Otro año más junto con mis compañeros/as de expedición nos dispusimos a partir hacia Villarobledo, a este paso nos vamos a conocer el camino con los ojos cerrados.
La situación metereológica no acompañó del todo, si bien el viernes no llovió a la hora de los conciertos, pero si antes, el sábado se presentó más diluvioso.
Vayamos por partes, la organización anunció novedades en esta edición, el recinto estaría totalmente asfaltado… mentira, lo que estaba asfaltado era lo mismo que se asfaltó para el Metal Mania, con lo cual cuando llegabas al asfalto la cantidad de barro en las zapatillas-pantalones era considerable; eso si, los escenarios estaban totalmente asfaltados.
Otra de las novedades era que el escenario “Matarile” funcionaría en solitario. En teoría, cuando acabasen las actuaciones tanto en el escenario “Repúblicca” como en “La Oreja Metálika”, comenzaría el concierto en “Matarile”. No fue así, ya que muchas de las veces cuando estaba acabando un grupo, empezaba uno en “Matarile”. La idea es buena, pero falta más sincronización en los horarios.
Esto de que “Matarile” funcionase en solitario hizo que cada grupo tenía una hora de concierto, aunque alguno intentó estirarla un poco. Se ubicaron mayor número de aseos y duchas, aún así, en los aseos de dentro del recinto habían colas. Pero es cierto que en líneas generales se mejoró con respecto al año pasado.
La ubicación de los escenarios era distinta, la carpa “Sennheiser Radio 3” se trasladó al pabellón cubierto. Vamos, que los amantes del Hip-Hop no se mojaron, y en lo que la organización llama “auditorio” quedaban una al lado de otra separadas por las barras los escenarios “La Oreja Metálika”, el gigantesco “Matarile” y “Repúblicca”. El mercadillo estaba justo a la entrada.
Una vez aparcada la furgoneta y montada la tienda fuimos a entrar. Después de estar una hora de reloj en la cola, nos pusieran las pulseras y nos registrasen uno a uno, cual delincuentes, entramos al recinto. Por cierto, mucho registro individual pero ya me diréis qué hacía un tío entre el público con una pala agitándola al viento (sí, habéis leído bien!).
El caso es que una vez dentro del recinto bajamos a ver a “The Meas”. Mis impresiones fueron que eran una copia de “La Polla”, incluso la voz me pareció un calco a lo malo del Evaristo. Cual fue mi sorpresa al leer en el programa de actos que “The Meas” es una de las actuales bandas de Evaristo. Otra de las bandas (no se si tendrá más) era “Gatillazo” que descargarían al día siguiente y que no vi. Pues eso, punk que en algunos momentos me pareció incluso entretenido, eso sí, los tacos baratos a la orden del día.
Al acabar “The Meas” dio comienzo “Mala Rodríguez” en el escenario “Repúblicca” y como nos pillaba al ladito vimos el principio, era una especie de Hip-Hop cansino. No me gustó nada, así que era momento para ir a la barra y pillar sitio para ver “Los Suaves”.
Con 5 minutos de retraso, a las 23:35 comenzó la actuación de “Los Suaves” con “Preparado para el Rock and Roll”, con corte de luz a la mitad de la canción. “Chou-Chou llega el tren” cayó nada más restablecerse la luz, el sonido era muy bueno y eso que no estábamos en el mejor sitio. Eso sí, la voz de Yosi completamente rota y su estado totalmente borracho fueron los encargados de cargarse un conciertazo. Pese a todo y en líneas generales yo disfruté como un enano. Las siguientes fueron “San Francisco Express” y el temazo “Palabras para Julia”, Yosi dijo que esta canción la había escrito más borracho de lo que estaba ahora (¿eso se puede?) y nos presentó la balada “Si pudiera”.
Los Suaves han vuelto a la actualidad con un gran disco, pero el único tema que cayó fue el cañero “Viejo”, inmediatamente después sonó todo un clasicazo: “Maldita sea mi suerte”, y una de mis canciones favoritas de Los Suaves: “Ourense-Bosnia”, la verdad es que Los Suaves a excepción de Yosi estaban dándolo todo. En “Dulce castigo” Yosi se despidió, pero obviamente no podían irse sin tocar el tema emblemático del grupo, al que le precedió “Antisocial”, y ahora sí, con “Dolores se llamaba Lola” y con Yosi quitándose la camiseta y tirando el pie del micro al público acabó el concierto.
