ZARPA – Viernes 7 de marzo de 2008, sala Fussion (Massanassa, Valencia)

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Concierto 30º Aniversario

Orgullosa debe estar la banda valenciana de haber celebrado su 30º aniversario con una gran respuesta de la gente ante el concierto donde se celebraran treinta años de carrera (aunque casi en toda la década de los 90 Zarpa estuvo en período de hibernación) con grandes momentos y momentos menos buenos, pero siempre comandados por Vicente Feijóo, una gran persona y músico trabajador, luchador humilde, sincero… 

Ese mismo fin de semana se celebraba el Atarfe Vega Rock en la localidad granadina que da nombre al festival, y aunque el cartel en sus dos días era bastante atrayente y variado, decidí no ir cuando me enteré que se celebraba en una plaza de toros cubierta, ya que el sonido allí debería ser horrible. No me equivoqué, como pude comprobar, tras leer las reseñas subidas sobre el festival en diferentes webs y la opinión de los que allí estuvieron en los foros, además de amigos que me confirmaron el nefasto sonido que tuvieron que soportar durante los dos días de festival.

La decisión de ir a ver a Zarpa era clara, y más tal y como está el mundo de la música, no siendo nada fácil que una banda en España celebre su 30º aniversario y sin vivir de las rentas, habiendo editado uno de los mejores discos de Heavy Metal en nuestro país de todos los tiempos el pasado 2007. Así que ese concierto iba a ser histórico y la banda había decidido apostar a lo grande con su trabajo y dinero celebrándolo por todo lo alto y en excelentes condiciones. Ese mismo viernes tocó darse una paliza en autobús hasta Valencia, pero sarna con gusto no pica, frase totalmente cierta y que digo a menudo. 

Llegábamos mi querida compañera y servidor a primeras horas de la tarde a la ciudad que se preparaba para sus famosas fiestas, Las Fallas. Tras pasear por calles y por grandes y cuidados parques, decidimos sentarnos en un banco para echarnos algo sólido al cuerpo, acompañados a pocos metros por unos diminutos chavalillos que ejercían de “pequeños terroristas” haciendo explotar una y otra vez petardos. Saciada nuestra hambre y sed andamos de regreso hasta la estación de autobuses para coger un taxi destino a la localidad de Massanassa. El trayecto estuvo bien amenizado por la charla que mantuvimos con el simpático señor taxista, dejándonos en las puertas de la sala. Allí no había nadie, y es que aún faltaban varias horas para la apertura de puertas. Pero al poco tiempo aparecieron Vicente Feijóo y su adorable mujer. Tras los saludos tenemos el privilegio y suerte de que nos hacen pasar a la sala mientras se dan los últimos preparativos para el concierto. 

La sala me pareció fenomenal, bastante grande y me recordó a la Caracol de Madrid, pero más larga, ancha y cuidada, teniendo sus locales de ensayos para bandas. En el amplio escenario el cuarteto comenzaba a probar sonido, tocando el comienzo de “Highway To Hell” los dos Vicentes (Feijóo y “Hueso”). Se sigue probando sonido tocando sólo instrumentalmente, y acompañadas por teclas, “Máquinas”, “Promesas”, el riff de “Smoke On The Water” por Vicente, “Reacciona”… El sonido es genial, y vemos que hay una cámara con su brazo articulado y dos pantallas donde se proyectarán a ambos lados del escenario imágenes del concierto. Mientras veo y escucho las pruebas pienso que va a ser una grandiosa noche. Por allí ya andaban el carismático José Luis Carrasco “Chino” de los míticos Sable, la agradable Anna (Quelonio)…

Se iba a abrir la puerta para que empezara a entrar la gente. Servidor no quería aprovecharse por el simple hecho de ser un mal juntaletras en un webzine y pagué con gusto dos entradas. La sala comenzó a llenarse de peña, no sólo valenciana, me encuentro peña de Madrid (¡ese Vadillo, Paco…!)… y también hay una pareja venida de Francia.

Faltando diez minutos para la media noche Susana del programa radiofónico Onda Salvaje de Mislata Radio, es la encargada de presentar a Zarpa. Acertada elección, nadie mejor que alguien de la tierra para presentar a sus paisanos. Ese cometido iba a correr por cuenta del vocalista Óscar Sancho (Lujuria), pero según me comentaba Vicente, al poco de entrar a la sala, le había llamado ese mismo mediodía diciéndole que no iba a poder estar allí. Él se lo perdió. 

Se apagaban las luces y Rafa Játiva, Vicente Feijóo y Vicente “Hueso” se situaban de cara a Bienvenido Godoy, mientras empezaba a sonar una intro, soltándose después humo y luces, comenzando con la setentera “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”, con teclas en su inicio. Quizás la gente no se esperara ese comienzo con uno de los primeros temas compuestos por la banda, siendo recibido un tanto de manera fría. Aunque Vicente animaba pidiendo manos arribas. Al grupo lo acompañaban dos coristas rubias embutidas en cuero, y un chaval que tocaba teclas y cuando no estaba tras éstas (al fondo a la derecha de las tablas), se sumaba a los coros también al lado de las chicas.

