LOS SEMINUEVOS – Miércoles 7 de julio de 2004, pub Hebe (Madrid)

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Un mensaje en nuestro Libro de Visitas nos puso sobre la pista. Israel, un asiduo de nuestra página, nos informaba de que su grupo, Los Seminuevos, iba a tocar en el Hebe. Además, en el grupo estaban Javier Mira y El Lili, viejos conocidos de la escena rockera madrileña, a los que hacía tiempo que habíamos perdido la pista. El grupo se dedica a hacer versiones de clásicos del Hard Rock, lo que hacía aún más sugerente e inexcusable nuestra presencia a la cita.

La historia de El Lili (José Castañosa en el D.N.I.) es un tanto curiosa. Fue el cantante original de Tritón, donde coincidió con Javier Mira. Con Tritón ganó el Festival Villa de Madrid, por lo que incluyeron una canción en un mini-LP que editó el Ayuntamiento con varios grupos. Poco después abandonó el grupo, siendo sustituido por Maxi González, que fue quien grabó el único disco que el grupo sacó al mercado. Después de Tritón, El Lili formó Sangre Azul, con quienes volvió a ganar el Festival Villa de Madrid al año siguiente. El premio consistía en un maxi-single editado por el Ayuntamiento de Madrid. Tras la grabación, la historia se repite y vuelve a abandonar su grupo, siendo sustituido por Tony, que provenía de unos incipientes Muro.

Javier Mira es conocido precisamente por su estancia en Tritón, con quienes grabó el buen disco mencionado que lamentablemente no llegó a tener continuidad. Después ha estado en otros grupos de menor calado entre los que hemos conocido a Geyser.

Ahora, sus caminos han vuelto a cruzarse en Los Seminuevos. Israel Ramos se encarga del bajo, y el grupo lo completan el guitarrista Francisco Reyes, el batería José Carlos Rojas y el teclista Francisco García.

Tras esta introducción, creo que necesaria, pasemos a ver lo que dio de sí el evento en cuestión.

El Hebe se encontraba a medio aforo cuando la banda subió al escenario. Este local vallecano, histórico donde los haya, ofrece una sensación de entorno familiar que ayuda a que cada concierto sea una fiesta a poco que el grupo ponga algo de su parte.

A las diez y media los músicos toman su sitio en el escenario, con algunos problemas, ya que el espacio sobre las tablas no es todo lo espacioso que hubieran necesitado. En seguida me fijé en Javier Mira, tan “escurrío” como siempre, y en El Lili, algo más entrado en kilos, pero igual de extrovertido y dicharachero que siempre. Presentó a la banda, y me fijé en el bajista Israel y su look a lo Cañizares, con quien había quedado después del concierto para conocernos personalmente.

Sin más dilación arrancaron con “We Are An American Band” (Grand Funk Railroad), con un sonido bastante aceptable. El comienzo fue un poco irregular, demostrando una falta de ensayos comprensible en un grupo hecho básicamente para la diversión. El Lili demuestra que el que tuvo, retuvo, con buena potencia de voz, aunque divagaba en demasía con “gorgoritos” de los que no siempre conseguía salir con soltura. El resto de la banda cumplía sobradamente para dar a aquello un empaque consistente. Paco Reyes, el otro guitarrista, demostraba no quedarle a la zaga a Javier Mira, con quien se fue repartiendo los solos a lo largo de todo el concierto.

Ya con el primer tema pude sacar las conclusiones que no harían sino reforzarse a lo largo de todo el concierto: allí estábamos para divertirnos, para gozar con una velada llena de clásicos y para convertir la noche en una fiesta. Eso sí, también me di cuenta que la mayoría de los temas iban a ser cantados en inglés, y que la pronunciación de El Lili no iba a ser con acento de Oxford, precisamente…

El siguiente tema en caer fue “Rosalie”, original de Bob Seger aunque todos tenemos en mente la versión de Thin Lizzy. La mitad del aforo del local estaba cubierto, cómodamente instalados por la sala, dejando un hueco delante del escenario, cosa que aprovecha El Lili para bajarse a la “arena” y cantar la mayor parte del tema entre el público, bromeando con los integrantes de las primeras filas.

Continuaron con un siempre clásico “White Room” (Cream), ejecutado mucho más duro que el original, sobre todo en la voz de El Lili, mucho más agresiva que la de Jack Bruce, y en el solo de guitarra, más heavy que el original de Eric Clapton.

