Siempre he tenido en muy buena estima a Kee Marcello. Sin duda, es un guitarrista extraordinario que vivió su época dorada en Europe, cuando sustituyó a John Norum en plena gira de “The Final Countdown” para después grabar con la banda sueca los excelentes “Out of this World” y “Prisioners in Paradise”. En ellos que dejó constancia de su buen hacer a las 6 cuerdas, tanto por su depurada técnica como por su buen gusto, algo que pude disfrutar en aquella primera visita de Europe a España, como parte de la gira de “Out of this World”, en un inolvidable concierto en el desaparecido Pabellón del Real Madrid para el que abrieron unos recién formados Dare, que presentaban su primer disco, “Out of the silence”.
Tras su etapa con Europe, no he perdido la pista a Kee Marcello. Bien al contrario, le he seguido de cerca, tanto con sus discos en solitario como en los proyectos en los que ha intervenido de forma magistral, como el enorme disco como Red Fun o el más reciente Kee of Hearts, junto al vocalista Tommy Heart (Fair Warning).
Por todo esllo, me apetecía mucho acercarme a la sala Silikona para, en un recinto mucho más pequeño que aquel donde le vi con Europe hace 30 años, disfrutar de su talento en la distancia corta.
Pocos días antes de la celebración del concierto se anunció la presencia de los madrileños Hora Límite para abrir el show. Aunque yo ya tenía decidido asistir, me alegré de la noticia porque aún no había tenido oportunidad de ver en directo a la banda de Alcorcón, tras la buena impresión que me dejó su último disco “Resultado de un error” y la entrevista que tuve el placer de realizarles en nuestro programa de radio.
Era una buena oportunidad para Hora Límite, tocando delante de un público que en su mayoría no había ido a verles a ellos. Y cumplieron con creces, dejándonos con buen sabor de boca. Con sólo dos discos a sus espaldas, la banda debe aún limar defectos y seguir mejorando, pero van por buen camino.
Con un sonido aceptablemente bueno (a la Sala Silikona no se le pueden pedir milagros), y unas luces paupérrimas, basaron la mayor parte de su concierto en temas pertenecientes a su último disco, “Resultado de un error”, que tocaron casi al completo. También hubo tiempo para recuperar algunos cortes de su primer trabajo, como el tema que lo da nombre, “Cuerdo o no”, además de “Matar lo muerto” y “Todo lo que pierdo”, con el que arrancaron el concierto.
El foco de atención del grupo es, sin duda, su vocalista Sara quien, embutida en cuero negro, su atractiva presencia y sus movimientos sintiendo la música la hacían ser objeto de todas las miradas. Además, su dulce voz la modula con el mismo acierto que en el disco, siendo uno de los mayores puntales de Hora Límite. Una excelente cantante que es el bastión sobre el que gira la puesta en escena de la banda.
El resto del grupo está formado por los guitarristas Fran y Troi, quien se alternan partes rítmicas y solos, más la base rítmica compuesta por Raúl (bajo) y David (batería). A nivel instrumental ninguno de los músicos ellos es un virtuoso, pero cumplen bien su función en pos del verdadero valor del grupo: sus canciones.
Las que más me gustaron fueron “Dos historias de dos”, “Lárgate” y, sobre todo, ese alegato contra la violencia machista que es “Princesas”, con mucho sentimiento en la bonita voz de Sara. Entre los temas de su primer disco, me quedo con la balada “Cuerdo o no”.
El concierto finalizó a toda caña con “Todo lo hago por ti”, con el grupo desatado mostrando su cara más enérgica. Era el final previsto, pero tras consultarlo, pudieron añadir un tema más a su set previsto, eligiendo para ello una sorprendente versión del clásico “Días de escuela” de Asfalto, bastante más contundente que la original, y que no me terminó de convencer.
Tras finalizar, la banda se despidió con la clásica foto con el público al fondo, dejándome un excelente sabor de boca.
No puedo decir lo mismo de la estrella de la noche. Esperaba otra cosa del concierto de Kee Marcello, quien creo que se equivoca en el planteamiento que hace de su carrera. Tras su paso por Europe, con quienes llenaba grandes recintos, ahora se limita a girar por locales de pequeño aforo (en Silikona no creo que pasásemos de las 100 personas) y lo hace tirando de nostalgia, con un repertorio basado en su gran mayoría en temas de Europe y desdeñando su carrera en solitario, que tiene mucha calidad, de la que únicamente incluyó tres temas de su último disco, “Scaling Up”, que ya tiene 3 años. Entre los asistentes, un buen puñado de fans de Europe (en su mayoría chicas) lo agradecieron, pero yo me quedé con muchas ganas de ver la otra faceta de Marcello al margen de Europe.
