GRAHAM BONNET + FACTOR19 – Viernes 14 de noviembre de 2014, sala Arena (Madrid)

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Viernes 14 de noviembre de 2014, sala Arena (Madrid)

Que Graham Bonnet es una leyenda del hard rock es algo que cualquier aficionado que se precie debe saber. Su larga trayectoria ha pasado por grupos de la talla de Rainbow, Michael Schenker Group, Alcatrazz, Pretty Maids o Impelliteri, por nombrar sólo los más destacados, además de tener su propia carrera en solitario. Su particular voz y su carisma le han conferido su propio lugar en el olimpo de los mejores cantantes de la historia del hard rock.

De todos es sabido también que desde hace años está exprimiendo el final de su carrera con algunas giras, sin apoyar el lanzamiento de nuevo disco sino por el placer de seguir subiéndose a los escenarios. Yo no había tenido hasta ahora la oportunidad de verle en directo, y aunque me habían comentado que últimamente sufría más que disfrutaba a la hora de cantar, quise comprobarlo por mí mismo, amén de aprobar la asignatura pendiente de no haber visto jamás a Graham Bonnet en directo.

Con estas expectativas no demasiado altas me acerqué a la sala Arena de Madrid, alentado también por los comentarios que prometían una buena ración de temas del disco “Down To Earth” (Rainbow), sin duda el más aclamado de su carrera.

SONY DSCEntré pronto a la sala, y con la mayoría del público aún fuera del recinto, un telonero no anunciado se subió a escena. Se trataba de FACTOR19, un grupo madrileño al cual yo no conocía previamente. Hay que reconocer que le pusieron muchas ganas ante un escaso público que se mostró bastante frío con ellos, a pesar de que su estilo ochentero y sus ganas de agradar merecían algo más de atención.

Como yo no sabía que iban a tocar (ni en los carteles ni en la info del promotor aparecía su nombre), no pude informarme previamente sobre ellos. Sólo supe después que la banda está formada por Paco González, Dani Pérez, John Cobos, Javier Rubiato y Javier Macaya, siendo la voz de este último el elemento más destacado del grupo, además de hacer un ímprobo esfuerzo por conectar con un público que iba llenando poco a poco la sala a la espera de ver a la estrella de la noche.

Factor 19 se despidieron y dejaron el escenario (y su backline) preparado para que Graham Bonnet saliera a tocar. Yo estaba expectante esperando el estado de forma en el que se nos presentaría.

SONY DSCDe uno en uno, la banda se fue colocando en escena: Primero el guitarrista Conrado Pesinato, después apareció una bella mujer embutida en un minivestido de cuero ajustado que despertó los comentarios de admiración por parte de la audiencia masculina. Se trata de Beth-Ami Heavenstone, bajista de la banda y pareja sentimental de Graham Bonnet. Y Justin Lack, el batería recién llegado al grupo hace sólo 3 semanas. Por último, Graham Bonnet, con un físico muy delgado y enclenque, con camisa y corbata floja, y con el pelo más oscuro del que yo me esperaba.

Tengo que reconocer que el comienzo del concierto me llenó de buenas expectativas. Empezaron a lo grande, con “All Night Long”, uno de los clásicos más conocidos de aquel “Down To Earth” de Rainbow. Con el público desatado desde el inicio, me hice una idea rápida de lo que nos ofrecía esta formación:

En el lado positivo, Graham Bonnet ofreció mucha mejor voz de lo que yo me esperaba. Su estilo tan exigente parecía que tenía una buena noche, así que me alegré por ello.  La otra buena noticia era el batería, Justin Lack, todo un espectáculo. A pesar de llevar menos de un mes en el grupo, su estilo vistoso, contundente y espectacular le hacía foco de mucha atención.

SONY DSCEn el otro lado de la balanza, Conrado Pesinato es un guitarrista del montón. Y como las comparaciones, además de odiosas son inevitables, yo no podía dejar de pensar que para alguien como Graham Bonnet, que ha tocado con los más grandes (Richie Blackmore, Michael Schenker, Yngwie Malmsteen, Steve Vai, Chris Impelliteri, etc.), tocar con Conrado Pesinato es como un chiste.

Beth-Ami Heavenstone es una mujer preciosa. Y ahí acaban sus virtudes, al menos por lo demostrado esa noche. Muy sosa y estática en escena y con conocimientos muy escasos de cómo se debe tocar el bajo, su belleza y el hecho de compartir lecho con Graham Bonnet se antojan como únicos méritos para tocar en esta banda.