Con “Seven Days” (Bob Dylan, también conocida por la versión de Jimmy Barnes) El Lili tuvo uno de los mejores momentos de la noche, adaptando perfectamente el tema a su estilo de cantar. A todo el grupo se le ve contento y feliz, disfrutando del momento, y el público contribuye a ello con palmas y aplausos.

La exhibición de voz no pudo continuar en el siguiente tema, ya que el siempre difícil de cantar “Since You’ve Been Gone” (Rainbow, original de Russ Ballard), nos demuestra el mérito que tenía Graham Bonnet y su personal timbre de voz. Afortunadamente, El Lili tiene las suficientes tablas para entretenernos, bajando de nuevo entre el público e intentándonos hacer cantar las partes más difíciles.

Quizás para darle un respiro, tras este tema Javier Mira interpretó un solo de guitarra, acompañado por el colchón de teclados de Francisco García, que dio paso a un emocionante “Fool For Your Lovin’” (Whitesnake), que hizo las delicias de todos.

Quizás uno de los temas más versionados de la historia sea el “Born To Be Wild” de Steppenwolf, y esta noche no podía faltar, aunque su interpretación fue algo caótica. Tocada a una velocidad muy superior a la original, El Lili se despistó y se comió la segunda estrofa (me quedé sin cantar aquello de …heavy metal thunder que nos sabemos todos…), y el estribillo lo descojonó. Afortunadamente, el ambiente familiar del Hebe y las tablas del resto del grupo sacaron el tema adelante, entre risas.

Al acabar el tema, El Lili dice algo así como “voy a invitar a un amigo a cantar una canción, que yo no me la sé”, y nos presenta a Silver, que rondaba por la sala desde el principio. Con ambos vocalistas turnándose las estrofas, el tema que suena es “Black Night” (Deep Purple), con buena participación del público.

Silver no fue el único invitado esa noche, ya que le pasó el testigo a Iván, el batería de su actual banda, “Silver Fist”, que se sentó tras los parches para tocar un colosal “Hold The Line” (Toto), en el que El Lili se vuelve a bajar entre el público y mientras canta empieza a vacilar con todo el que encuentra, incluido el camarero que recogía los vasos.

Otro mega-clásico no tarda en caer: Nada más y nada menos que “Can’t Get Enough” (Bad Company), que hace las delicias del respetable. Al igual que en el resto de piezas de Hard Rock, la versión de Los Seminuevos es más heavy, sobre todo en la voz, mucho más agresiva que la de Paul Rodgers.

El inglés “guachi-guachi” de El Lili iba a tomarse un respiro, ya que había llegado el momento de hacerse unas coplas en cristiano. La primera de ellas fue “Trae contigo tu amor”, esa adaptación que hizo Topo sobre un blues de Sam Cooke, aunque la versión de Los Seminuevos fue mucho más dura y rápida. Le siguió un pletórico “Reina de la noche” (Miguel Ríos), toda una sorpresa que cantamos voz en grito, y la versión menos conocida por mi parte de toda la noche: “Míralo”, de la cantante mexicana Alejandra Guzmán. Me gustó mucho tanto la canción como la versión que oí esa noche, rescatada de aquellos primeros tiempos de Sangre Azul.

El concierto estaba llegando a su fin, y los temas iba subiendo en intensidad, aumentando la energía ahora que el show acababa. Un huracán llamado “Tush” (ZZ Top) fue posiblemente la mejor versión de la noche, en el momento adecuado y plena de emoción. Para despedirse nos atacaron con una rockera “Cat Scratch Fever” (Ted Nugent) y una de mis debilidades, “Shadow Play” (Rory Gallagher), en el que los dos guitarristas demuestran que se complementan a las mil maravillas.

Eran cerca de las 12 de la noche, y El Lili anuncia para terminar uno de los temas más apropiados, “Doctor Doctor” (UFO), con el que se despiden de todos nosotros.

Ya se sabe que esto de los bises es algo que si el público lo pide, se hacen, y si no lo pide, también. Al bajar el grupo del escenario, empieza a sonar la música del local, lo que nos deja un poco planchados, pero El Lili retoma rápidamente el escenario para recordarnos que teníamos opción de una más… Y sin más, Javier Mira clava el riff de “Ain’t Talkin’ ‘bout Love” (Van Halen), un tema que no me esperaba escuchar, pero que se reveló todo un acierto para cerrar una gran noche de rock and roll.

Quizás este tipo de proyectos nunca pasen de ser mero entretenimiento, tanto para los espectadores como para los propios músicos, pero no se me ocurre mejor forma de pasar una agradable velada, en un ambiente amigable. Yo me fui plenamente satisfecho ¿Cuándo repetimos?

Texto y fotos: Shan Tee