FÉMINA 2005, FESTIVAL MUJERES EN EL ROCK: DREAMAKER + NEXX + ONÍRICA – Martes 8 de marzo de 2005, sala Ritmo y Compás (Madrid)

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Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Personalmente no creo mucho en este tipo de días institucionales, creo que hay que trabajar a favor de mejorar las condiciones sociales durante todo un año, y proclamar un día concreto para una celebración de este tipo es más un brindis al sol que un avance real. Pero aún así, este tipo de días traen cosas buenas, como son la celebración de eventos, con la mujer como protagonista. Dejando a un lado algún otro concierto de otros tipos de música celebrados en Madrid (tiene que haber gustos para todos), lo que a mi realmente me interesaba era este Festival Mujeres en el Rock, un concierto triple de grupos de Rock con la característica común de contar con una cantante femenina.

En el Festival estaban representadas 3 maneras muy diferentes de entender el Rock, estilos muy distintos que hacían de esta diversidad un aliciente más para acudir un martes a esta madrileña sala.

ONÍRICA

Los primeros en salir a escena fueron Onírica, un grupo muy joven del que ya os hemos hablado en alguna ocasión. Practican una especie de Gothic Doom Metal melódico (me vais a perdonar, pero con estas etiquetas me pierdo) en el que destaca la presencia de Aroa, una cantante con buenas facultades vocales que cuando pula un poco su estilo puede dar bastante que hablar.

Comenzaron su set con “Musique”, y pronto vimos las virtudes y defectos que les acompañan. Entre las virtudes, mucha ilusión y ganas de agradar, canciones trabajadas y un aceptable nivel instrumental, sobre todo por parte del batería. Entre los defectos a pulir, aún mantienen una inseguridad en escena propia de su juventud, necesitan más horas de trabajo y sobre todo tocar lo máximo posible para adquirir la experiencia que sólo las tablas proporcionan.

Los temas son muy parecidos entre sí, causados también por el encorsetamiento del estilo en el que se encuadran. Mantienen una base lenta y depresiva que alternan con partes más rápidas y cañeras. “Lunas de sal” me gustó especialmente, con unas partes vocales por parte de Aroa muy interesantes. Hablando de la joven cantante, se la vio en todo momento muy tímida y cohibida en escena, apenas se la escuchaba cuando presentaba los temas o se dirigía al público, y mientras cantaba miraba al suelo con actitud tímida. Espero que la experiencia la vaya soltando y pueda desplegar el potencial que asesora.

En la instrumental “Scopas” Aroa empuñó una guitarra acústica. El tema está construido sobre unos arpegios clásicos tras los que el grupo acompaña ofreciendo el contraste entre la música pesada y la más bucólica de la guitarra acústica.

Tras ella, Aroa presenta una versión. Nombra al grupo y la canción, pero la voz apenas le llega al cuello, más por la actitud tímida que mantenía que por falta de facultades. El tema en cuestión es “The May Song” de The Gathering, que interpretan de manera correcta.

Para terminar el concierto nos ofrecen un tema llamado “Damas de la Noche”, con Aroa de nuevo con la guitarra acústica. El grupo termina algo deslabazado, más pendiente de los amigos que tenían entre el público que en ofrecer una imagen global de su interpretación.

La sensación que nos quedó de su actuación fue un tanto agridulce. Debido a su juventud, seguramente en base de más experiencia tengamos una mejor opinión de ellos en un futuro cercano. 

Tras un razonable rato de espera me dispuse a disfrutar de la actuación de Nexx. Y digo disfrutar porque Nexx son una de mis debilidades. Nuestros lectores habituales habrán visto reflejado en esta Web en varias ocasiones su nombre, desde la reseña que os ofrecimos de su hasta el momento único disco, “Colours”, hasta varias crónicas de conciertos en la que ha participado este grupo madrileño.

Para aquellos que aún no les conozcáis, se trata de un excelente grupo de Hard Rock melódico y con una cantante, Patricia Tapia, con una voz excepcional. El resto del grupo tienen también un gran nivel: Bernardo Llobregat (guitarra) y Óscar Pérez (batería) representan la parte más dura del grupo y José A. de la Banda (bajo) y Francisco J. Rodríguez (teclados) son el complemento perfecto para que el grupo suene “redondo”.

Tras colocarse los músicos en el escenario, comenzaron el concierto con dos temas nuevos, pertenecientes a lo que será un segundo disco que aún no tiene fecha. Dichos temas fueron “Praying For A Life” y “Critical” y pronto comprobamos que mantienen el buen gusto y la calidad de sus antecesores ya editados en “Colours”, con la salvedad de que ambos temas son más duros y cañeros, lo que hace pensar que el nuevo disco será más cañero que “Colours”. También comprobamos que Patricia mantiene esa privilegiada voz y que el grupo suena como un tiro y, como suele ser habitual, más duro que en disco. Bernardo sigue siendo el referente más rockero, tomando un protagonismo mayor sobre el escenario. Ha evolucionado desde la última vez que les vi, ahora es más técnico, tira más de escalas y sus solos son más espectaculares.

