THE VAL “Heading for the surface” (2014)

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Parece que fue ayer cuando The Val apareció en la escena del rock melódico en España. The Sentinel puede presumir de ser el primer medio que habló de su disco debut, “Back”, dando a conocer a una nueva banda retomada de otra, Yin Yang, que tuvo su oportunidad allá por los ’80. Desde “Back” han pasado 3 años en los que la banda no ha dejado de crecer y se ha hecho un nombre entre los grupos más destacados del rock melódico nacional, dándose a conocer también fuera de nuestras fronteras, apareciendo incluso en algunas de las más prestigiosas publicaciones foráneas, además de hacer una gira por Gran Bretaña.

Ahora ha llegado el momento de su segundo paso. Una circunstancia que se tornaba peligrosa, dada la buena aceptación de su ópera prima. ¿Seguirían la misma línea? ¿Mantendrían la inspiración? ¿Se decidirían por alguno de los muchos caminos a los que apuntaba en “Back”?

“Heading for the Surface” es la respuesta a estas y otras preguntas. Y las sensaciones que produce son muy positivas.

Lo primero que llama la atención es el buen sonido conseguido. Si de algo adolecía “Back” era de una producción que había dejado la parte instrumental demasiado “blandita”, falta de fuerza. Esta circunstancia no sólo se ha subsanado, sino que este nuevo disco suena realmente bien, con una batería contundente y unas guitarras mucho más cañeras, en una orientación más definida hacia el público rockero y más en la línea de cómo suena el grupo en directo.

The Val es ahora una banda mucho más rodada, un grupo en toda la extensión del término, más cerca de lo que muestran en sus conciertos que en la concepción de aquel primer disco, en el que Alfonso Samos se hacía cargo de casi toda la instrumentación. En “Heading for the surface” Alfonso se dedica sólo a tocar las guitarras, ahora mucho más presentes, además de ejercer labores de productor. Del bajo se ocupa Alex Morell, con plaza ya fija en el grupo tras haberles acompañado en todos los directos de estos años. En los teclados hay también un cambio, ya que ahora es Tony Ortega quien se encarga de las teclas en sustitución de David Erick, quien ha trasladado su residencia a Miami. Y de la batería se encarga Rubén Berengena (también componente de otro grupo, Elisma, junto a Alex Morell), quien hace un trabajo extraordinario y es uno de los responsables del salto de calidad de este disco.

Y, por supuesto, la voz de Gabrielle de Val sigue rayando a máxima altura. Dulce, elegante y llena de sentimiento, su presencia es imprescindible y marca la diferencia. Su estilo armonioso y con clase le ha llevado a ser una de las mejores voces del rock melódico nacional. Con una afinación impecable y un registro muy amplio, acomete con soltura y aparente facilidad melodías que serían muy difíciles para cualquier otro cantante.

En este disco los temas son más elaborados, con multitud de detalles que quizás escapen a la primera y que son descubiertos a medida de que se profundiza en ellos, ganando enteros en cada escucha y permitiéndonos descubrir cantidad de matices y un trabajo compositivo y de ejecución muy meritorio.

Dentro de una excelente línea media, hay temas que destacan sobre el resto, como “Crusaders”, todo un himno que culmina con un enorme solo de Alfonso Samos, “Roses & Chains” con un buen gusto impecable, o “My Heart Is Beating”, que tras una intro que recuerda demasiado a Michael Jackson, después se torna en uno de los más interesantes, con fuerza y una melodía que enganchan a las primeras de cambio.

También tenemos el blues lento y emotivo de “Stardust” y el bonito medio tiempo “Breath Me In” y, aunque se echa en falta una balada tierna que tome el relevo de “Hold On”, su puesto lo ocupa ahora “She`S Dumb And Blind”, el tema más delicado del disco, una preciosa balada que va ganando en intensidad y pasión en su segunda mitad.

Las letras, compuestas en su totalidad por Gaby de Val, muestran su lado más íntimo, exponiendo sus sentimientos y volcándolos en cada tema. Es recomendable emplear algo de tiempo en leerlas y traducirlas para comprender el sentido que tiene cada canción.

Sin duda, “Heading for the Surface” va a ser el disco que tiene que consagrar a The Val como uno de los máximos referentes del rock melódico nacional, y lo tiene todo para dar el salto definitivo fuera de nuestras fronteras.

Estoy convencido de ello. Y aquí estaré para contarlo cuando suceda.

Santi Fernández «Shan Tee»