Considerado por muchos como una de las mejores voces del rock español, Leo Jiménez se ha hecho un nombre importante por su personalidad, carisma y, por supuesto, potente voz, que le hace acreedor de merecidos elogios sea cual sea el estilo que siga, en una carrera que ha tomado direcciones muy diversas.

Tras su paso por Saratoga, Stravaganzza y 037, Leo se centró en su carrera en solitario de la cual tenemos ahora la tercera entrega, después de “Animal solitario” (2014) y aquel disco en directo acompañado de algunas rarezas que se llamó “20 años tras el Apocalipsis” (2015).

La banda que le acompaña está compuesta por Rufo Cantero (guitarra), Antonio Pino (guitarra), Carlos Expósito (batería) y Edu Fernández (bajo), todos músicos muy competentes que son responsable de la excelente impresión musical que ofrece el disco. A ellos hay que añadir la voz gutural de Toni Mero Mero (Cuernos de Chivo) y los teclados de Manuel Ibáñez (Medina Azahara) en varios temas del disco.

El nombre del disco es muy adecuado para lo que nos encontramos en él: “La factoría del contrate” ofrece eso mismo, muchos contrastes, ya que en este trabajo Leo ha explorado muchos de los estilos en los que se encuentra cómodo, que no son pocos. Esto produce una primera sensación de estupor, ya que estilísticamente unos temas están en las antípodas de otros, haciendo necesario un ejercicio de apertura mental y auditiva para disfrutar por completo de este trabajo.

Por un lado tenemos metal poderoso, lindando con el extremo, en temas como la inicial “Soy libertad”, la oscura “D.E.P.” (dedicada a Dimebad Darrell) o “El dilema”. En todos ellos la colaboración de Toni Mero Mero ofrece un plus de agresividad con su voz gutural en unos temas que rozan el death y el metal industrial.

También tenemos temas de heavy metal más convencional, con mucha fuerza y melodía reconocible, en la línea de aquellos Saratoga que contaban con el cantante fuenlabreño. Entre ellos contamos con “Hambre”, con una comprometida letra que denuncia el hambre infantil, “Keroseno”, en la línea de los Metallica más inspirados, o el tema elegido como single, “Con razón o sin razón”.

En el otro extremo de la balanza están los temas más asequibles, más alejados del metal pero igualmente atractivos, como “Ojos así”, una versión de Shakira que sorprende por lo rockerizada que ha sido adaptada sin perder la esencia original. Un tema de marcados aires árabes, muy atractivo.

De tempo más relajado son “Un día más” y “Quién le pregunta a él”, medios tiempos con fuerza y mucha pasión, a quien Leo dota de emoción en cada verso. Y, por supuesto, también encontramos un par de baladas, asunto en el que Leo también destaca por la calidez de su voz. Por un lado tenemos “Caballo viejo”, versión eléctrica que ya aparecía en forma acústica en el disco anterior, “20 años tras el Apocalipsis”. Sigue siendo balada, pero ahora está totalmente orquestada. El otro tema tierno es “Que me digas ven”, un dueto con Merche, cantante pop que se lleva el tema a su terreno.  Sinceramente, creo que este tema sería más adecuado en un disco de Merche que en uno de Leo, pero hemos prometido tener la mente abierta, no?

La versión física del CD, además de tener una portada espectacular en relieve, nos ofrece 4 bonus-tracks. 4 versiones que son 4 joyas, a cual mejor y que merecen comentario individualizado:

Una versión de “Neon Knights” (Black Sabbath), muy fiel a la original, con Leo mimetizando la voz del fallecido Ronnie James Dio y la banda calcando la música original.

La siguiente versión es “Tierra de nadie”, seguramente el último tema de máximo nivel que editó Barón Rojo. En esta ocasión Leo sí ha hecho más suyo el tema, aún siendo respetuoso con el original.

De no menos de espectacular podemos tratar el “Getsemaní”, del musical Jesucristo Superstar, con un lucimiento impresionante de Leo en una de las mejores interpretaciones del tema que he tenido la oportunidad de escuchar. Tanto es así que de todas las versiones que he escuchado este clásico con diferentes cantantes, sólo la versión original con la voz de Ian Gillan ha conseguido transmitirme tanto como la que Leo ofrece en este corte.

Para finalizar, una versión demo de “Es por ti” de Cómplices, bastante endurecida con respecto al origina pero manteniendo su espíritu.

Si bien es necesario eliminar nuestros prejuicios para disfrutar del disco por completo, una vez abierta la mente nos encontramos con un disco variado hasta el extremo, y quizás por ello con una riqueza inhabitual en el mundo del rock. Eso sí, algunos talibanes del heavy metal lo puede pasar mal con la mitad del disco. Ellos se lo pierden.

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Santi Fernández «Shan Tee»