Durante una década, The Dead Daisies ha sido una de las bandas más interesantes del circuito del rock clásico. Sin embargo, su éxito definitivo no estaba garantizado, porque podemos citar toneladas de “supergrupos” más o menos prefabricados que rara vez logran un gran éxito. Pero para The Dead Daisies, ha sido totalmente diferente. A pesar de numerosos cambios de personal según las decisiones y deseos de cada uno de sus músicos, la calidad de la formación siguió siendo la misma y, después de diez años, el grupo formado en torno al guitarrista australiano David Lowy (con una carrera atípica: heredero extremadamente rico de una familia de empresarios del sector de la aviación y apasionado de la música rock) todavía tiene grandes cosas que ofrecernos.Para celebrar esta década, el grupo lanzó un “Best Of” el verano pasado y se embarcó en una gira mundial. A principios de noviembre, The Dead Daisies instalaron sus flight cases en París, en la sala La Machine, al pie del Moulin Rouge, el famoso cabaret de Pigalle, el antiguo barrio emblemático de la capital francesa. El día del show se respiraba calidez en esta acogedora sala de conciertos mientras el grupo prendía fuego al escenario repasando sus diez años de existencia.Este mismo año el grupo anunció el regreso del cantante John Corabi, quien ocupó el cargo desde 2015 hasta finales de 2018 (Glen Hughes lo reemplazó hasta el año pasado) y la llegada de un nuevo bajista, Mickael Devin (ex-Whitesnake). Como siempre, la cohesión es perfecta. Como pez en el agua incluso con los temas cantados originalmente por Glen Hughes (“Unspoken”, “Bustle And Flow”, “Born To Fly”), John Corabi confirma que él es “La Voz” del grupo, a quien el público premió coreando varias veces su nombre. Sin embargo, notamos algunos pasajes difíciles en ocasiones para el ex líder de Motley Crue cuando tuvo que subir demasiado los agudos en ciertos temas.
En la guitarra solista, Doug Aldrich sigue fiel al puesto. El ex compañero, entre otros, de Ronnie James Dio, brilló en cada uno de sus vuelos, y el monstruoso Brian Tichy a la batería (que nos obsequió con un solo deslumbrante, aunque físicamente muchas veces peligroso) completan este “all-stars”.
Desde “Resurrected”, que inició el espectáculo seguido de “Rise Up”, hasta la versión de “Slide It In” de Whitesnake que cerró los bises, The Dead Daisies nos ofreció 1 hora y 40 minutos de intensa felicidad. Todos los álbumes tuvieron ocasión de ser protagonistas, incluso el primero (lanzado en 2013 con Jon Stevens en la voz) y el excelente “Miles in front of Me”, que no habían recuperado, antes de esta gira, desde 2015. En cuanto a “Something I Said” del disco “Revolución”, aportó un pequeño toque de dulzura antes de un gran final con los éxitos “Mexico” y “Midnight Moses”, acogidos con entusiasmo por el público. Como bis, el imprescindible “Long Way To Go”, pura joya del Hard Rock, vio al grupo volver a rematar el trabajo por todo lo alto antes del último tema de la velada “Slide It In”, una legítima versión de Whitesnake (Doug Aldrich, Brian Tichy y Mickaël Devin alguna vez formaron parte del grupo de David Coverdale.
Una vez más The Dead Daisies supieron ganarse el apoyo de todos ofreciendo un espectáculo de primer nivel. Sin alardes, nada de espectáculos de luces llamativos ni puestas en escena grandilocuentes. Sólo 5 chicos subiendo al escenario para tocar Rock and Roll. Buen Rock and Roll.
Texto y fotos: Franck Ciercoles