Sin dilación tocaban “Máquinas” y tras ésta, uno de los clásicos más solicitados de la formación, “Cuero y cadenas”, con coros de “Hueso” y Játiva. Avanzábamos, si comparábamos con la anterior, o retrocedíamos a 1984 con la genial y rápida “Reacciona”, con algún molesto acople, y de nuevo con las coristas, y es que según el tema salían a la tarima o se metían entre bastidores. Lástima que la labor de las chicas y el chaval no se percibieran muy bien, al menos desde donde estábamos situados, en las filas de delante, en el centro. 

El vocalista/guitarrista nos daba las gracias y comentaba que no esperaba tanta respuesta de la gente, haciendo mención a la gente que había venido desde diversos puntos, como Madrid, y nos hace que demos un grito por el Rock, para continuar con “Fantasmas del pasado”, donde los coros adicionales quedaban bastante bien. Justo cuando Vicente está cantando le sueltan un chorro de humo, que le da de lleno en la cara y le perjudica algo a la hora de cantar. Un error que no debería haber sucedido y que hace que el bueno de Feijóo se queje de buenas maneras tras acabar el tema. 

Se animaba desde el público al baterista Bienve y presentan un tema que, según Vicente, más cariño le tienen, “La señal”. Tras la composición que apareciera en “Luchadores de la Paz”, el disco de retorno, la gente corea repetidas veces el nombre del grupo. Rafa Játiva pregunta “¿Quién eres tú?”, y arrancan con esa canción, habiendo durante el tema un problema con la guitarra de Vicente, que la tiene que cambiar, sonando la que le dan un tanto desafinada.

Las teclas comenzaban a sonar, sirviendo para introducción de la instrumental “J.S. Bach”, un tema que siempre que lo escucho se me ponen los pelos como escarpias, y más en directo. Al tema en homenaje del compositor clásico le sucede sin parar “El tren para el Infierno”, donde Vicente solicitaba palmas. Comprobándose que el grupo está en un estado de forma genial, saliéndose con maestría a la hora de acometer los temas. 

La peña seguía gritando el nombre del cuarteto, y con las chicas y el chico otra vez en su tarima, hacen la primera canción esa noche de su último disco “El yunque contra el martillo”, “Un mundo perfecto en un mundo siniestro”, con movimientos al unísono de los músicos antes del solo de Rafa Játiva. 

Vicente recordaba su guitarra de toda la vida, 30 años con su S.G. Gibson, para hacer “Avad-on el destructor”, con sensuales movimientos de las coristas, quedándole la canción un tanto rara y no llegándome a gustar. La peña de nuevo un tanto fría ante este tema. 

Algo de respiro para los músicos, pero no para los dedos de Vicente, donde comienza a sacar riffs de su guitarra, seguido por las voces de la gente… para desembocar en otro clasicazo “Llega el castigador”, recordando al antiguo régimen. 

Otro recuerdo a su penúltimo disco, con el tema-título, “Infierno”, donde la batería se comía el sonido de las teclas, y es que en ocasiones los tambores de Bienve sonaban demasiado altos, llegando al final del concierto casi a escucharse la batería demasiado alta y saturada. 

Después de la caña la calma acústica, decía Játiva, comentando Vicente que no iban a cantar rumba ni nada de eso, pero que nos tocaba cantar, y ambos guitarristas con acústicas nos deleitaban con la pieza llena de magia “Preludio”, del último disco, enlazada a la maravillosa “Voces en el Universo”, acompañadas terrenalmente por las voces del público que la cantaba. 

Vicente anunciaba un regalito para más adelante, que no iba a ser Fortu de Obús, que tampoco había podido estar allí esa noche (y yo añado, como dije cuando me enteré, que muchísimo mejor). 

Las teclas sonaban para el comienzo de la genial “Promesas”, con la pareja de guitarristas haciéndonos gozar son esos solos melódicos que le sacan a sus seis cuerdas. Después de la movida “Babilonia la ramera”, volvía a subirse Susana para presentar al invitado especial, en homenaje a Mislata, el “Chino” de Sable. Muy acertado invitado, mucho más que Fortu, y que antes de comenzar el tema, alzaba una botellita de agua y un vaso y gritaba ¡Viva el agua y el Betis! Por fin pude ver en directo la voz original de “Símbolos de rebelión”, el gran clásico de Sable que hizo que nos invadiera por el cuerpo una sensación muy especial y dejarnos la garganta cantando su estribillo. Siempre me arrepentiré de haberme perdido a la banda valenciana abrir para Bonfire y Judas Priest en el Rockódromo de la Casa de Campo (Madrid), y es lo que tuvo juntarse para ese concierto con unos madrileños que pasaban de los grupos que abrían. La gente despidió al “Chino” con una calurosa ovación y repitiendo su apodo. 