La diferencia en escena con Onírica es evidente. Se trata de un grupo con más tablas, y su “performance” en el escenario corresponde a un grupo más hecho. El bajista Jose no para de saltar y moverse junto con Bernardo, el batería Óscar suena contundente y con mucha pegada, y Fran permanece parapetado tras sus teclados dando el punto elegante a estas canciones.

Pero el centro de las miradas siempre es Patricia, no sólo por su voz sino por su forma de bailar y sentir las canciones. Toda una estrella que en los momentos de dirigirse al público denota una cierta timidez, pero que a la hora de cantar se destapa y se come el escenario.

El primer tema de “Colours” es “Indifference”, de tempo más relajado que las dos canciones nuevas que acabábamos de escuchar, dejándonos apreciar los coros de Bernardo y José. La parte central es bordada por Bernardo y Fran.

Siguen con otro tema, de “Colours”, en concreto el que abría el disco, “Arches Of Faith”, que comienza con Patricia susurrando los primeros versos para luego explotar con toda la banda en este gran tema.

Tras estos dos recuerdos a “Colours”, Patricia presenta una canción que entrará en el futuro nuevo disco. El tema se llama “Hey Dad” y fue de lo mejorcito de la noche. Comienza con un dueto entre la intensa voz de Patricia acompañada únicamente con el piano de Fran durante unos minutos, y cuando nuestros pies empiezan a levitar entra el resto del grupo en la segunda mitad del tema, muy guitarrero, con Bernardo tirando del carro y Patricia a un nivel impresionante. Estoy seguro de que esta canción será un éxito seguro en el momento en que sea editada.

A estas alturas del concierto ya estaba claro que había merecido la pena el paseo, aunque sabíamos que el set no iba a ser muy extenso dado que el tiempo era limitado al tener que repartírselo tres grupos. “A Good Time Comes” continuo la fiesta, no en vano es un tema cuyo estribillo engancha a todos los amantes del rock melódico. La banda suena como un tiro, Óscar tras la batería mete una caña tremenda y Bernardo no para de frasear durante casi toda la canción. Y Patricia es la dueña. Se la ve feliz en el escenario y no cesa en su despliegue de facultades.

Uno de los momentos más emotivos del concierto fue la interpretación de “One More Day”, la tierna balada incluida en “Colours” que significa el mayor despliegue de sentimiento de Nexx, con una exhibición de Patricia, que pasa del susurro al despliegue de su potente voz con una naturalidad pasmosa, sobre todo en el momento en el que el grupo para y ella mantiene una nota en el aire… Sublime.

“Ya sabéis que no puede haber un concierto de Nexx sin una versión…” dice Patricia. Nexx siempre han hecho muchas y buenas versiones, así que me preparé a disfrutar. 5 segundos me bastaron para reconocer el “Cryin’” de Vixen, algo previsible pero que no fue óbice para disfrutarla por completo.

En la recta final del concierto nos mostraron otra nueva composición que irá en el futuro disco llamada “Again” que mantiene el buen nivel de las anteriores tras la que tocaron “Remember”, otra de “Colours” con un gran trabajo a cargo de Fran, Bernardo y Patricia, pero que casi estropean una parejita de idiotas a los que no se les ocurre mejor idea que subirse al escenario a bailar para que todos veamos lo tontos que son. El escenario de Ritmo y Compás es relativamente pequeño, y el chico que se subió era el doble de grande que Patricia Tapia, con lo que yo temía que la metiera un buen empujón, cosa que casi ocurrió una de las veces que subieron y bajaron a hacer el payaso. Patricia y Fran ponían cara de asombro y forzaban una sonrisa de “aquí no pasa nada” pero José les tiró una mirada de las que taladran la nuca. Yo les hubiera tirado algo más, pero los años me han hecho ver las cosas con más calma. Afortunadamente, pasado un rato decidieron bajarse y seguir con el bailecito en un sitio más seguro. Nexx capearon el temporal con profesionalidad y terminaron el tema sin incidentes, aprovechando el final para que Patricia presentara a los miembros del grupo.

“Nos vamos a despedir con otra versión”, nos dice Patricia. Abro las orejas impaciente esperando reconocer rápidamente la canción. La introducción de Fran al teclado seguida de la batería de Óscar me da un vuelto al corazón: ¡¡“Separate ways” de Journey!! Temazo impresionante que Nexx borda de manera sobresaliente. No estoy muy seguro de que la mayoría del público conociera el tema, pero yo me vuelvo loco en primera fila. Emular a Steve Perry o a Neal Schon es tarea harto difícil, pero ni Bernardo ni Patricia tienen problemas para dejar la interpretación a gran altura.