Acompañado de una base rítmica muy competente y un teclista que cumple su función, sin más, Kee Marcello se encarga de la guitarra y de la voz. Y ese es uno de los mayores problemas, ya que si bien sigue siendo un extraordinario guitarrista, como cantante es mediocre, tirando por tierra todo el trabajo instrumental debido a su deficiente rendimiento como vocalista. Si a eso le sumamos que la mayoría del repertorio pertenece a la época de Europe, todos tenemos en mente esas mismas canciones en la potente voz de Joey Tempest, así que las comparaciones son odiosas.
El concierto comenzó con esta declaración de intenciones, con dos de los temas de aquel “Out of this World” que supuso su debut discográfico con Europe, en concreto “Ready Or Not” y “Let The Good Times Rock”, para algarabía de las fans de Europe que se acercaban a las primeras filas para cantar las canciones. El sonido mejoró algo con respecto a Hora Límite, pero las luces seguían siendo lamentables.
El tercer tema de la noche fue “Scaling Up”, que da nombre a su último disco en solitario. Esto me dio esperanzas de que el set iba a estar compensado entre temas de Europe y propios, ya que tras otro tema de Europe (“More Than Meets The Eye”), volvieron a caer dos temas propios como “Fix Me” y “Don’t Miss You Much”, más adecuados a lo que yo había venido a ver. Craso error, ya que su carrera en solitario no volvería a ser visitada en el resto de la noche.
Kee Marcelo daba muestras constantes de un excelente nivel a la guitarra, con solos increíbles que apenan compensaban el sufrimiento con el que se ponía a cantar. En este apartado tenía ayuda, ya que el público fan de Europe cantaba todas las canciones permitiendo a Marcello evitarse algunas estrofas y estribillos, como ocurrió en “Girls From Lebanon”.
Como corresponde a un buen guitar-hero, dento de su set tenía reservados varios momentos de exhibición instrumental. El primero de ellos lo bautizó como “Bumblee Kee”, que no es sino una versión a guitarra y grupo del celebérrimo “Flight of the Bumblebee” del maestro clásico Nikolai Rimsky-Korsakov, algo que ya hizo Manowar en el pasado. Una versión muy efectiva que mostró su alto nivel a la guitarra.
Con el público más animado, llegaban los pesos pesados del repertorio, con una buena versión de “Sign Of The Times”, durante el cual cedió el micrófono a unas animadas chicas de las primeras filas. Aprovechando la conexión con el público, llegó el momento tierno de la noche, con la reconocida balada “Carrie”, cantada casi en exclusiva (y menos mal) por el público.
La segunda exhibición instrumental de la noche fue una sorprendente versión de “Amazing Graze”, uno de los himnos más emocionantes de la cultura popular anglosajona. Sustituyendo la parte vocal por la guitarra y aumentando el tempo y la energía, esta adaptación me pareció curiosa y atractiva.
A partir de ahí, el concierto fue un set exclusivo de repertorio Europe. Las fans más fieles se agolpaban en las primeras filas para disfrutarlo, aunque yo me iba decepcionando cada vez más, tanto por mi deseo de escuchar alternativas a aquella etapa como por ver cómo Kee Marcello lo bordaba con la guitarra pero lo destrozaba con la voz. Temas como “Tower’s Calling” y “Just The Beginning” nos llevaron hasta uno de los momentos de la noche, con una excelente versión de “Superstitious”, alargada en la parte central para incluir unos retazos del “No Woman No Cry” de Bob Marley. Curioso, pero con buen resultado.
Como no podía ser de otra forma, el concierto terminó con “The Final Countdown”, con todo el público entregado cantando el multi-platino éxito que llevó a Europe a la cima.
Supongo que los asistentes al concierto que se acercaron al reclamo de ver “al ex guitarrista de Europe” saldrían contentos. A pesar de su lamentable voz, el repertorio había girado en torno al grupo de sus sueños. Para los que fuimos a ver a Kee Marcello, el guitarrista, el concierto fue una decepción. Es una lástima ver cómo este gran músico se aferra a unos temas que ya tienen 30 años y deja de lado su buena y más reciente etapa posterior. Y para colmo, lo hace confiando en que puede afrontar con garantías el puesto de cantante, algo para lo que no está dotado, al menos en directo.
La próxima vez, que no me espere.
Texto y fotos: Santi Fernández “Shan Tee”