Lo dicho, gran actuación deslucida por el estado de Yosi, que a este paso y si no cambia no creo que sus compañeros le aguanten mucho tiempo (aunque ya han aguantado mucho). Otra de las cosas que me sorprendió fue la no utilización de pirotecnia, supongo que por el mismo motivo que no la utilizaron Mägo de Oz el pasado año.
Hace dos años y en este mismo lugar Shaman se encargaron de dejarme un gran sabor de boca, así que hacia el escenario “La Oreja Metálika” me dirigí, y ahí me los encontré dando todo un gran concierto. Obviamente tocaron temas de su disco “The Ritual” como fue “For Tomorrow” (el único que conocía), tampoco faltó el recuerdo a Angra con “Lisbon” con un André Matos muy bien a las voces, pero de pronto y como quien no quiere la cosa empieza a sonar la intro del “Mr. Crowley”, me froto los ojos y afino los oídos y sí, realmente Shamanempiezan a marcarse toda una versión del clásico de Ozzy “Mr. Crowley”, magistral, aunque mi sorpresa fue al mirar al público más que parado, al acabar André pregunta “¿qué pasa? ¿nadie conoce a Ozzy?” “Pues hoy le vamos a dedicar un pequeño homenaje” y de repente las líneas de bajo hacen sonar el “No More Tears”… pelos como escarpias en una ejecución impecable. Al acabar había que coger sitio para Medina. Así que ya en “Matarile” pude escuchar el final de Shaman con “Carry On” de Angra.
Sobre la 1:40 aparecieron en escena los Medina Azahara, esta vez tocando ellos mismos la intro que abre su nuevo CD “Aixa” llamada “Puerta al mundo”. El sonido ya de un principio era simplemente perfecto, y como un puñetazo en la cara cayó la versión recortada de “A toda esa gente”, para inmediatamente después y sin descanso tocar “Vivir por la Paz”, tema perteneciente a su último álbum.
Era inevitable fijarse en que el bueno de Manuel Martínez se había puesto en la cabeza un gorro que dejaba asomar una coleta al más puro estilo mapache.
El concierto seguía por sus derroteros, “Se me olvidó” y “El vaivén del aire” fueron los siguientes en caer. Momento nostálgico con “El Lago”, y al finalizar, sacaron un taburete, era evidente que tocarían “Wind Of Change (Vientos de Cambio)” un temazo donde los haya y que Medina ha sabido adaptar a su estilo.
“Todo tiene su fin” dio paso a otro de los grandes, “Palabras de libertad”. La gente estaba entregada y el grupo respondía a ello. Y ahora llega el momento anecdótico, dice Manuel Martínez “Una canción que nos sepamos todos, para que los hijos de puta que provocaron el 11-M nos oigan” e inmediatamente responde mi hermana desgallitándose “Velosidaaaá” y efectivamente la siguiente en caer fue “Velocidad”. Con “Necesito respirar” finalizó esta primera parte del concierto.
Hablo de dos partes, ya que la siguiente parte consistió en un medley compuesto por “Algo nuevo – Hijos del Amor y de la Guerra – Niños – Junto a Lucía – El pozo de mi sed – No quiero pensar en ese amor – La tierra perdida (OUA) – Hay un lugar – Dudas – Danza al viento – Sólo un camino – Loco por ti – Un cuadro de colores – En la noche de San Juan” que dio por finalizado el concierto.
Sinceramente opino que Medina Azahara están atravesando por uno de los momentos más dulces de su carrera, tienen un directo potente y sobre todo muy bueno, y en estudio siguen deleitándonos con muy buenos discos, y así que sigan.
No soy seguidor de Bella Bestia, tan sólo tengo un disco y la verdad es que no es de mi agrado, pero por curiosidad tenía que acercarme a “La Oreja Metálika” a ver qué tal la reunión.
El concierto estaba ya empezado, Bella Bestia con sus pinturas de guerra rescatadas para la ocasión. El sonido la verdad es que no ayudó mucho, pero sinceramente y sin ánimo de ofender a nadie, hubo un momento en el que cerré los ojos y no sabía si estaba escuchando a Bella Bestia o a Gigatrón. Sinceramente Pancho “Hulk” estuvo mal, mal, mal.
