto, crónicas objetivas en su kiosco, el mes que viene.

Texto: Bubba