Tras el éxtasis que supuso “Separate Ways”, hacen un amago de irse, pero sin mucha convicción. Ni siquiera terminan de salir del escenario cuando vuelven a colgarse los instrumentos para ofrecernos una más: “Get Fire”, otra de “Colours”, que suena muy cañera con el doble bombo de Óscar y la interpretación a la guitarra de Bernardo, con lo que, ahora sí, dan por finalizada la actuación. 

Confirmando lo ecléctico del Festival, el grupo que cerraría la noche iba a ser Dreamaker, grupo nacido de la escisión de Dark Moor y está a punto de sacar ya su segundo disco, llamado “Enclosed” y en el que basaron gran parte de su actuación.

Comenzaron con “I Live My Own Life”, la cual empalmaron con “Living In Fear”, ambas de este inminente “Enclosed”. Elisa Martín es la indudable estrella del grupo, al menos sobre el escenario. Combina como poca gente puede hacer una simpatía desbordante con la agresividad de una cantante de Heavy Metal.

Dreamaker han abandonado casi definitivamente el estilo Power Metal que mantenían de Dark Moor y que les había acompañado en sus inicios para desembocar en una opción más dura y agresiva de Heavy Metal, mirándose en espejos más radicales como pudieran ser Slayer o Testament.

Tras estos dos temas con los que comenzó su actuación, Elisa se dirige al público para agradecernos la asistencia un martes y, en un día dedicado a la Mujer, quiso dedicar su actuación a una mujer recientemente desaparecida que había sido estandarte del Heavy Metal femenino en España. Por supuesto se estaba refiriendo a Azuzena, la que fuera cantante de Santa, fallecida el mes pasado. Por supuesto tal dedicatoria fue recibida con aplausos por todos los presentes.

Tras la acertada dedicatoria, prosiguen el concierto con “Nightmares Factory”, de su primer disco, “Human Device”, aunque a mitad del tema parece que algo no va bien. Un pipa recorre dos veces el escenario intentando arreglar algo, y llegando al final, el joven Matías Sosa pone cara de cagarse en alguien. Nada más terminar el tema sale disparado al camerino. Elisa comenta que se le ha roto una cuerda y que iba a cambiar de guitarra, bromeando y pidiendo al público que le coreara para que se diese prisa en volver gritando “argentino, argentino…”. Unos momentos después, Matías vuelve a su sitio en el escenario con cara de pocos amigos. Elisa le mira con cara comprensiva comentando “19 añitos que tiene…”.

Tras este imprevisto, rápidamente solucionado, el concierto prosigue con “The End Of Your Suicide”, de su próximo “Enclosed” y que confirma que las composiciones son más agresivas que las anteriores. Elisa demuestra un estado de voz impecable, variando su manera de cantar dependiendo de la exigencia de cada tema, saliendo airosa tanto de voces naturales como rotas o incluso guturales.

Del resto del grupo me gustaría destacar al también exDark Moor Jorge Sáez, muy contundente a la batería, haciendo un buen tamdem con el gigantesco bajista Carlos Peña. Albert Maroto asume un papel más protagonista que Matías Sosa a la guitarra, aunque ambos cumplen bien su papel. Sin embargo, Nino Ruiz no me convenció mucho con sus teclados, más que por su interpretación, por el sonido que sacaba de ellos, nada integrado con el resto del grupo.

Elisa comenta que el siguiente tema habla de un asesino de niños, una letra dura que han querido reflejar en “Innocent Blood”, también de su próximo disco al cual están dando mucha cancha. Ni un solo resquicio de Power Metal y sí de metal extremo dejan bien a las claras que Dreamaker han dejado atrás definitivamente el estilo que practicaban en Dark Moor.

Tras una vuelta a su primer disco con “Without Angels”, Elisa comenta que debido a las características del Festival no podrían tocar todo el tiempo que quisieran, “pero seguro que os apetecen unas versiones”, pasando a tocar un Medley que enlazó pasajes Slayer (“Reign in Blood”), Pantera (“para ti, Dimebag Barrell, allá donde estés…” gritó Elisa) y Rammstein (“Du hast”, cual si no?)

El concierto llegaba a su fin. Elisa recordó la fecha de lanzamiento de su nuevo disco (11 de marzo) y para ello quiso despedirse con un nuevo tema que saldrá editado en él: “Reverse Universe”, demostrando la fe que tienen en este nuevo lanzamiento.

Tres grupos, tres maneras diferentes de entender el Rock, y sin embargo, con puntos en común. En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la coincidencia más apreciable es que había 3 mujeres en las labores de cantante. Y las 3 cumplieron como cantantes y como show-women. Y las 3 se mostraron encantadoras y accedieron a hacerse una foto con este reportero dicharachero.

He aquí la prueba:

Texto y fotos: Santi Fernández «Shan Tee»