
España siempre ha sido un país de complejos. En casi todos los ámbitos, esta sensación de “Quijotes” nos ha hecho pensar que estamos en algún escalón inferior con respecto a lo que hay fuera de nuestras fronteras, lamentando más nuestros defectos que valorando nuestras virtudes. No seré yo quien defienda el chovinismo de los franceses…