SAXON + RED WINE – Viernes 26 de octubre de 2001, Sala Republicca, Valencia

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Aproximadamente a las 14:30 del mediodía del viernes llamaba a mi buen colega Jose, que lleva ya alguna que otra semana habitando en los madriles (¿cómo va la cosa?), y que junto a Alvar suponía habrían disfrutado ya de una buena descarga de los británicos Saxon en la capi. Y suponía bien. Tan ansioso como nervioso empecé a inquirirle datos del evento, y lo único que conseguí es acentuar tal estado. De hecho empecé a pensar que los de Byford se habrían dejado la piel en la capital y que pudiera que esta noche se notara tal desgaste en el concierto de Valencia. Y una leche.

A las 18:00 partíamos de Benidorm una mini expedición de dos coches llenos de sedientos metaleros de diversas edades (17-30) rumbo Saxon, Valencia. Tras las correspondientes pérdidas y despistes por el camino (¡¿cuándo vamos a llegar directos a algún concierto, por dios?!), llegamos a la sala a las 20:00 más o menos, donde nos encontramos con otra buena cuadrilla de viejos conocidos (hello Villajoyosa’s & Cartagena’s!), y puesto que ni tan siquiera habían abierto las puertas nos dirigimos al bar más cercano (y único), donde pudimos calmar la sed del viaje y toparnos con algún que otro fotógrafo de la farándula metalera…

Puesto que parecía que la gente no tenía excesivas ganas de presenciar la actuación de los riojanos Red Wine, me dispuse a entrar a la sala en solitario para ver a la banda en acción, y lamentablemente ya llevaban tocado unos 15 minutos, lo cual es mucho si tenemos en cuenta que su actuación sería aproximadamente de una media hora. Decir únicamente que gozaron de buen sonido (aunque como ya digo entré a mitad de la actuación), que descargaron temas de su reciente primer disco como “Hijos del eespertar” o “Ahogando penas”, que dispusieron de los típicos recursos luminotécnicos que se les presta a un telonero y que el público asistente era bastante ínfimo, lo cual me hizo incluso temer por que tal ausencia de personal subsistiera a la hora de saltar Saxon a escena, lo cual afortunadamente no fue así. Una especie de cocktail con ingredientes de Tierra Santa, Helloween y Iron Maiden sirvió de aperitivo para lo que se nos avecinaba. Buena descarga de otro de los grupos que se está intentando abrir paso entre la cada vez más vasta manada. Suerte.

Empiezan los cambios en el escenario y nos dirigimos a la barra a por una tanda de cervezas bien frías. Saxon se merecen tener a un público ardiente y entregado, je je. Se apagan las luces, comienza a sonar la intro de “Killing Ground” y salimos pitando hacia la zona delantera, frente a la cabina de sonido (el mejor sitio para ver bien al grupo sin atronarte los oídos). Y tras la intro el tema, todo un trallazo donde enseguida compruebo que es cierto lo que me decía José (y lo que viene diciendo Alvar tiempo ha). Y encima con un sonido brutal y cristalino desde un primer momento. El resto ya lo sabéis (leer unas líneas más arriba), pero si queréis os lo repito: “747 (Strangers In The Night)” nos erizó el vello en plan puercoespín y “Dogs Of War” nos levantó como por inercia de nuevo el puño con eso de “no surrender / kill the defender”, mientras que el cover “The Court Of The Crimson King” devolvió la serenidad por unos instantes, y digo instantes porque cuando Biff dijo eso de “this song is from our first record, this song’s called “Backs To The Wall” la peña vuelve a explotar y a empezar a botar de nuevo.

“Dallas 1 P.M.” nos vuelve a atronar con ese riff cansino e incesante (vaya subidón), y volvemos a lo nuevo con ese trallazo llamado “Dragon’s Lair”, donde queda patente que la sección rítmica más joven Nibbs/Fritz son una pieza clave en la columna vertebral del grupo, aportando ambos una fuerza descomunal en el sonido del mismo, así como Biff hace gala de su registro más agudo y deja a toda la sala con la baba colgando. Brutal.

