Cuando un artista tiene una carrera tan longeva como Javier Mira, lo que uno podría suponer es que su nuevo trabajo será algo predecible. Después de tantos años al pie del cañón, uno cree saber más o menos lo que se va a encontrar en cada nueva entrega. Nos gustarán los temas más o menos, será más o menos inspirado, pero la línea a seguir está bastante clara. ¿O no?

Pues va a ser que no. La sensación más poderosa que se apodera de mi al escuchar “Quemando gas” es de sorpresa, una mezcla de estupor y extrañeza a la que me cuesta sobreponerme para, tras varias escuchas, poder dejar estos sentimientos atrás para y poder analizar lo que este disco nos ofrece. Este es, con diferencia, el disco de la carrera de Javier Mira más inclasificable, menos previsible y en el que se ha sacado fuera lo que lleva dentro menos mediatizado por cómo pueda caer entre el público que le sigue.

Al igual que en su discos en solitario anteriores (“Arañando mi corazón” en 2012 y “Coverdose” en 2013), el propio Javier se ha hecho cargo de toda la instrumentación del disco, incluyendo la programación de baterías, algo que aunque es una solución barata y que ofrece un buen sonido, siempre nos hace echar de menos las manos de un batería de verdad. Grabado con sus propios medios, siempre me sorprende el excelente sonido que Javier saca a sus discos, mucho mejor que producciones mucho más caras en estudios de postín. La única participación externa es la de Óscar Mira, hermano de Javier, quien aporta una pequeña base de teclados en algunos temas.

Lo mejor del disco, sin duda (y eso no sorprende) es el excelente trabajo de guitarra del que podemos disfrutar en todos los temas. Y es que Javier sigue demostrando cada vez que se cuelga su guitarra que es uno de los mejores en su instrumento, y cada tema es una exhibición de talento. En el lado opuesto de la balanza, en este disco ha decidido ejercer también labores de cantante, salvo en los 2 últimos temas, presentados como “bonus track” y que cuentan con las voces de Nando Herrera y Juan Olmos, respectivamente. La voz de Javier Mira, siempre incluida en momentos puntuales de sus discos, al pasar a ser la voz principal en todo el disco pierde la dosis de espontaneidad y de frescura y queda como el elemento más mejorable de este trabajo.

Pero, con todo ello, lo que más sorprende del disco es la concepción de los temas que lo componen. “Quemando gas” se aleja del hard rock habitual en sus trabajos anteriores para acercarse a un estilo más heterogéneo, a veces alternativo, a veces industrial, y siempre desconcertante, ya que los temas suelen girar hacia donde menos te lo esperas. No hay duda de que Javier Mira ha plasmado en este disco sus sensaciones actuales, ya que la rabia y la mala leche con la situación social que nos está tocando vivir está plasmada claramente tanto en la agresividad instrumental como en los duros textos con los que Javier se expresa en cada tema.

Entre los temas que componen el disco, los que mejor representan todas estas afirmaciones son el inicial “Insania XII” (del cual ha grabado el videoclip que podéis ver al final de este comentario) y el final “Mausoleo decadente”, con la voz de Juan Olmos y que es el más bizarro de todo el disco, con un estilo mucho más agresivo y desquiciado del que nos tiene acostumbrados. Entre ellos, un buen puñado de temas entre los cuales me quedo con “Real decreto, orden y ley”, en el que tras una introducción “instrumental” que Javier hace con la boca (¿No os había dicho que todo el disco es sorprendente?) desemboca en el tema más rítmico y trepidante de todos. También destaca “Diosa del deseo”, seguramente el tema que más nos recuerda a sus discos anteriores, hard rock con buena melodía y buena letra.

Los tiempos han cambiado, y el siempre sociable Javier Mira hace tiempo que está abonado al “yo me lo guiso y yo me lo como”, llevando a la máxima expresión lo de “disco en solitario”. La mejor lectura que podemos sacar de ello es que tenemos una impresión exacta del estado de ánimo de Javier en este momento, plasmado de la mejor forma que sabe: Con la música como medio de expresión.

Javier Mira, genio y figura hasta la sepultura. ¿Con qué nos sorprenderá en el siguiente disco?

Santi Fernández «Shan Tee»