Turno de demostrarnos Rafa Játiva sus cualidades, incluyendo en su solo extractos de la archifamosa y archisobada “Smoke On The Water”, “Long Live Rock´n´Roll”… y unir con la pieza maestra “Viena”, acompañada por palmas. Después Vicente presentaba con cariño a Rafa. 

“Las hordas del mal” fue dedicada para el hombre que habían matado ese mismo día, luego me enteré que fue Isaías Carrasco (ex-concejal del PSE), diciendo Vicente que el Heavy estaba contra la violencia y la locura. El vocalista se había vuelto a colgar la guitarra de inicio. Encargándose las coristas de las risotadas finales del tema. 

Presentaban “Los defensores del Rock”, haciendo que vociferáramos la palabra Rock antes de acometer la canción, sonando aún con más fuerza que en su versión de estudio. El tema incluido en su último disco fue enlazado al solo de batería de Bienve, toda una máquina de golpear tambores, y tras la demostración, la pegadiza y buenísima “Fantasía”, haciendo que la cantáramos al unísono y felizmente. 

Recordábamos de nuevo 1984 y como surgió el temazo “Ojo por ojo”, seguida por “El yunque contra el martillo”, retumbando demasiado la batería y el bajo. Los coros quedaron algo histéricos. Otra más del último álbum, “La Zarpa y el Sable”, con algunas líneas vocales de Vicente fuera de lugar. La batería de temas se iban sucediendo y a cual mejor, esta vez le tocaba el turno a “Luchadores de la Paz”. Lástima que estos grandes temazos quedaran algo deslucidos por el retumbar de la batería, como ya he dicho demasiado alta, al menos desde donde estábamos situados. Se despedían, con Vicente dándonos las buenas noches y agradeciéndonos el haber ido allí. 

Salían al instante, aunque Vicente nos pedía que gritáramos con más fuerza, y tocaba despedirse con su canción más grande y conocida, “Herederos de un Imperio”, alargando el tema y haciendo que en su mitad subieran las coristas para presentarlas Vicente: Anna (Quelonio), la otra Ana, y el corista y teclista Fabián. Luego turno de presentar a sus compañeros en Zarpa, Bienve Godoy, Vicente “Hueso”, Rafa Játiva (15 años junto a él), y el ex-Sable, presentaba a Vicente.

Después hubo un momento algo emotivo, pero que quedó un poco deslucido porque parecía que no querían subir, y es que Vicente tuvo el enorme detalle de invitar a antiguos componentes de la formación al concierto, y quiso que tuvieran un mínimo reconocimiento. Así presentaba al guitarrista Javier Hervias, que se demoró lo suyo en subir, aunque por fin pisó las tablas. Eso sí, subían y se retiraban como avergonzados, cuando lo ideal hubiera sido que con todos los presentados se hubieran marcado el final del “Herederos de un imperio”, pero bueno, no querrían. Luego se presentó al batería Jesús Martínez, al hermano de Vicente, Eduardo Feijóo, al batería Manolo Cascales, mención al bajista Gilbert Romero que no pudo estar, y al “Chino” (Sable). Luego siguieron con el tema, jugando con voces con la peña, sucesión de solos, y acabar como viene siendo habitual en sus conciertos, restregando las guitarras y acabando apoteósicamente cerca de las 2.20 h. 

Rotundo éxito de Zarpa celebrando meses después su 30º aniversario (1977 – 2007). La sala se llenó y las camisetas en el puesto de merchandising se agotaron. El concierto fue fabuloso, aunque creo que el sonido no fue lo suficientemente bueno que debería haber sido. Cerca de dos horas y media de Heavy Metal de gran calidad repasando toda su discografía oficial. A ver como queda finalmente el futuro CD y DVD de aquella noche, aunque un pequeño adelanto tuvimos esa madrugada tras el concierto, pero hasta ahí puedo leer, jejeje. 

Una alegría volverme a encontrar con los amigos Rufo, Juan Carlos, “Jevimético”… y comprobar una vez más que la familia Zarpa y sus amistades son, lo que más importa, personas de una gran clase y corazón. Esperamos tener a Zarpa como mínimo un gran puñado de años más y celebrar con ellos su 40º aniversario.

Mientras otros viven de glorias pasadas y del nombre, Zarpa demuestra en disco y en directo que merecen un puesto mayor en este prostituido mundo de la música tan babilónico. ¿Cuándo más de uno/a se dará cuenta? ¡¡¡Larga vida a… ZARPA!!!

Texto: Starbreaker

Fotos: Janny & Starbreaker