Con “Never Surrender” más de uno se lleva una grata sorpresa, tras la cual viene la única muestra de esa obra maestra de los noventa llamada “Unleash The Beast”, “The Thin Red Line” (¡más temas de este disco, por favor!). A continuación el medley: Byford anuncia un tema “histórico” que habla de nuestros antepasados, mientras que Nibbs lo introduce con el bajo, tras lo cual viene la avalancha sonora de “Conquistador”. Seguidamente solo bestial de batería a cargo del ex-Victory y Sinner Fritz Random, con rebotes de baqueta triple en los timbales y malabarismos varios, que deja al respetable con la boca abierta durante un rato. Lo más, qué pegada tiene el tío. Empalman con “Heavy Metal Thunder”, otra de las sorpresas de la noche (y venga puños en alto…), y de nuevo “Conquistador”, que cierra definitivamente.

Es tiempo para otro clasicazo, y esta vez le toca el turno a “The Eagle Has Landed”, uno de esos temas densos que te tiene en tensión hasta la explosión final, el cual hace hervir literalmente al respetable. Vuelta a la carga con “Strong Arm Of The Law” (y mira que hay clásicos), el más reciente y declarativo “Rock Is Our Life” (¡vaya riff!) y otro tema de los noventa, “Solid Ball Of Rock”, el cual me pilla en la barra y casi me tira las cervezas de la emoción. De vuelta a mi posición (y mientras sigo disfrutando del tema) me encuentro con unos viejos conocidos de esta casa, René (y su novia Csilla) y Raúl, con los que pego unos cuántos guitarrazos (¡un saludo!).

A continuación uno de los cambios con respecto al show de la noche anterior (el único, creo recordar): no tocan la nueva “Coming Home” (la cual tampoco me hace mucha gracia), pero descargan un “Broken Heroes” que nos hace temblar literalmente de la emoción con aquello de “where are they now…” (cuando empiezan los primeros acordes en plan tananaaa tananaaa el delirio se puede mascar en el ambiente…). Apoteósico, de lo mejor de la noche, no hay duda. “And The Bands Played On” no se queda manca (seguro que a alguno hasta se le escapó alguna lágrima), y con “Denim And Leather” vuelven los puños, los cuernos, las birras y los porros. Tó pa dentro. Y venga bises: “Wheels Of Steel” (la gente ya loca, unos encima de otros… vamos, un cachondeo), “Crusader” (¡Buf, digo… Biff!), “Princess Of The Night” (donde embisto cual miura a mi colega Paco por debajo y me lo encaramo a hombros -necesitaba un poco de contacto visual con el grupo-) y la refinitiva, un “Motorcycle Man” (tras los correspondientes “motorsaiquelmén, motorsaiquelmén”) aplastante, atronador, que pone el punto final a una actuación de lujo. El cachondo de Nibbs Carter según se iba hacia vestidores increpaba a las primeras filas insinuando “Ride Like The Wind, Ride Like The Wind”, pero todos sabíamos que no sería posible.

Al final nos quitamos la espina del Piorno de Granada, y de qué forma. Un sonido acojonante, una puesta en escena brutal, una banda dándolo todo y una sala repleta (¡al final sí!) aunque sin reventar, con un ambiente cordial y amigable y un público entregado desde el primer momento. En definitiva, el ideal de concierto que todos queremos y que raras veces se da de forma global (siempre hay algo que se tuerce, ya sea una cosa u otra). Un sobresaliente alto para Saxon, que pese a no estar llenando estadios me da que el público está volviendo a conectar con ellos, y si hay justicia en este mundo seguro que muy pronto van a estar arriba otra vez, puesto que a nivel de discos y directos están que se salen. Power and the glory!

Texto: David Fernández “Bubba”