AL OTRO LADO + DAMABLANCA – Jueves 26 de septiembre de 2005, sala Silikona (Madrid)

¡ Comparte esta noticia !

La ocasión la pintaban calva. Por una parte, tenía ganas de ver en directo a AL OTRO LADO, tras la buena impresión que me causó su disco de debut, comentado por aquí. Por otra parte, hacía mucho que no veía a DAMABLANCA, si exceptuamos las sesiones guitarreras que su Félix, su guitarra solista, acostumbra a dar en un parque del barrio justo debajo de la ventana de mi habitación, con un amplificador a pilas que no veáis el escándalo que monta. El día que triunfe y toque en Central Park no le pillará desentrenado. Para terminar de animarme, el concierto que ambos grupos iban a ofrecer ese jueves iba a tener lugar en Silikona, a tiro de piedra de mi casa, así que todos los astros confluyeron para que me acercara por allí esa noche.

El local, no muy grande, no se llenó más que a la mitad. La mayoría eran amigos de ambos grupos, que cogieron posiciones cerca del escenario dependiendo de qué banda fuera a tocar.

Los primeros en subirse al escenario fueron Damablanca, para regocijo de la panda de amigos que rápidamente tomaron posiciones delante del escenario. Era la primera vez que les veía con Pack, el nuevo batería. El resto de la formación permanece invariable: Félix Gómez y Daniel Izquierdo se hacen cargo de las guitarras y David Mecha del bajo, con Álvaro Sánchez de cantante

Pasaban unos minutos de las 10 de la noche cuando el grupo se sube al escenario y abre el concierto con “Nueva era”, tema perteneciente a su segunda maqueta. Enseguida percibí una mejoría en la forma de cantar de Álvaro, que siempre dispuso de una buena voz pero con problemas para colocarla en el tono adecuado de cada canción. Sin embargo, en el tiempo transcurrido desde la última vez que les vi en directo ha mejorado apreciablemente, aunque aún le queda camino por recorrer. Eso mismo se le podría aplicar al resto del grupo, al que se nota más centrado y conjuntado, sobresaliendo Dani (acertado cambio de look el suyo) y David Mecha, mucho más sueltos en escena, lo que da un valor visual añadido para el grupo. Álvaro sigue siendo un buen front-man, requiriendo para sí toda la atención entre tema y tema.

Siguieron con “Quimera”, un nuevo tema que nos presentaron esa noche y que causó buena impresión por su tono festivo. El grupo ha avanzado también en su puesta en escena, con mejores movimientos en los que participa todo el grupo excepto Félix, al que su timidez retrae a un lateral del escenario, mientras se encarga de la parte musical más brillante del grupo. Álvaro sigue abusando de agudos, costumbre que no termina de corregir y que le suele dejar en evidencia.

En ese momento, presentaron a una amiga del grupo a la que invitaron a subir a cantar, de nombre Sandra. La canción elegida fue una versión, la preciosa “Love Walked In” de Thunder. A pesar de su timidez en escena, Sandra dejó muy buen sabor de boca cantando con mucho sentimiento, y su dueto con Álvaro resultó brillante, así como la interpretación global del tema por parte del grupo, quizás lo mejor del concierto.

Tras despedir momentáneamente a Sandra, continuaron el concierto con “Encadenada”, una canción desconocida para mi cuya letra habla sobre la anorexia, destacando el buen solo de Félix en medio del tema. El ambiente de la sala era muy familiar, dado que la mayoría de los asistentes eran amigos del grupo (y los que esperaban a Al Otro Lado), por lo que las bromas entre grupos de asistentes y músicos eran constantes.

Continuaron con “Lucha perdida”, canción perteneciente a su primera maqueta y donde destaca el solo doblado que efectúan los dos guitarristas, Félix y Dani, mientras Álvaro se baja a bailar entre el público

Vuelven a invitar a Sandra a subir al escenario para interpretar otro tema lento, en este caso propio: “La roca del moro”, uno de sus mejores temas, perteneciente a su segunda maqueta. En esta canción el dueto entre Sandra y Álvaro sufre algunos “derrapes” en el tono, que desvirtúan un tanto el resultado, aunque el contraste entre ambas voces es de muy buen gusto.

Tras despedir, ya definitivamente, a Sandra, Álvaro nos anuncia un regalito. Otra versión, en este caso mucho más conocida, como es “The Wicker Man”, de Iron Maiden. Más que un regalito fue un castigo, porque la interpretación fue desastrosa, denotando que la incluyeron en el set-list de forma precipitada, ya que aún no la tienen lista para tocarla en directo.

Para quitarnos este mal sabor de boca, terminaron el concierto con sus dos temas más conocidos, los temas estrella de cada una de sus maquetas. Una buena intro de David Mecha al bajo dio paso a “Mi rabia será tempestad”, en la que la voz de Álvaro empezaba a decir basta. Luego nos enteraríamos de que había estado toda la semana peleando con una afonía que estuvo a punto de hacerles suspender el concierto. Para terminar, su tema homónimo, “Damablanca”, muy coreado por todo el público (casi todos amigos, como he dicho) y donde Álvaro hizo lo que pudo para terminar, dado su estado.

