J. L. SAIZ “The Ripper: A Conceptual Metal Story” (2021)

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Reseña originalmente publicada en catalán en El Rock-Òdrom

Introducción y contexto:

El guitarrista madrileño José Luis Saiz fue el guitarrista principal de Beethoven R. durante toda su trayectoria, a partir de lo que fue el final de Bella Bestia, hasta la disolución del grupo el septiembre de 2019.

Ahora Saiz vuelve de nuevo a la actividad con un ambicioso proyecto en torno al famoso asesino Jack el Destripador. Un personaje sobre el cual ya se ha escrito de todo y bajo todo tipo de propuestas: novelas, películas, teatro musical, ensayos y, por supuesto, álbumes dentro del campo metálico.

La obra de J. L. Saiz, “The Ripper: A Conceptual Metal Story” no es, por lo tanto, ninguna novedad dentro del panorama musical en general y del mundo metálico en particular. No obstante, esto no quita ningún valor al trabajo hecho por el músico madrileño quién, además, parece que se siente muy orgulloso del resultado obtenido, tal y como veremos unas líneas más abajo.

Que el misterioso personaje de Jack el Destripador (nunca llegó a averiguarse la identidad del asesino) es alguien que ya fascinaba en Saiz hace muchos años, queda patente con aquella canción, “Sangriento y mortal”, que compuso para el primer disco de los Beethoven R. (“Ja, Ja”, 1999) pero para esta ocasión Saiz ha decidido jugársela e ir a todas con este proyecto.

Para hacerlo, ha contado con la fundamental asociación a la voz del cantante italiano (pero de nombre muy inglés) y residente en Madrid, Matt Storm. Tengo que deciros que, desgraciadamente, no he encontrado en la red referencias a este músico y desconozco cualquier trabajo previo que haya hecho. Solo he encontrado un cantante llamado Matt Storm pero es de los EE. UU. y no se asemeja nada a nuestro protagonista.

Saiz ha escrito todas las canciones, además de encargarse de todas las guitarras, el bajo, los teclados, la programación, las voces secundarias y la voz de Jack en una de las canciones. También participan con voces secundarias Ángel Muñoz y Alejandro Gómez. También se menciona Joey Ahlen como batería, pero la batería es… Bueno, más adelante digo algo sobre la batería.

Me ha gustado ver como José Luis Saiz tiene un cariñoso recuerdo para sus ex compañeros de Beethoven R., uno de mis grupos preferidos del Hard Rock español, donde menciona a todos (creo) quienes fueron compañeros suyos en la banda.

El trabajo, que viene presentado en digipak tipo cuaderno, repasa a lo largo de sus doce cortes (incluyendo los pasajes instrumentales) los hechos ocurridos en el Londres de finales de siglo XIX donde, entre el 31 de agosto y el 9 de noviembre de 1888, cinco prostitutas fueron asesinadas y destripadas en el barrio de Whitechapel. El tratamiento que la prensa dio al caso y el hecho que nunca se averiguara quién fue el autor de los hechos, contribuyeron a que la leyenda y el misterio ligados a este caso hayan llegado muy vivos hasta nuestros días. En la Wikipedia hay una interesante información al respecto.

Escuchando el disco de J. L. Saiz, “The Ripper: A Conceptual Metal Story”.

Es importante disponer del formato físico del disco para coger el sentido global al trabajo de J. L. Saiz “The Ripper: A Conceptual Metal Story”. Desde el libreto, Saiz empieza la obra explicándonos el contexto social en que tuvieron lugar los hechos en el oscuro y decrépito barrio de Whitechapel, el misterio que todavía rodea a la autoría de los hechos y nos invita a adentrarnos por los callejones y lugares donde todo aquello sucedió.

Cada una de las canciones viene encabezada por una breve introducción donde se nos explica qué se narra en la misma. Sin duda, esto ayuda a que nos adentremos y comprendamos más la canción, pero Saiz también hace algo que he encontrado extraño y quizás fuera de lugar: En varias de las canciones, nos da una opinión subjetiva de la misma como sí de una reseña musical se tratara. Sirva a modo de ejemplo lo que encontramos referente a la quinta canción del disco, “Murder In Dutfield’s Yard” (traducido del inglés): “Una voz siniestra y el desarrollo de la historia en la canción, van totalmente de la mano del ritmo narrativo de la música. Los teclados del medio son terroríficos y la fusión de la música con la historia es perfecta. Por cierto, el final con un tono algo más serio y solemne te hará temblar.”

