Viernes 10 de abril de 2015, sala We Rock (Madrid)

Hacía tiempo que tenía interés en ver a Local 9 en directo, concretamente desde que el grupo me hizo llegar el disco que lleva su nombre para comentarlo en la web. Su pasión contagiosa y sus ganas de crecer como grupo hacían que esta cita fuera ineludible para mi. Además, dos buenas bandas iban a completar el cartel, así que bastante prontito me planté en la sala We Rock para disfrutar de una velada que se me antojaba muy entretenida.

 

El primer grupo de la noche sería Chico Diablo. A pesar de que llevan poco tiempo como grupo, les conozco bien ya que tuve la oportunidad de entrevistarles en mi programa de radio, hace unos meses. Aún sin disco en la calle, la banda está ya haciendo todos los conciertos posibles para darse a conocer.

El grupo lo componen Miguel “Fredi” Hernan (batería), Javier “Jabato” Arellano (bajo) y Javi “Chewbacca” Colmenarejo (voz y guitarra), este último viejo conocido por haber pertenecido como bajista en la primera formación que tuvo Punto de Mira.

Chico Diablo tiene ya a punto lo que será su disco debut, que se llamará “Bailad Diablos bailad!!!” y que verá la luz próximamente. Como lógico, en él basaron todo su repertorio, ante un público aún muy escaso, y es que un cartel con tres bandas obliga a adelantar en demasía el horario, más aún en un viernes en el que la actividad laboral impide a más de uno acercarse a primera hora a ver un concierto. También los hay que sólo van a ver al grupo principal de la noche, como pasa siempre.

Ellos se lo perdieron, porque Chico Diablo dieron un buen concierto. Enérgico, divertido y con muchas ganas de agradar, aunque con algún defecto de juventud  que seguro irán limando con el paso del tiempo.

Comenzaron con “Noche espirituosa”, con la que ya mostraron todas sus cartas: Rock & Roll old school con mucha energía y pocas complicaciones, basando todas su apuesta en un rock setentero, crudo y visceral. Musicalmente se complican poco, aunque me gustó técnicamente Javier Arellano (bajo), quizás el mejor músico de los tres. Miguel Hernán da el soporte necesario en la batería y Javi “Chewbacca” Colmenarejo transmite la conexión necesaria, con su voz ronca y su guitarra, sin apenas adornos técnicos especiales. Rock directo a las tripas.

Le siguió “Get right”, con unas evidentes influencias de los primeros AC/DC que nos hicieron mover los pies a todos los presentes, uno de los mejores temas de su repertorio, o al menos uno de los que mejor sonaron.

Con “Let’s Try”, Javi “Chewbacca” volcó toda la energía posible, decidido a convencer con su actitud a todos los que estábamos viendo el concierto. Desde luego, ganas no le faltaron.

El concierto siguió con “Turn Me On”, muy pegadiza, y “Give Me A Break”, para llegar al término de su set con dos temas que nos dejaron muy buena impresión: “I Don’t Know” y su marcado carácter heredado de Rory Gallagher me hizo disfrutar como un enano, terminando el concierto con “De dos rombos”, esta vez más cercano al ritmo inconfundible de ZZ Top, con el que se despidieron de un público que, aunque escaso, disfrutó de su actuación.

Sin duda, una banda a seguir en el futuro para los amantes del rock de garaje crudo y descarnado.

No conocía previamente a este grupo. Únicamente me había llegado alguna vaga referencia sobre lo divertido y descontrolado de su directo, pero no había tenido ocasión de escuchar nada de su música.

El grupo lo componen Sergio Fernández (voz), Iñaki Rodríguez (guitarra), Jorge Calderón (guitarra), Tyto García (bajo) y Luis García (batería) y tienen ya en su haber un par de discos (“Sin domesticar” y “Miedo a media noche”) más una demo con sus primeros temas.

Comenzaron el concierto con “Calibre 32” y desde el primer momento mostraron todas sus armas: chulería, actitud y mucho desparpajo en el escenario. Su música camina entre influencias descaradas de AC/DC y una especie de rockabilly endurecido muy divertido.

