La para muchos ansiada vuelta de los bardos a tierras valencianas (desde el ya lejano 1 de noviembre del 98, que nos visitaran por última vez en la gira de “Nightfall…”) se vio materializada finalmente, y por supuesto allí estábamos un puñado de sentineleros para presenciarlo. La cita: 20:30 en taquillas.
Sin excesivas complicaciones esta vez en el viaje (ni mecánicas ni en el trayecto –esperemos que sea así en lo sucesivo-), Santaje (herido de guerra, pero presto de nuevo para la batalla) y servidor llegábamos a los aledaños del recinto a las 20:00 horas aproximadamente, lo que nos permitió contemplar ese ambiente pre-concierto que tanto nos gusta (desde el típico corro “litrónico” hasta la familia que va a llevar al zagal a instruirse en la senda del metal –con el consiguiente orejeo paterno, claro-, sin olvidarnos del clásico vende-pirata-camisetas que asegura que son las últimas cuatro, las cuales parirán al final del evento y a menor precio), así como engullir algún que otro zumo de cebada en el bar de turno, que tampoco es que nos disguste.
A las ocho y media como clavos nos encontramos con un chaval llamado Dark, de apellidos Avenger 666 (¿os suena de algo?), bien acompañado por otros dos rostros foreros hasta entonces por conocer, Mr. Terminal y su colega Redeemer (aunque a este último tampoco es que se le conozca mucho en pantalla, je je). Un placer, por supuesto. Litros y saladitos para hacer tiempo y llega nuestro representante de Castellón, el bueno de Mr. Floopy. Abrazos y saludos varios y pa dentro, que nuestro forero restante, Blind Dreamer, ya se encuentra en la antesala y no puede salir al encuentro, así que lo haremos nosotros.
Una vez en el recinto y con el combo al completo (a falta de Javiii & co., que harían una ‘apparition’ final) el primer objetivo para pasar los instantes previos al concierto es claro: Chusa. Los abejarrucos de Dark y Floopy no tardan en divisar el objetivo; como suele ser habitual, nuestra guapa forera vallecana y esposa de Thomas Stauch (batería de la banda) se encontraba en la cabina de sonido, así que el abordaje era sencillo. “Bueno, ¿no va nadie a decirle algo o qué?”, pregunto. “Ve tú, como representante de The Sentinel”, me contestan. Eso me pasa por preguntar. Ni que decir tiene que, como forera de esta casa, se le nota una excelente persona, algo tímida pero amigable, y por supuesto accedió a la foto de turno, aunque la dejaríamos para el final, que el telón ya empezaba a correrse…
Con un lleno sin excesivos agobios y un escenario que más bien que decorado parecía en obras, aproximadamente a las diez de la noche empieza a sonar “War Of Wrath”, la intro de “Nightfall…”, a la que sigue tal y como sucede en disco “Into The Storm” (parece que la apertura de la anterior gira les cayó en gracia), con la consiguiente explosión de júbilo por parte del personal y literal por parte del escenario (esa pirotecnia güena ahí!).
Las primeras miradas, como siempre, de análisis exhaustivo de lo que puebla el escenario: por un lado tenemos a algún que otro “extraño” en escena, que si no me equivoco son Matthias Wiesner (teclados y coros) y Piet Sielck, digooo Oliver Holzwarth (disculpen, el brillo de la calva me ha cegado), el cual ya les acompañara en el anterior tour; por otro tenemos un cruce entre André Olbrich y un cangrejo de mar a la izquierda (estos guiris siguen sin entender que el moreno de nuestras playas se coge con paciencia), Marcus Siepen postrado a la derecha, el magno Thomas “The Omen” Stauch tras su im-presionante kit de batería al fondo, y el bueno de Hansi luciendo tripilla y sin bajo al frente del cotarro; en último lugar, y no menos importante, el coro. ¿Que quiénes son? El público, obviamente, sin el cual el sonido quedaría mermado notablemente. Como de costumbre no defrauda, no como otros…
Hansi avisa de que esta noche, debido a la sabida ausencia de Freedom Call en este último tramo de gira española, tocarán algún tema más, y nosotros tan contentos. Tras las correspondientes comparaciones con el set-list de Madrid parece ser que las novedades esta noche son las cañeras “Banish From Sanctuary”, “Run For The Night” (en sustitución de “Majesty”, que no cayó en Valencia), la épica “Traveler In Time” (de lo mejor, sin duda) y esa maravilla llamada “Lord Of The Rings”, interpretada a medio camino entre como aparece en “Tales From The Twilight World” y como lo hace en “The Forgotten Tales”, como viene siendo habitual, que la ejecutan en el tramo final.
Por lo demás, el núcleo invariable del set-list es el que os comenta Kiky por ahí. “Welcome To Dying” nos transporta a aquel inolvidable “Tales…”, que marcó un antes y un después en la historia del grupo, mientras que “Nightfall” apacigua los ánimos y aúna voces al unísono en esta noche de hobbits, trolls y bardos. “The Script For My Requiem” hace estallar coros por doquier (el tema se presta a ello), y “Harvest Of Sorrow” nos devuelve a los Guardian en acústico (taburete en ristre), que es la primera en caer de su último trabajo y que, dicho sea de paso, echamos en falta la versión en castellano (¡diles algo, Chusa!).