Entre los temas que me sabía tocaron “No fuiste capaz (Duele)” y “Muévete”, tema en el que intentaron levantar lo que ellos mismo se habían cargado, la verdad es que el público visto lo visto desapareció del escenario.
Supongo que como reunión nostálgica está bien, no sé si Pepe Mari está tanteando el terreno para una posible vuelta, pero visto lo visto y dicen que las comparaciones son odiosas, ahora mismo entre Beethoven R. y Bella Bestia no hay color, y mira que tampoco es que sea un seguidor de Beethoven R.
Nos fuimos sin que el concierto acabase hacia “Matarile” dónde era el turno de Barricada.
La intro de “En blanco y negro” con la letra cambiada diciendo algo así como “buenas noches, aquí estamos para meter ruido, con las guitarras, unos timbales y bla bla bla” dio paso a “Rojo” e inmediatamente algo hizo que este concierto lo recuerde como de los peores de Barricada que he visto, y no digo que fuera malo, pero fue un concierto que careció de garra, no sé como explicarlo o si esa sensación tan solo la tuve yo. El caso es que “Animal caliente”, “Contra la pared”, “Noche de Rock and Roll” o “La hora del carnaval”, que fueron las siguientes en tocar, sonaron con falta de potencia, incluso diría que el sonido en Barricada estaba muy bajo con respecto a los grupos anteriores; sin embargo el grupo ponía ganas, tras este aluvión de clásicos cayó la única del nuevo disco, la punkarra “Sean bienvenidos” muy bien acogida por la gente, que por cierto en Barricada se multiplicó la gente que había en “Matarile”.
Toda una delicia que recuperen para esta gira “Deja que esto no acabe nunca”, y por supuesto otra delicia que hagan lo propio con “Todos mirando” a la que le siguió otro clásico, “No sé qué hacer contigo”.
Tampoco faltó “Problemas” con todo el recinto cantando el estribillo, “A toda velocidad” no me acabó de convencer, aunque si lo hizo “Balas blancas”, los más punkis se pusieron contentos con “Ocupación” y otros dos clasicazos, “No hay tregua” y “Esta noche no es para andar por esas calles”.
Las acústicas salieron al escenario para interpretar “Pídemelo otra vez”, y el concierto finalizó con “En blanco y negro” con el Drogas diciéndonos que “A comer, a descansar y a drogarse”.
Posiblemente el ver a Barricada hace unos días en Ondara hizo que no lo disfrutara tanto, el caso es que como he dicho, he visto mejores conciertos de Barricada.
Así finalizamos la jornada del viernes y que para mí era la fuerte, por la noche no paró de llover y siguió así hasta bien avanzada la tarde.
Sobre las 18:30 hora en la que parecía que paraba de llover volvimos a pasar porque nos registrasen de nuevo uno a uno y cual delincuentes. Sinceramente, creo que en algunos casos incluso abusaron del personal, ya que pude ver como a dos chicos los pusieron con los brazos levantados y piernas separadas. Muy fuerte e indignante, no se donde quieren llegar, pero gracias a nosotros existe el festival y si haces que la gente no esté cómoda ni se le trate bien, poco a poco irá a menos. Ellos verán…
El caso es que estaban tocando Dark Moor el “2 Minutes To Midnight” cuando llegamos y aunque la versión no estuvo mal, el grupo no me gustó nada, sobre todo el cantante, así que nos fuimos hacia la barra.
Parte de la expedición quería ver a Ska-P, y como no había nada en los otros escenarios me quedé. Ska-P es un grupo que no consigo encontrarle el punto (vamos es que creo que ni tienen el punto), no me gustan y a la vez flipo viendo a la gente como se vuelve loca. Unos nubarrones en el fondo hacían que nos temiéramos lo peor, y así fue, en plena actuación de Ska-P otra vez lluvia, esta vez con mucha fuerza (o al menos para uno, que es de secano)
Nos fuimos a cubrirnos en la carpa dónde estaban habilitados los chiringuitos de comida y allí estuvimos bastante rato, incluso sabía que Rata Blanca ya habían empezado, pero no era plan de coger una pulmonía (aunque al final si la pillé).