Continuaron con “En tu cama”, echando toda la carne en el asador. El público que ya iba poblando la sala en mayor cantidad no podía abstraerse de la energía desplegada desde el escenario, en especial por el guitarrista Iñaki, uno de los pilares de la banda, unido a la chulería y el carisma de Sergio Fernández, quien además posee buena voz.

El rockabilly divertido de “Amor de burdel” dio paso a “Rockandrolla”, uno de los mejores temas de su set, que suena a AC/DC más que algunos temas de los propios australianos, algo que también se podría decir de “Nicotina”, con la banda haciendo poses constantes, llevándose al público de calle.

Su concierto terminó con una extensa “R’n’R Guerrilla”, con la banda en tromba aunando el ritmo del rock and roll con la actitud del punk, finalizando su participación en este concierto de forma arrolladora.

Estoy deseando ver de nuevo en directo a Las Cheerleaders asesinas. En un local más adecuado a su estilo y con mayor porcentaje de público que les haya ido a ver a ellos tienen que ser todo una experiencia digna de recordar.

Sin ninguna duda, Local 9 había preparado con mimo su visita a Madrid. Una presentación en la capital, ante un público muy acostumbrado a conciertos de toda índole y donde, además, se dan cita gran parte de los medios especializados.

La banda presentaba dos novedades en su formación. Si bien permanecen desde el principio Julio JJ (batería), David Marqués (bajo) y José Luis Galán (guitarra), a partir de ahora dos jóvenes músicos forman parte de Local 9: el guitarra solista David Tormo y el cantante Miguel Angel Muñoz “Miki”.

Mientras sonaba la intro grabada de “Transmutación”, los músicos tomaron posiciones en el escenario, para comenzar el concierto con “Predicador”. El sonido era bueno, y la banda sonaba contundente, ya que toda la parte rítmica (batería, bajo y guitarra rítmica) es la más rodada tras años de tocar juntos. Las dos jóvenes incorporaciones se mostraban bastante más timoratas: Ricardo es un buen guitarrista aunque excesivamente tímido en escena y a Miki se le notaba bastante “verde” sobre el escenario. Después me enteré de que era su primer concierto, así que los nervios lógicos del debut, y además en Madrid, explican que le faltara desenvolverse con más naturalidad. Aún así, ayudado con su buena voz, sólo tiene que limar defectos (como el abuso de los agudos) para crecer como cantante y frontman. En ambos casos son fallos de juventud que se solucionarán con algo más de experiencia.

El concierto siguió con “Mujer loba”, muy contundente. Gran parte del mérito es de Julio, pletórico todo el concierto, haciendo buena la teoría de que la fuerza de un grupo arranca desde su batería. Además, David Marqués, muy preciso con el bajo, ayuda a que la base rítmica sea el elemento más destacado de la banda.

Siguieron con “Imposible”, uno de los mejores temas de su repertorio, con Miki entonando bien los tonos de la conseguida melodía vocal, amén del buen solo de Ricardo.

El concierto había sido anunciado desde semanas antes con varios músicos invitados. No estuvieron todos los previstos, pero los que participaron enriquecieron el show, sin duda. Con el primero de ellos la participación quedaba en familia, ya que Julio dejó su puesto en la batería a su hijo David Kasper para tocar “La cerradura”. Y lo debe llevar en los genes, ya que David no desmereció el buen hacer de su padre, y con aún más energía (la edad, ya se sabe) y con buena técnica, nos dejó con ganas de verle con banda propia en un futuro cercano.

El segundo invitado de la noche fue Tony Menguiano, un enorme cantante que se dio a conocer hace muchos años con Golden Farm y que hace un lustro hizo un discazo enorme con Neomenia. Con Tony, que habitualmente toca con la banda de versiones Los Parpel, hicieron una espectacular versión de “Mistreated”. Impresionante voz y buen acompañamiento de Local 9, en especial de David Tormo, metido en la piel de Blackmore para hacer el solo, menos largo que el original, como era de esperar, pero en la línea del estilo original de la canción. Mientras sonaba la versión de Deep Purple, el guitarrista José Luis Galán comenzó su particular viacrucis personal, con fallos en su guitarra que le impidieron tocar en buena parte de la canción.

