Comunicado de Sherpa en respuesta al editorial de diciembre

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Con motivo del editorial de diciembre 2020 publicado en esta web, en la que vertí mis opiniones sobre un asunto delicado, José Luis Campuzano “Sherpa” se puso en contacto conmigo para solicitarme que publicara su versión de los hechos y su punto de vista, dado que el texto del editorial le alude directamente. Creo que es un derecho que no se le debe negar, por lo que aquí se transcribe su carta íntegra, para que cada lector pueda sacar sus propias conclusiones.

Santi Fernández “Shan Tee”

 

Hola, Shantee.

Te agradezco que respetes mi derecho de réplica y me des la oportunidad de contestar a una serie de descalificaciones, y aunque no en tu caso, pero sí en otros, insultos y hasta amenazas físicas.

Si te soy sincero, me habría gustado que dada la cordial relación que hasta ahora ha habido entre nosotros, me hubieses llamado para interesarte sobre la discusión entre Oscar Lujuria y yo respecto a varios tuits míos y yo te habría dado mi versión antes de que lo publicases en The Sentinel.

No obstante, reitero mi agradecimiento.

Se me llama racista, xenófobo, fascista y otra serie de adjetivos denigratorios.

¿Por qué? ¿por no estar de acuerdo con todo lo que está pasando respecto a la gestión de la pandemia por parte de este gobierno de mentirosos, corruptos e impostores?

¿Facha por criticar a un gobierno supuestamente de izquierdas? ¿por alertar del peligro ante la invasión, ¡sí! invasión programada de cayucos con miles de ilegales que llegan constantemente a nuestras costas? Supuestos refugiados que huyen ¿de guerras? En Marruecos no hay guerra, al menos hasta hoy, tampoco en Mauritania. ¿refugiados unos tíos fornidos, bien alimentados, con sus teléfonos móviles, etc.?

¿Por eso se me llama racista? ¿xenófobo?

No alerto porque sean árabes o negros, eso sería racismo, porque si fuesen rubios con ojos azules y llegasen en oleadas de forma ilegal, protestaría igualmente.

Bienvenido todo aquél extranjero que venga a trabajar legalmente o pida asilo político, siempre que haya sitio para ellos.

Pero si vienen por las bravas, se asientan aquí adquiriendo de facto derechos de ciudadanía que sufragamos todos los españoles y además pretendan que seamos nosotros los que nos adaptemos a sus costumbres y su religión, entonces me tendrán en su contra.

Me imagino que se estará de acuerdo conmigo en que si todo el mundo guarda la vez en la cola para adquirir la entrada de un concierto, no se admitirá que unos que vienen a última hora se cuelen sin pagar. Y exijan encima que se toquen exclusivamente las canciones que ellos quieran.

No, señores. El asunto es que no se quiere ver la realidad de lo grave que está ocurriendo en nuestro país.

Y en el mundo del rock hay mucha desinformación y desgraciadamente incultura. Un sentimiento de tribu de único pensamiento, y al que disiente de alguna forma se le trata de hereje y se le crucifica. Yo siempre he dicho lo que pensaba de la vida, la política, los gobiernos y de todo aquello que me pareciera justo o injusto. Pero nunca he pretendido ni mucho menos estar en posesión de la verdad.

Respecto al tuit que ha escandalizado a los que sí se creen en posesión de la verdad, está claro que o no entienden algo que se llama ironía, o que aprovechan cualquier resquicio para malmeter de forma intencionada.

No es lo mismo hacer una comparación irónica con la dureza que siempre han mostrado los franceses en defensa de sus intereses (recuérdese el ametrallamiento a los piratas del mar somalíes) comparado con el bochornoso espectáculo de unos piratas huyendo con seis millones de euros del chantaje a los españoles para liberar al pesquero vasco Alacrana, el helicóptero de nuestra armada teniéndolos a tiro, y el cobarde JEMAD Julio Rodriguez ordenando que se les dejase escapar.

De ahí a asegurar que yo deseaba que se ametrallase a los ilegales que llegan a Canarias, como se escandalizaba Oscar Lujuria, y además denunciarlo con un “warning policía” en tuiter, va un abismo además de demostrar un deseo inequívoco de perjudicarme. Mi “buen amigo” Oscar Sancho. Con amigos así ¿quién quiere enemigos?

En fin, para terminar. Quienes me conocen bien saben que sigo siendo el mismo Sherpa que nunca ha negado la ayuda a un compañero, que siempre ha tratado a sus músicos como a iguales, podéis preguntar a quien queráis: Raúl Rodrigo, Juanjo Melero, Juan Carlos Recio, Luis Cruz, Oliver de la Cruz, Fran Llorente, Sergio Rivas, Marcelo Calabria y cualquiera que haya trabajado conmigo. A ver qué os cuentan.

Podéis preguntar a cualquier fan que haya acudido a uno de nuestros conciertos. A ni uno solo se le ha desairado negándose a firmarle un autógrafo, hacerse una foto con él o firmarle una recua de LPs del Barón.

También podéis preguntar a cualquier promotor sobre nuestro comportamiento profesional. Jamás hemos dado ni un solo problema en el cumplimiento de los contratos, y siempre hemos cumplido como caballeros ante él y ante los que habían comprado una entrada para vernos.

Sin embargo, se me quiere echar del mundo del Rock, como un apestado, un hereje que ya no es digno de pertenecer a la tribu, al rebaño. A mí, que algo ha aportado a ese estilo de música y cuyo legado parece haberse esfumado en el huracán de la política

 Por último, a aquellos buenistas que se escandalizan por mi postura ante este sombrío panorama que se nos presenta, y que no hay que ser profeta para verlo, les pregunto:

Si siempre me habéis felicitado por lo visionario de mis letras: “Campo de concentración”, “Son como hormigas”, “Resistiré… que resultan de una actualidad pasmosa, escritas hace 35 años, ¿no os da por pensar que quizá también tenga razón en advertir acerca de la realidad que estamos viviendo?

¡Salud y buena música!

Sherpabarón