Como es habitual en estas fechas, nos enfrentamos al cambio de año haciendo balance de lo acontecido en los últimos 12 meses, recordando lo bueno y lo malo de este año que termina y con expectativas sobre lo que nos traerá este 2025 que, cuando leas este editorial, ya habrá empezado a dar sus primeros pasos.
Hablando de lo estrictamente musical, debemos recordar a aquellos músicos que nos han dejado este año recién terminado. El tiempo pasa inexorablemente y es ley de vida que vayan cayendo algunos de nuestros héroes, esos que en algún momento nos han hecho sentir su música. Por ello, debemos despedir para siempre a Tony Clarkin (Magnum), James Kottak (Scorpions y Kingdom Come), Greg ‘Fritz’ Hinz (Helix), Mark Spiro, C.J. Snare (Firehouse), Dickey Betts (The Allman Brothers Band), Robin George, John Mayall, Jack Russell (Great White), Fernando Ponce de León (Mago de Oz) y Paul Di’Anno (Iron Maiden), más los que quizás tengan menos nombre o se me haya pasado nombrar pero que merecen igualmente estar en esta luctuosa lista.
También echaremos de menos a algunos grupos que han decidido parar su actividad, al igual que algunas salas de conciertos y garitos de Rock que han cerrado sus puertas, dando la bienvenida a aquellos que hayan empezado esta aventura de dar cobertura al Rock.
En el plano positivo, este 2024 nos ha dejado algunos grandes discos, buenos conciertos y nuevos grupos con calidad. En esto, cada uno tendrá sus favoritos y no le faltarán motivos, porque los gustos de cada cual son muy respetables. Yo espero haber contribuido en dar a conocer a alguno de ellos, ya sea en el apartado de la web o el programa de radio anexo a este medio. Si es así, me puedo dar por más que satisfecho.
Desde mi punto de vista personal, me ha complacido comprobar como uno de mis grupos de cabecera, Judas Priest, ha desafiado el paso del tiempo con un buen disco como “Invincible shield” o que bandas españolas como Dry River, Electric Fence, Stoned at Pompeii o Lost Wingman, por poner algunos ejemplos, demuestran que el Rock español tiene futuro. Además, este 2024 me ha dejado algunos discos que me han impactado, como “Drama” de Marty Friedman o “The Rock Opera” de Nikolo Kotzev’s Nostradamus, lográndome sorprender positivamente a estas alturas de mi vida.
En el plano de conciertos, he podido disfrutar de buenos shows de grupos de todo tipo y pelaje, quedándome como inolvidable el histórico evento Rock por Valencia, por todo lo que ha significado en el plano emocional, poniendo nuestro granito de arena para ayudar en una desgracia de este enorme calibre.
Y, sobre todo, si me tengo que quedar con alguna experiencia, ésta sería sin duda el viaje a Inglaterra acompañando al grupo de Gabrielle de Val en su gira, de la cual tenéis cumplido y extenso reportaje en esta misma web.
En lo que atañe a The Sentinel, en algún momento indeterminado de este 2025, esta web cumplirá 25 años. No conozco la fecha concreta, ya que yo ingresé en la web cuando llevaba poco más de un año en funcionamiento, pero brujuleando en el archivo histórico podemos encontrar una crónica del gran J.A. Puerta de un concierto de Iron Maiden, Entombed y Spiritual Beggars fechada el 19 de julio de 2000 en la Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid), por lo que pronto se cumplirán las Bodas de Plata de un webzine, inicialmente llamado TheSentinelWebMag arrancado como un sueño de cuatro amigos de Benidorm, que con los años ha ido cambiando de componentes, estilo, diseño y hasta de nombre, para llegar a ser lo que es hoy. En el camino hemos ido ganando y perdiendo compañeros de staff hasta quedarme yo solo y también habremos ganado y perdido lectores, como es natural. Aquellos que nos han sido fieles durante una parte prolongada de nuestra historia podrán valorar si los cambios en el tiempo han sido para mejor o peor. Seguro que cada uno tiene su propia opinión, siempre respetable.
Si nos ceñimos únicamente a los números, este 2024 nos hizo un regalo en septiembre, batiendo todos los records de visitas a la web en un solo mes. No tengo palabras para agradeceros a todos los que empleáis parte de vuestro tiempo de ocio en visitarnos.
Sin embargo, estas buenas sensaciones que me deja 2024 en el plano musical no compensan un año que en lo personal se cierra con más disgustos de los razonables, con algunas decepciones personales y, sobre todo, porque los problemas de salud se han cebado conmigo y con mi familia en este año que termina. De hecho, estoy escribiendo este editorial desde la habitación de un hospital, cerrando un año en el que lo he visitado en demasiadas ocasiones, ya sea un problema propio o por alguno de los componentes más cercanos de mi familia.
Cuando leas esto, querido lector conocido o desconocido, debes saber que habré dedicado una de las doce uvas que me habré tomado en esta habitación del hospital a agradecer en la distancia que con tu presencia hayas contribuido a que The Sentinel sea una parte importante de mi vida el último cuarto de siglo.
Adiós, 2024. Espero que 2025 sea mejor para todos. Larga vida al Rock and Roll.
Santi Fernández “Shan Tee”