A continuación una de las decepciones de la noche: “Under The Ice”, y no precisamente por el tema en sí, que me parece de lo mejor de su último disco. Sinceramente, y con esto aprovecho para dar mi opinión sobre uno de los puntos flacos de BG en directo, me parece triste destrozar un tema tan acertado como el que nos ocupa sólo porque Hansi omita de entrada cantarlo tal y como aparece en disco (lo hizo no sé cuántos tonos por debajo). ¿O es que definitivamente no puede? Entonces lo del disco, ¿quién o qué es? A mi modo de ver, o bien Mr. Kursch debería esforzarse algo más en directo u omitir grabar cosas que luego no va a interpretar (de verdad, hubiera preferido algún que otro gallo que escuchar temas hablados, porque no fue el único).
Pues bien, nuestro apreciado vocalista nos anuncia que los shows están siendo grabados para un inminente directo (y yo pensando, “pues como no te esfuerces algo más van a quedar guapos…”), y lo celebramos con un atronador “Valhalla”, que devuelve la credibilidad perdida por instantes. “Battlefield” suena correcta aunque mejorable, mientras que “The Soulforged” es sorprendentemente bien recibida por el respetable, y la verdad es que les quedó cojonuda.
El punteo del comienzo de “Mordred’s Song” me pone la piel de gallina, aunque enseguida me doy cuenta de que esto es el directo, y que las distancias son palpables (sobre todo por lo que decía antes). Por su parte, ese cañonazo llamado “Punishment Divine” no se hace esperar más, y tanto “The Omen” como el público hacemos lo sumo posible por que suene como debe, y la verdad es que no queda mal la cosa.
Uno de los momentos álgidos de la velada, cómo no, esa obra de arte en forma de balada trovadoresca llamada “The Bard’s Song – In The Forest”, cantada casi en su totalidad por el público como es habitual, seguida de “The Hobbit”, tal y como lo hace en el tristemente desaprovechado esta noche “Somewhere Far Beyond”, todo un sorpresón para el que suscribe. “Imaginations…” enciende de nuevo los ánimos mayoritarios (que ya se van serenando con el cansancio), y “Lost In The Twilight Hall” retoma de nuevo la velocidad de antaño (no hubiera estado mal ver aparecer en ese momento al bueno de Kai, je je).
A estas alturas la gente ya tenía la boca seca tanto de sed como de pedir el “Mirror Mirror”, con lo cual incluso ironizó Hansi, que vino a decir algo así como que hay más temas en el repertorio, como es el caso del majestuoso “Time Stands Still (At The Iron Hill)”, uno de mis favoritos de “Nightfall…” y que dista un ápice de la versión en estudio, debido a la sobrecarga coral que posee en el mismo, lo cual se nota sin duda.
Y sí, finalmente cae el dichoso “Mirror Mirror”, la “Fiesta Pagana” de los Guardian, que acto seguido se despiden y desaparecen (parece que los cercanos focos de Repvblicca no estaban haciendo mucho bien en el chamuscado André). Música de fondo y ale, pa casa que es tarde. No obstante, un reducto de fieles centinelas aguardan un poco más. Chusa no tarda en aparecer, y por supuesto cae la foto de grupo y la charla de rigor, en la que cotilleamos de lo lindo (algo así como un “Tómbola” metálico), aunque menos de lo que hubiésemos deseado. Lamentablemente tras la última ronda comienzan las despedidas, quedándonos únicamente Dark, Blind Dreamer, Santaje y el menda, que bajo la lluvia (en el coche, claro) y con algo de avituallamiento y música de fondo nos echamos las últimas risas de la noche (nos vemos en la próxima batalla, troncos).
A modo de síntesis y por lo que se puede extraer de lo visto en Repvblicca decir que Blind Guardian están en un buen momento de forma, sonando bien y seleccionando acertadamente lo más granado de su repertorio (obviamente no se puede tocar todo, y ello lo suplen con una rotación de temas progresiva, variando unos o dos por show, lo cual me parece muy bien pensado). Ahora bien, casi siempre hay un pero (aunque muchos no quieran verlo), y aquí no tenemos atadura alguna que nos haga callar o negar lo evidente; no cabe duda que uno de los puntos donde recae siempre la máxima atención es en el aspecto vocal, y ahí es donde única y exclusivamente es responsable Hansi Kürsch. Sería de agradecer que, ahora sin bajo al que atender, pusiera algo más de empeño tanto en el aspecto vocal (en el que sin duda cojea en directo, al menos en los tonos altos) como en el visual, e intentar tanto satisfacer al oyente como entretener al espectador (ya sabemos que nunca se ha considerado un “frontman” en el sentido estricto de la palabra, pero creo que la situación y el status que ya tienen a estas alturas requieren algo más de puesta en escena, tanto por su parte como por la del resto del grupo, excesivamente estático). Al menos en mi humilde opinión. Siempre he pensado que las grandes bandas no se hacen en el estudio, y basta con pequeños detalles como los citados para subir o bajar enteros, supongo que no hará falta retomar el caso Blaze-Maiden. Al César lo que es del César.
Texto: David Fernández “Bubba”