El caso es que vi que no paraba y quería ver a Rata Blanca, con lo cual me puse la capucha y al salir de la carpa paró de llover. Me perdí gran parte del concierto de Rata Blanca, que consistía en unos 35 minutos de concierto de los Rata y el resto sería de Rata Blanca con Glenn Hughes. Tan sólo vi “Volviendo a casa”, pedazo de tema y hay que ver como suena en directo y para “acabar”, cómo no, “La Leyenda del Hada y el Mago” con toda la gente volcada.
Al acabar el pequeño Barilari nos presentó a “un tipo que personalmente considero un amigo”, y el bueno de Glenn Hughes se colgó el bajo e hizo gala de un formidable estado vocal. He de decir que no soy muy seguidor de Glenn y por lo tanto de las cuatro canciones que se marcaron tan sólo conocí “Stormbringer” y “Burn”, con un Walter Giardino que da gusto ver como toca y con el Barilari apoyando y haciendo algún que otro coro. Me gustó, sobre todo nunca me imaginé que Glenn Hughes estuviese tan bien cantando.
De nuevo volvimos a Matarile a ver que tal Fito & Fitipaldis. Buen directo, la verdad es que me gusta mucho más en directo que en disco, Fito fue el artista que más tiempo gozó por parte de la organización. A destacar “La casa por el tejado” y quizá el tema de su último disco que más me guste “Un buen castigo”. No me quedé hasta el final, ya que aprovechamos para comer algo y bebernos otro lingotazo.
Otro de los grupos que tenía ganas de ver era Ángeles del Infierno, así que hacia allí nos fuimos. El recibimiento fue “El principio del fin” a la que le siguió una de las nuevas “Todos somos ángeles” con un muy buen recibimiento.
La verdad es que el sonido era muy bueno y el estado de Juan Gallardo aunque con algún que otro kilito de más cantaba bastante bien, había veces que se ayudaba de la mesa, pero hubo otras veces que me dio la sensación incluso que iba sobrado. “Sombras en la oscuridad”, “Con las botas puestas” o “Hoy por ti, mañana por mí” sonaron de lujo, pero aún nos deleitaron con más clásicos como “Héroes del poder” y “Prisionero”, volvieron a la actualidad con “Cae la noche”, segundo tema que nos presentaron de su nuevo disco.
“Rocker” dio paso a “A cara o cruz”, y por supuesto no podía faltar “666”, para acabar tocaron “Fuera de la ley”. Ángeles se ganaron al público y volvieron para los bises, esta vez dedicaron la siguiente canción a las víctimas del 11-M, canción que eran tres, ya que hicieron un medley de sus baladas “Al otro lado del silencio – Pensando en ti – Si tú no estás aquí” y para acabar de nuevo con el final de “Al otro lado del silencio”, momento nostálgico y muy bonito, pero Ángeles no podían irse sin tocar “Maldito sea tu nombre”. Muy buena fue la sensación que me dejaron los Ángeles, mucho mejor que la que me dejaron hace dos años en este mismo lugar.
Al acabar Ángeles del Infierno el cansancio se notaba, y nos fuimos a dar una vuelta por el mercadillo, en el que podías encontrar casi de todo, desde todo tipo de camisetas hasta pipas, muñequeras y cualquier tipo de artilugio.
También aprovechamos para acercarnos al escenario Sennheiser-Radio3, que en ese momento estaba abarrotado con la actuación de Violadores del Verso. Cierto es que no aguantamos una canción completa.
Volvimos a ver que tal lo hacían Saratoga, grupo que le he perdido mucho la pista y que de las canciones que tocaron sólo conocí “Heavy Metal”. El sonido era muy bueno, pero de pronto unas gotas empezaron a caer, con lo cual, unido al cansancio y a que de nuevo se me estaba atragantando la voz de Leo, decidimos irnos a dormir y poner punto y final a esta edición del Viña Rock del que se me ha quedado la espina clavada de no ver a Barón Rojo.
Este Viña Rock me costó una pulmonía de la cual aún no estoy completamente recuperado. Espero que la organización se replantee el asfaltar TODA la zona, ya que el barrizal que se formó en el recinto fue monumental, y ya no hablo del barrizal donde estaban las tiendas de campaña.
Espero contaros el año que viene la siguiente edición.
Texto y Fotos: Agustín Galiana “Aguskill”