Sin duda son uno de los grupos más grandes que ha dado el Hard Rock en su historia. Liderados por el carismático David Coverdale, la carrera de Whitesnake ha sufrido varios giros desde que el vocalista montara la banda tras un par de discos en solitario editados después de la separación de Deep Purple.
En concreto, este “Forevermore” que nos devuelve a Whitesnake a la actualidad representa el 11º disco de estudio de la Serpiente Blanca, a los cuales tendríamos que añadir los discos en directo y algunos recopilatorios que editan todos los grupos de este calibre.
Si analizamos la carrera de Whitesnake, nos encontramos con que David Coverdale, siendo líder indiscutible, siempre ha tenido su lugarteniente en uno de sus guitarristas, una especie de mano derecha que comparte labores tanto de composición como de liderazgo en la banda. Así, el testigo que una vez llevaron Micky Moody, John Sykes o Adrian Vandenberg hace algún tiempo que recae sobre Dough Aldrich, quien en este disco es coproductor y coautor de los temas, junto al propio Coverdale.
El giro más brusco en la carrera de Whitesnake se produjo con “1987”, en el que dejaron a un lado el sonido bluesy de la primera etapa para adentrarse en un sonido más moderno, más cañero y más orientado a las FM americanas, lo que les ha dado un impacto mundial del que antes sólo disfrutaban en la vieja Europa. Los sucesivos discos han seguido esa línea, con más o menos contundencia, a pesar de que ese estilo implica una exigencia sobre la voz de David Coverdale que le ha terminado pasando factura. “Forevermore” no es una excepción, y la línea del disco camina en consonancia con lo que la banda ha hecho las últimas dos décadas, aunque afortunadamente aún hay espacio para algunos temas más tranquilos en los que Coverdale canta más pausado y en el que podemos disfrutar aún de la calidez de su voz.
Las diferencias entre la formación que ha grabado este disco y la que estuvo presente en el anterior trabajo de la banda, “Good To Be Bad”, hace ya 3 años, residen en el cambio de la base rítmica, siendo ahora Briian Tichy (Ozzy, Billy Idol, Foreigner) quien está a la batería y Michael Devin (Kenny Wayne Shepherd, Lynch Mob) quien se encarga del bajo, acompañando a los habituales David Coverdale, Dough Aldrich y Reb Beach, quien también repite como guitarrista al lado de Aldrich.
Precisamente los dos guitarristas son protagonistas indiscutibles del disco, con una aportación decisiva, tanto por los contundentes riffs como por los brillantes solos que nos ofrecen en cada tema. David Coverdale canta a buen nivel los temas más cañeros que son mayoría en el disco, aunque muestra síntomas de que en directo las va a pasar canutas para llevarlas a buen término. Mucho más cómodo se le ve en los temas más tranquilos como “Easier Said Than Done”, “One of These Days” o “Fare Thee Well”, donde podemos disfrutar de su cálida voz en una tesitura mucho más apropiada para sus facultades vocales. En el otro lado de la balanza, los temas más cañeros y contundentes están bien construidos y colocan a Whitesnake en buen lugar. La aportación de Doug Aldrich es espectacular, y el tándem compositivo hecho con Coverdale ha conseguido un buen puñado de temas vitales y enérgicos, como “Love Will Set You Free” (elegida como single y del cual podéis encontrar un video-clip en Youtube), “Tell Me How” o la trepidante “My Evil Ways”, con un espectacular duelo de ambos guitarristas. De hecho, el máximo aliciente de estos temas es la excelente aportación guitarrera, consiguiendo que estos temas suenen muy atractivos a pesar de que la voz de David Coverdale queda bastante deslucida, muy lejos de su personalidad y su calidez que sólo demuestra en los temas más pausados.
El tema que cierra el trabajo, además de dar nombre al disco, es el resumen perfecto de lo que nos ofrece “Forevermore”. Sus siete minutos y medio de duración son un resultado de combinar la tranquilidad de los tres primeros con el resto, pleno de intensidad, donde la banda echa el resto para dejarnos con muy buen sabor de boca y donde la banda al completo está a su máximo nivel.
Ya tiene mérito que Whitesnake siga siendo una opción atractiva después de tantos años. Y quizás este estilo sea el que haya conseguido esta proeza, aunque yo me sigo quedando con la parte blusera y más tranquila, aunque solo sea por confiar en que esos temas no terminen reventando en directo la voz de David Coverdale, como ya le ocurrió en sus últimas visitas a nuestro país. Sea como fuere, “Forevermore” es un buen paso que completa la carrera de uno de los referentes más claro del Hard Rock de toda la historia.
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Santi Fernández «Shan Tee»