De entre las decenas de músicos que han pasado en un momento u otro por las filas de Ñu, el caso de Jorge Calvo es muy especial. Primero, porque permaneció junto a José Carlos Molina durante mucho más tiempo del habitual, nada menos que una década entera (1997 a 2007) en la participó en los 7 discos que Ñu grabó en ese intervalo, más todos los conciertos que la banda de J.C. Molina ofreció en esos años. Y segundo, porque seguramente es el músico que más y mejor ha entendido el espíritu y el estilo de Ñu.
Compaginando su estancia en su banda de referencia, allá por 2002 editó su primer disco en solitario, “Tres cantigas para un rey”. Justo después de abandonar la compañía de Molina, Jorge Calvo puso en circulación su segundo trabajo personal, “El navegante del tiempo” (2008), cuya reseña podéis consultar en esta misma web.
Seis años después, Jorge Calvo nos ofrece ahora su tercer disco en solitario, “En el Reino de Tristia”, ahora bajo el nombre de Jorge Calvo y los Andariques. En él nos encontramos un puñado de canciones en las que encontramos una mezcolanza de estilos en el que hay sitio para el Rock, el Folk e incluso la música Celta, en un entorno de temática medieval que le será muy familiar a todos los seguidores de Ñu.
En este disco encontramos a Jorge Calvo, siempre multi-instrumentista, más prolífico que nunca, haciéndose responsable de la voz, teclados, flauta travesera, whistle, flauta irlandesa, flautín, guitarras acústicas, guitarras eléctricas, mandolina, bouzuki, pandereta, percusión, batería, bajo y programación.
Los “Andariques” son sus compañeros de viaje, en las personas de Daniel Rodríguez (violines), Antonio Herrero (guitarras eléctricas, whistle, mandolina y bajo) y Juan Gorospe (guitarra). Como es habitual, en el disco también han participado músicos invitados ilustres como Antonio S. Montemayor “Leyenda” (voces), Nacho de Carlos (guitarra), Enrique Bertrán de Lis (guitarra), Pedro Vela (guitarra), Juan Olmos (voces), Esther García Pecharromán (voces) y Mar Cabello (voces).
Tanta colaboración y tanto instrumento diferente confiere a este disco una gran riqueza instrumental, en el que los elementos menos habituales en el rock como el whistle, la flauta irlandesa o la mandolina dan mucho juego y son parte esencial de ese ambiente medieval que acompaña todo el disco, combinados con la aportación de las guitarras, que aportan la dosis de rock necesaria para que los teman mantengan su fuerza. Sin embargo, si podemos poner un “pero” es el sonido de la “batería”, demasiado artificial. Ya me entendéis.
En el disco se combinan composiciones propias junto con adaptaciones del cancionero tradicional del folk y la música celta, a veces adaptados previamente por grandes de la música celta como Horlips y Loreena McKennitt, conformando un disco redondo y con gancho, siempre para aquellos que disfruten de esta fusión de estilos en la que Ñu siempre fueron maestros.
Entre los temas del disco me quedo con “Amueblando el corazón” y “Nada es lo que parece” como las más atractivas, moviéndose el resto a buen nivel, desde la más dura “Tristia” a la melódica “El guerrero perdido”, con un divertido final celta.
Interesante también el dueto con Esther García Pecharromán en “Andarique”, el ritmo alegre de “Olvidaron tu promesa” y el bonito juego de voces (Esther García Pecharromán, Antonio S. Montemayor “Leyenda” y Mar Cabello) que acompaña a Jorge en el emotivo “Romance del Mio Cid”.
La acústica “Behetría” y la suave “Fraternitas vera lucis” cierran un bonito trabajo, adecuado para fans del estilo Ñu y su escuela, con este rock-folk-celta tan reconocible. Eso sí, fans de Mago de Oz, abstenerse.
Santi Fernández «Shan Tee»