En definitiva, nos encontramos ante un grupo más maduro que va puliendo poco a poco sus defectos para ser cada día mejores. Espero que a base de trabajo sigan avanzando en esta línea.

Pocas veces he visto un relevo tan significativo entre el público, que se dividía claramente entre los que habían ido a ver a cada grupo. Los amigos de Damablanca pasaron a la paste posterior de la sala mientras aquellos que habían ido a ver a Al Otro Lado tomaron posiciones cerca del escenario. Yo, como había ido a ver a los dos, me quedé donde estaba, estorbando lo menos posible para hacer las fotos.

Como he dicho al comienzo de esta reseña, tenía muchas ganas de ver al grupo, ya que su disco de debut me ha gustó bastante, moviéndose en terrenos de hard rock melódico con bastante soltura, disco que tocaron íntegramente.

Comenzaron el concierto con “Que caiga el telón”, un tema muy apropiado para abrir fuego, y enseguida nos dimos cuenta de la diferencia de nivel existente con Damablanca, ya que Al Otro Lado es un grupo mucho más hecho, con músicos más curtidos que hacían sonar al grupo de forma mucho más compacta, sobresaliendo la buena voz de Javier Domínguez. El resto del grupo suena a muy buen nivel, los dos guitarristas (Diego Rodríguez y Fernando Jorge Muñoz) simultanean labores solistas dándole mucho colorido a los temas, apoyados en la buena base rítmica formada por Sergio Llorente “el Rata” al bajo y José María Cobas a la batería.

En directo prescinden de la utilización de teclados, de lo cual se encarga en el disco Ismael Filteau (Amset), que estaba presente en la sala. Dado que en mi opinión la inclusión de esos teclados es precisamente lo peor del disco, iba a tener la oportunidad de comprobar cómo sonaban los temas sin este instrumento. Y a fe que no estaba equivocado, así suenan mucho más roqueros y directos, aún en el caso de temas como “Aún no llegó mi final”, el siguiente en sonar, cuya versión en estudio tiene muy presente las teclas, pero que sonó mucho mejor de esta forma. Durante los solos de cada canción, Javier Domínguez se bajaba entre el público a bailar y bacilar un poco, algo que hizo en casi todos los temas, aprovechando la ausencia de apreturas.

La idoneidad de la ausencia de teclados se volvió a demostrar en “Vuelve la Bestia”, donde Sergio Llorente “el Rata” se encarga de la introducción al bajo con brillantez. El grupo clava el tema, con muestras más que evidentes de que tras este grupo hay mucho trabajo hecho, lo que arranca una gran participación del público.

En este momento, Javier coge su flauta para efectuar la introducción de la siguiente canción, la instrumental “Herederos de Castilla”. Conviene aclarar que la flauta que Javier utiliza no es una travesera al estilo de un trovador medieval como la que utilizan la mayoría de los flautistas de grupos de Rock, sino una flauta dulce como la que lleva mi hija al colegio. Sea como fuere, el inicio del tema fue algo caótico, y no fue hasta mitad de la canción que el grupo se entonó, terminando de forma brillante.

El público estaba ya totalmente entregado, y las primeras filas coreaban perfectamente los temas, señal inequívoca que eran fieles seguidores del grupo, como se demostró fielmente en la cañera “Misteriosa melodía”, con una gran labor de ambos guitarristas.

Tras la tempestad, viene la calma, y tras la descarga de adrenalina de “Misteriosa melodía”, la dulce “Mi eterna soledad” nos deja una grata impresión, con un gran trabajo vocal de Javier Domínguez. El tema, construido sobre un in crescendo pasional, sufrió un despiste en el solo de guitarra, que perdió totalmente el tono y provocó momentos de cierto desconcierto en el grupo, hasta que finalmente retomaron la línea correcta, terminando la canción de forma muy brillante.

No pude evitar recordar a los añorados Sangre Azul en “Hoy voy a perderte”, cantada de principio a fin por el público, que llevó en volandas al grupo en toda la actuación de forma sobresaliente, al igual que en “Bienvenido a la Civilización”, con un despliegue de facultades sobresaliente por parte de Javier, que llega sin esfuerzo a las notas más altas de la canción.

El disco estaba siendo desgranado por completo, y una de las pocas canciones que faltaban era “Siempre en mi puesto”, en la que la parte de teclados es ejecutada a la guitarra, demostrando una vez más la mejoría que eso supone en la canción. El único “pero” y punto a mejorar serían los mediocres coros que efectúan el resto de músicos, sin duda un punto a mejorar. En la parte central del tema, Javier sube al escenario a una chica del público, con quien se pone a bailar arrancando los aplausos del público.

Con este tema pusieron punto final al concierto, pero los vítores del público hicieron que pronto volvieran a escena, para presentarnos el único tema inédito de la noche, “Bicho raro”, que no está incluido en el disco, tras el cual se despidieron con el tema estrella del disco, “Al otro lado de la Avenida”, largamente reclamado por los asistentes. Y a fe que cumplió las expectativas, porque el largo desarrollo del tema satisfizo a todos los presentes, dejando bien a las claras el gran potencial de este grupo.

Y con esto terminó el concierto, una buena noche de rock con dos bandas que intentan hacerse un hueco en el complicado panorama madrileño. Espero poder repetir pronto.

Texto y fotos: Shan Tee