CICONIA “The Moon Sessions” (2014)

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ciconia_themoonsessionsYo soy de la vieja escuela, y por ello mantengo ciertas costumbres o rituales a la hora de ponerme a escuchar un disco por primera vez. Una de ellas consiste en abrir el libreto, ver las fotos y leer los créditos. Cuando el grupo en cuestión es desconocido para mi, como es el caso de Ciconia, pongo especial atención en los músicos que lo componen, por si acaso alguno de ellos me suena de otras formaciones.

En este caso, veo que el grupo lo componen Jorge Fraguas (bajo), Javier Altonaga (guitarra), David Manso (guitarra) y Aleix Zoreda (batería). ¿Y el cantante? Pues no, resulta que Ciconia es un grupo totalmente instrumental. Primera sorpresa.

Cuento las canciones. Sólo 7, lo que me induce a pensar que será un disco cortito, poco más de un EP. Vuelvo a equivocarme, el largo minutaje de estos temas lleva al disco a la hora de duración.

Por algún motivo, quizás por ser temas instrumentales muy extensos, pienso que el estilo que me encontraré es metal progresivo. Es mi tercer error, estoy en racha. “The Moon Sessions” tiene muy poco de progresivo, aunque mucho de metal, mezclado con influencias del rock setentero, recordándome incluso a bandas como Opeth o Porcupine Tree, con algunas pinceladas que recuerdan a las guitarras dobladas de las fases instrumentales de Iron Maiden, contrastando con momentos de tranquilos ambientes con mucho sentimiento, quizás heredados del rock sinfónico de los ’70, en un crisol de estilos de difícil definición.

Como digo, los temas son extensos, con dos de ellos en torno a los 10 minutos (“Tentenublo” y Chrysalis”), otro de 7 y medio (“Musical Oscillating Criterion”), cerrando el disco con los 13 minutos de “Hampstead Heath”. En ellos, Ciconia ha construido largos desarrollos instrumentales que van tomando vida a medida que avanzan, huyendo de las demostraciones de virtuosismo y más enfocados en la creación de ambientes diferentes y dejando que los temas vayan creciendo según avanzan.

Uno de los puntos débiles del disco es el sonido que, sin ser malo, sí es mejorable, sobre todo en lo concerniente a la batería. Tampoco me terminan de convencer las mezclas, ya que cada instrumento suena demasiado aislado. Una producción que empastara más todos los instrumentos le hubiera venido muy bien al disco.

Dado el concepto musical del disco, es difícil quedarnos con algún tema en concreto, ya que “The Moon Sessions” se disfruta más de forma global. Sin embargo, yo me quedaría con “Honey On Thorns”, el cual, tras una bonita intro a piano, da paso a un tema compuesto con mucho buen gusto y que va ganando en intensidad a medida que avanza.

Estas mismas virtudes se le podrían aplicar también a “Chrysalis”, otro de los temas destacados del disco, en cuyos 10 minutos de duración va evolucionando desde unas fases tranquilas con mucho sentimiento a otras en las que la fuerza instrumental se va imponiendo.

“The Moon Sessions” es un disco para escuchar tranquilamente y dejarse llevar por los caminos que nos abren cada uno de sus temas. Interesante, sin duda.

Santi Fernández «Shan Tee»