SAEDÍN: “Entre ríos” (2020)

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Reseña originalmente escrita en catalán en El Rock-Òdrom

Introducción y contexto:

Entre dos ríos. Por sus aguas corren las letras y músicas del segundo trabajo discográfico de los granadinos Saedín. A la confluencia de estos dos ríos se forma el delta denominado “Entre ríos”, rico en nutrientes aportados por los caudales de los ríos Rock y Flamenco.

Su ubicación, al regazo de Sierra Nevada, permite que por la ciudad de Granada y su provincia discurran unos cuantos ríos. Dos de los que pasan por la capital de esta provincia andaluza son el Genil y el Monachil, ríos que, además, rodean el barrio de Zaidín. Y, mira por dónde, el término en árabe para denominar a este barrio es Saedin (tierra entre ríos), el nombre del grupo del cual hoy reseño un disco.

A pesar de que limitándonos a hacer investigación por internet no encontraremos nada que nos corrobore o asegure que esta gente son del barrio granadino de Zaidín (o al menos yo no lo he encontrado), sí que confirmaremos estas pistas cuando escuchemos la letra de la canción que da título al disco. Título que, por cierto, me parece muy acertado, dado que si aceptamos el juego de entender que el Rock y el Flamenco son ríos, nos encaja muy bien que el elepé se llame “Entre ríos”, dado que las canciones de Saedín se nutren y fusionan de estos dos estilos musicales.

Escuchando el disco de Saedín “Entre ríos”:

La gente que ha sacado adelante las nueve canciones que conforman este larga duración de los Saedín, “Entre ríos”, son Ángela Mesbailer (voz y coros), Juanjo Mesbailer (guitarra), Zoraida Vidal (teclados), Antonio Ortiz (bajo) y Carlos Manuel Calvente (batería). El peso compositivo recae en los hermanos Mesbailer (eso de que son hermanos es una suposición mía por la coincidencia en los apellidos) y en Zoraida Vidal, a pesar de que ésta participa solamente en la composición musical y no en la letrista. Cuentan, además, con la colaboración en tres canciones de Antonio Ferrara, quien toca la guitarra clásica y acústica y aporta coros.

Los Saedín mantienen en “Entre ríos” casi la misma formación que grabó su trabajo de 2017, “Amor en Granada”, con la excepción del bajo de Antonio Ortiz (miembro de los también granadinos Zanarkand) quien aporta, además de su técnica con el instrumento, una presencia más heavy para la banda a pesar de no participar en la composición de las canciones.

Aunque nos pueden venir a la cabeza grupos andaluces en activo que mezclan rock y flamenco en su música y que, de estos, los más conocidos son quizás los cordobeses Medina Azahara, no meto a Saedín dentro del mismo saco. Me recuerdan bastante más a unos Fausto Taranto (también de Granada) de los cuales tuve oportunidad de escribir una reseña de su segundo disco, “El reflejo del espanto”, quizás por percibir en ambos casos (Fausto Taranto y Saedín) un cante más roto, más profundo y crudo que en Medina Azahara.

Sin embargo, no quiero dar a entender que la música de Fausto Taranto y Saedín se asemejen, pero sí que les encuentro bastantes elementos comunes. En el caso del grupo que me ocupa hoy, Saedín, siguen como con “Amor en Granada”, con unas letras costumbristas y donde su ciudad es protagonista.

Así lo vemos ya desde el inicio con “Castillo rojo”, canción homenaje al Castillo de la Alhambra, en la que nos acompañan por diferentes paisajes de su ciudad como el río Darro, la Plaza Nueva o el barrio del Albayzín. En “Corazón nazarí” (con un trabajo inicial de teclados que me ha recordado a los también andaluces Sphinx y que es de las canciones que más me han gustado del álbum), Granada vuelve a ser protagonista y, con la que da título al CD, “Entre ríos”, vemos un auténtico homenaje al «barrio donde nací», mencionándose de nuevo paisajes de la ciudad tales como el río Genil o el barrio de Las Angustias.

También hay lugar en “Entre ríos” para la crítica y la denuncia. “Ni una menos” nos explica una historia de maltrato, “Mala hierba” ataca a aquellos individuos de alma sucia, malvados, que envenenan el ambiente. El amor y el desamor están presentes en “Déjame cuidarte” o “La alianza”, el abandono lo tratan en “Al amanecer” y los olores arábigos nos envuelven en “Reina y rey”, una buena canción que cierra el disco.

En conclusión:

El segundo trabajo de Saedín, “Entre ríos”, interesará a aquellos rockeros abiertos musicalmente a la confluencia de estilos y quizás costará más a aquellos menos receptivos a las mezclas musicales. No encontraremos hits fácilmente radiables en las emisoras más comerciales y no hay ninguna canción candidata a convertirse en el tema del verano. Por razones de afección, aquellos que conozcan Granada, sus barrios y sus callejones, quizás se sentirán más próximos a la música de Saedín pero creo que “Entre ríos” es un trabajo interesante por cualquiera que tenga curiosidad por escuchar enfoques que se salen de lo más común o estereotipado. Yo he disfrutado de su escucha y me atrevo a recomendarlo, como mínimo, a las mentes curiosas de la escena rockera.

César Rojas “Jebimetal”