ARIA IGNIS “Desafiando al destino” (2019)

¡ Comparte esta noticia !

¿Cuánto cuesta hoy, técnicamente hablando, sacar un disco? En alguna que otra reseña anterior que he escrito, así como en un editorial de las que publica mensualmente el Master de The Sentinel, se ha prestado atención a cómo hoy en día existen medios al alcance de cualquier grupo que permiten la grabación, fabricación y distribución física de una obra musical. Se ha democratizado el proceso y ya no resulta imprescindible tener una discográfica detrás que haga posible todo el proceso. Además, la reducción de los costes así como el acceso sencillo vía internet a la financiación colectiva mediante colecta o micro mecenazgo, facilita la obtención de los recursos económicos imprescindibles para plasmar en forma de disco las canciones que innumerables bandas de todo el planeta crean en sus locales de ensayo. Gracias a ello, he podido disfrutar de discos magníficos que, sin las herramientas hoy disponibles, jamás hubieran visto la luz.

A pesar de todo lo anterior, eso no significa que los grupos lo tengan más fácil que nunca más allá de grabar y editar material. La otra cara de la moneda es que la abundancia (e incluso, según se mire, saturación) dificulta distinguir el grano de la paja. Los grupos han de seguir “desafiando al destino”. Pasando de la frustración por no poder grabar o hacerlo en condiciones, a la frustración por pasar completamente inadvertidos, más allá de un “breve” (y con suerte) en la sección de noticias de los medios especializados de amplia difusión. Si no hay apoyo sólido (dinero) detrás para promocionar y por lo tanto destacar, ese CD será uno más de entre los centenares que, sólo de Heavy Metal y sólo en España, ven la luz cada año. Ese es el destino de la inmensa mayoría, independientemente de la calidad de la obra.

Los toledanos Aria Ignis, con su segundo trabajo, siguen desafiando al destino. El título del disco y su chula portada (a cargo de Álvaro “El veci”), me han servido de inspiración para arrancar esta reseña. En ella vemos al dios Neptuno quien, sólo con su lanza y desafiando al destino, planta cara a un inmenso dragón que emerge de las aguas. Neptuno podrían ser Aria Ignis y, el dragón, las enormes dificultades a las que todo grupo se enfrenta. En la contraportada, Aria Ignis nos informan de que “Desafiando al destino” ha sido grabado entre 2016 y 2018, y teniendo en cuenta que el disco no ha salido hasta febrero de 2019, nos da una idea de lo que ha costado parir a la criatura. Esta información nos da una idea de cómo, a pesar de la democratización a la que me refería al inicio de la reseña y de que técnicamente es hoy más fácil que nunca sacar un disco, otros avatares de cualquier índole pueden conllevar ingentes dificultades que, además y a pesar del esfuerzo, no siempre darán los frutos deseados.

Un aspecto que muchos pueden considerar menor pero que en mi opinión debe cuidarse más, es que el libreto tiene varias faltas de ortografía y algún error tipográfico. Obviamente a todos se nos pueden escapar errores pero creo que cuidar estos aspectos antes de llevar a impresión también es importante, porque a pesar de que seguramente no serán miles las personas que tendrán este CD físico en sus manos y se leerán el libreto, es un acabado que, desde mi punto de vista, merece más atención.

Vamos pues con el disco en sí, su música, sus canciones. Aria Ignis practican un Power Metal muy en la onda del omnipresente a principios de milenio: melódico y con el doble bombo como marca de la casa. Desafortunadamente, no puedo decir que el conjunto del CD me haya entusiasmado. De hecho, el sonido de la batería no me ha gustado nada. Demasiado presente, el doble bombo constante y una caja excesivamente en primer plano, me resulta mecánico y poco orgánico, parece una caja de ritmos. En la base rítmica, el bajo de Arturo Rodríguez, en cambio, pasa casi completamente desapercibido. Por otra parte, he “visto” sufrir bastante a Kevin Pérez con la voz, especialmente a la hora de cantar en tonos altos, y esto se nota sobre todo en temas como “Dulce agonía”, “El pozo amargo” o “Tu decisión”. Mucho más atractivas me han parecido las partes instrumentales, básicamente y para que nos entendamos, los solos. A pesar de que no se especifica en los créditos quién se encarga concretamente de esas labores en cada canción, David Martín y Alejandro Rodríguez se reparten esa tarea con notable resultado.

Como canciones a destacar, me quedo con “Vampira del placer” y, de largo, “Que nadie decida por ti”. En esta canción participa con protagonismo y excelente resultado Natalia Martín quien, además de ser vocalista de Casa de Fieras, según explican en el libreto es la profesora de canto de Kevin. Otras colaboraciones son las de Pedro Díaz “Peri”, bajista de Mago de Oz durante buena parte de su carrera y actualmente de Jose Andrea y Uróboros, Clara Rivera (doblaje), Víctor (Dragonfly), Juan Flores “Chino” (José Andrëa y Uróboros), Fran Vázquez (Cherokee), José García (Mercurio, Wild) y Justi Bala (Snakeyes, ex-Sphinx).

Tras la finalización de lo que se supone es la última canción de disco, “En tu interior”, tenemos una canción oculta que arranca tras unos cuantos minutos de silencio con un diálogo de lo que he supuesto es el fragmento de alguna película de animación que no he logrado identificar para, a continuación, y ahora sí, cerrar el disco con una canción que no entiendo por qué no aparece reflejada en el tracklist.

En fin, un disco (en mi humilde opinión) regulín. Con varios aspectos técnicos a mejorar y unas composiciones, en general, con poco gancho. No obstante, les doy mi enhorabuena por haber sacado el disco adelante, les deseo toda la suerte del mundo y ¿por qué no? como no hay dos sin tres, estaré encantado de reseñar un próximo trabajo y, ojalá, disfrutarlo enormemente.

Jebimetal