Entiendo que cualquier artista orgulloso de su obra tiene todo el derecho del mundo a compartir a los cuatro vientos cómo de magnífico es su trabajo, pero lo veo más oportuno en una entrevista o una acción de promoción. Esto de aquí me parece como si, en una película, justo antes de una determinada secuencia, el director hiciera aparecer unos subtítulos donde nos dijera que la música de fondo, los planos, la luz y el ritmo, hacen de aquella una secuencia perfecta que nos dejará maravillados.

A ver… ¿Esto es o no es una opinión subjetiva? Creo que es el espectador quien tiene que formarse, por sí solo, la opinión al respeto sin la injerencia del autor. Y en este caso particular con la obra de Saiz, lo mismo. Una cosa es presentar la canción y ayudarnos a comprenderla (algo interesante y que se agradece) y otra hacer valoraciones subjetivas sobre cómo de buena es. Yo nunca me había encontrado nada parecido y, la verdad, me ha sorprendido.

Musicalmente, el disco de J. L. Saiz, “The Ripper: A Conceptual Metal Story” se mueve con acierto dentro del Heavy Metal con paseos por el Power y, algo más, por el Hard Rock.

El aspecto más débil en este sentido lo he encontrado en el sonido de la batería que me ha parecido muy poco orgánico, nada cálido, haciéndome cuestionar cuál es el grado de presencia humana detrás los tambores. Desgraciadamente, este aspecto me provocó cierto rechazo durante las primeras escuchas del álbum pero, afortunadamente, una vez te acostumbras empiezas a apreciar los otros elementos de la obra que permiten llegar a disfrutar plenamente de este trabajo.

Matt Storm ha sido un gran descubrimiento para mí y su estilo de cantar me ha recordado ligeramente a algunos tótems del género (el nombre de los cuales no mencionaré para evitar desacuerdos con los lectores), dotando a las canciones de una fuerza imprescindible en un proyecto como este. Una voz potente, entregada y que no basa su tarea al hacer agudos imposibles uno tras otro, si no en dotar de matices y versatilidad cada una de sus intervenciones.

El otro elemento a destacar es el papel que juega José Luis Saiz con las guitarras. No es ningún descubrimiento para cualquier que conozca su trayectoria que Saiz sabe conducir con maestría su instrumento. El lucimiento está presente, sobre todo en sus solos.

Las canciones que más me han gustado a mí son “Murder In Dutfield’s Yard”, “The Devil Inside”, y por encima de todas, “Twice In The Night”, la más próxima al Heavy Metal clásico de todo el álbum.

En conclusión:

El primer trabajo en solitario de J. L. Saiz, “The Ripper: A Conceptual Metal Story” me ha gustado y lo he disfrutado, además me ha servido para conocer algo más los hechos ocurridos en torno al protagonista de esta historia. No obstante, tampoco he alucinado.

La producción, en general, no me ha acabado de convencer. El disco ha sido escuchado más de diez veces y con auriculares (tal y como Saiz reclamó que se hiciera durante la rueda de prensa de presentación del álbum) para poder empaparme mejor de todo lo que tiene, pero si al sonido de la batería le sumamos que las guitarras están (quizás) un pelín bajas, esto hace que todo ello quede unos escalones por debajo del potencial que tiene esta obra de José Luis Saiz.

Y una última opinión muy personal. Entiendo que se ha querido emplear el inglés porque el trabajo tiene vocación internacional. A pesar de eso, creo que esta elección puede hacerle pasar más desapercibido aquí y allí. A pesar de ser un buen trabajo, no tiene nada que lo haga especialmente llamativo y distinguible de los centenares y centenares de trabajos del género (ni siquiera la temática porque no es innovadora) y fuera de España poca gente del mercado no hispano sabe quién fue Beethoven R. y, por lo tanto, que este es el proyecto de quién fue su gran guitarrista, José Luis Saiz. Una característica que en España y el mercado hispano en general sí que puede, por sí solo, generar más interés en conocer el nuevo proyecto del músico madrileño.

En cambio, hacerlo en castellano como hicieron los Patente de Corso con su tercer trabajo, creo que habría sido mejor idea. No lo sé, ya os digo que esta es una opinión muy personal y que, además, la lengua escogida no hace al álbum ni mejor ni peor.

En fin. Os recomiendo dar una oportunidad y escuchar con atención el debut en solitario de J. L. Saiz, “The Ripper: A Conceptual Metal Story” y hacerlo (si queréis extraer todo el jugo) con los textos que acompañan a la música. Probablemente no lo incluiréis en vuestro 2021 top albums pero pasaréis un buen rato y eso es lo más importante.

César Rojas “Jebimetal”