Tras unos momentos en los que se intentó solventar el problema, el concierto siguió con “A un loco especial”, aunque los problemas de José Luis Galán no habían terminado, siendo ahora su cable el que le traía por la calle de la amargura. Tras el tema, para evitar la espera, Julio y David Marqués (muy preciso toda la noche) improvisaron un pequeño ritmo, aunque la tensión del concierto había decaído ya de forma preocupante.

“No saben despertar” sonó mejor y parecía que nos volvíamos a entonar, pero en “Tan solo con mirar”, el ampli de José Luis Galán (al pobre le pasó de todo) empezó a fallar. Y justo cuando iban a empezar “Expreso de medianoche”… el ampli murió por completo. Nuevo parón, y esta vez más largo. Los técnicos de la sala intentaban solucionar el problema, mientras Miki pedía disculpas al público una y otra vez en nombre de toda la banda. ¡Menudo trago en el día de su debut! Miki puso todo de su parte para agradar al personal, incluso se atrevió a contar un chiste, pero se vio obligado a vivir como debutante una situación que desesperaría al más experto. No había más que ver la cara seria de Julio tras sus gafas oscuras para saber lo que estaba pensando.

Finalmente, apareció alguien con otro cabezal para el amplificador, y con él retomaron el concierto, ahora sí con “Expreso de medianoche”, un tema nuevo que aún no ha sido editado en ninguno de sus discos, mientras la banda intentaba centrarse de nuevo.

Llegaba el turno para el último invitado de la noche, en la persona de Peri Díaz, bajista que lo fue durante muchos años de Mago de Oz y que tiene una larga carrera a sus espaldas, y que ya colaboró junto con José Andrea y Uróboros en el último EP de Local 9, “Juntos pero revueltos”.

Con el carismático Peri en el escenario empuñando el bajo de David Marqués, empezaron a sonar los acordes de “Freebird”. Como quiera que este tema de Lynyrd Skynyrd es de mis favoritos de siempre, lo disfruté mucho. Además, afortunadamente este clásico sirvió para que la banda recuperara el tono perdido por tantas interrupciones, y aunque algún ensayo previo más no hubiera venido mal, lo cierto es que fue todo un acierto incluirlo en el set de la noche.

La bonita “Solo puedo anidar en ti” retomó el concierto. Una bonita balada en la que Miki demostró que tiene un buen futuro por delante. Muy dulce en su primera mitad, hacia el ecuador la banda entra con mucha intensidad consiguiendo uno de los momentos mágicos de la noche.

Ahora que todo iba de nuevo bien, tanto la parte técnica como la concentración de los músicos, se nos acababa el concierto. “Es mi camino” sonó con la rabia contenida por los problemas anteriores, y mostró el verdadero potencial de esta banda. Tras este tema, se despidieron a la espera de volver a salir para los bises.

Unos minutos de reclamo, y allí estaban de nuevo para darnos la propina solicitada, en forma de dos grandes temas de su repertorio: Primero “Perro callejero”, un tema lento y cadencioso que despliega mucho sentimiento, para terminar pletóricos con “Pacto de diablos”.

Local 9 habían venido hasta Madrid a presentar sus credenciales, no a luchar contra los elementos. Y aunque estuvieron cerca de hacerlo, los problemas que se cebaron con el grupo en general y con José Luis Galán en particular no evitaron que el público se fuera satisfecho. Tiene mérito haber podido recuperar el ritmo del concierto con tanto infortunio. Ahora sólo falta que David Tormo y Miki Muñoz adquieran la experiencia que dan las tablas y lleguen al nivel que ya tienen sus compañeros. Cuando eso suceda espero verles de nuevo por aquí para un nuevo concierto, esta vez sin tantos problemas.

Como muestra de las ganas de agradar del grupo, tras el concierto la banda regaló su disco a todos los presentes.

Espero verles pronto por aquí de nuevo.

Texto y fotos: Santi Fernández «Shan Tee»