Tras el primer tema, Graham Bonnet soltó un largo “speech” hablando sobre sus antiguos grupos, antiguas experiencias, anécdotas de su vida, que había dejado la bebida hacía 11 años, etc., algo que repitió durante todo el concierto. Estos largos parones entre tema y tema fueron enfriando el ambiente y creando desasosiego entre el público.

El concierto iba a tirones. Bien es cierto que los siguientes temas, “Love’s No Friend” y “Making Love”, como todos los pertenecientes al disco “Down To Earth”, fueron muy bien recibidos por parte del público, y que el buen estado vocal de Graham Bonnet hacía que los disfrutáramos, pero los largos parones entre temas iban enfriando el ambiente de forma que costaba cada vez más tiempo recuperarse de ellos.

SONY DSCOtro punto en contra de lo que debe ser un concierto en directo es que no sólo los teclados sonaban pregrabados, sino que los coros también eran enlatados, a pesar de que los músicos acompañaban con sus voces. De ahí al semi-playback hay un camino cada vez más corto.

Mediado el concierto llegó uno de los momentos más esperados: “Since You’ve Been Gone” nos levantó en volandas, haciendo que olvidáramos por un momento todos los aspectos negativos del concierto. Es uno de esos temas especiales en los que el público se transporta y toma más protagonismo que el propio grupo. Yo pensaba que ese ánimo levantaría el ritmo del concierto, pero tras él empezó la más clara cuesta debajo de la noche.

Además de los temas del clásico de Rainbow, también pudimos escuchar algunos otros de su carrera en solitario (“Night Games”) y de Alcatrazz (“The Witchwood”), pero nada podía evitar que los ánimos fueran decayendo sin remedio. Ni el grupo parecía estar muy inspirado ni el propio Bonnet parecía que los tenía muy preparados, ya que tenía que leer constantemente las letras en unos folios repartidos en el suelo. Y como debido a su edad la vista ya le está fallando, no podía disimularlo en absoluto.

Para rellenar el concierto y que no fuera insultantemente corto, además de permitir descanso a la voz de Bonnet, tampoco faltaron los solos enlazados de guitarra y batería, bastante insustancial en el caso de Conrado Pesinato y más entretenido el de Justin Lack a la batería.

SONY DSCTambién hubo tiempo para que Graham Bonnet hablara de sus influencias, de su gusto por los Beatles, tocando “Oh! Darling”, que Bonnet ya incluyó en su disco en solitario “The Day I Went Mad”. Y ya puestos, también tocó “Eight Days A Week”, también del cuarteto de Liverpool, sonando divertida y que sacó al público de su letargo en esta fase intermedia del concierto.

También tocaron “Only One Woman”, un tema de los Bee Gees que Graham Bonnet hizo con su antiguo grupo Marbles a finales de los ‘60. Antes de tocarla, contó que Richie Blackmore le escuchó cantar ese tema y decidió que fuera el sustituto de Dio en Rainbow. Años después, el tema fue también incluido en el disco “Dangerous Games” de Alcatrazz.

Tras poco más de una hora de concierto, incluidos los solos y los largos parones entre temas, se despidieron para dejar paso a los bises. El primero de ellos fue uno de los temas esperados de Rainbow: “Lost in Hollywood”, muy cañero en especial por la gran aportación de Justin Lack, sin duda el triunfador de la noche. Graham Bonnet ya andaba más justo de voz, y Conrado Pesinato y Bet-Ami Heavenstone andaban ya un poco ausente. Incluso Bet-Ami se quitó el bajo antes de tiempo y dejó que terminaran los demás sin ella.

SONY DSCVolvieron a despedirse para, tras algo más de tiempo de espera, volver a escena. De forma sorprendente, Graham Bonnet preguntó al público qué tema queríamos que repitieran, admitiendo que no tenían más preparados. Como era de esperar, hubo división de opiniones entre “Since You’ve Been Gone” y “All Night Long”, siendo finalmente esta última el elegido. Parte del público ya había abandonado la sala, pero el resto saltamos y cantamos para disfrutar este clásico, a sabiendas de que posiblemente sea la última vez que lo disfrutemos en directo con su voz original.

El concierto terminó y el sentimiento generalizado era de decepción. Yo me quedo con el hecho de haber asistido a los últimos coletazos de la carrera larga y fructífera de una de las voces más legendarias de la historia del hard rock. Y eso me hizo volverme contento de haber asistido, aunque todo lo demás fuera mejorable. Y es que, lamentablemente, está llegando la hora de las despedidas de la gran generación de grupos y músicos que levantaron nuestro estilo de música.

Texto: Santi Fernández «Shan Tee»

Fotos: José Luis Martín