AMORPHIS “Tales From The Thousand Lakes” (1994)

¡ Comparte esta noticia !

amorphis_talesfromthethousandlakesOtro de los grupos que más me sorprendió en su día y otro de esos trabajos que has escuchado hasta la saciedad, y que demuestra que en la rama más brutal del género también hay excelentes ideas y músicos competentes.

Estos fineses, tras un debut (“The Karelian Isthmus”) que sorprendió a propios y extraños en la escena Death de la época, cuajó un disco (a mi modo de ver) crucial para lo que vendría después, ya con una notable madurez e incorporando influencias (véase Paradise Lost, que por aquel entonces ya eran grandes) bien disimuladas y asimiladas.

La banda, cuya joven formación en aquel momento era Tomi Koivusaari (voz/guitarra rítmica), Esa Holopainen (guitarra), Olli-Pekka Laine (bajo), Jan Rechberger (batería) y Kasper Martenson (teclados & Moog), supieron salir de los esquemas prototípicos del Death Metal (que, todo sea dicho, dudo que de seguir por ese camino ahora estuviésemos hablando de ellos) e ir elaborando un sonido propio, proceso que continuaría con esa otra joya llamada “Elegy”, pero eso es otra historia…

Las atmósferas de “Thousand Lakes”, una intro apoyada en teclados (como es costumbre en estos casos), nos sumergen en un ambiente gélido al más puro estilo nórdico (y es que se nota que por allí pasan frío…), seguida inmediatamente por “Into Hiding”, de riff poderoso y voz gutural, que ya te avisa de lo que se te viene encima. Destacar ya desde un principio la presencia de la melodía (vamos, que esto no es caña porque sí, de hecho es un disco más bien lento y espeso), así como la aparición de voces ‘normales’, que hacen más dinámico el tema en cuestión.

Una insistente melodía de guitarra abre “The Castaway”, seguida por una sonora guturalidad de Tomi y por la batería de Jan; destacar los toques arábigos que posee el tema, así como el tono melancólico de las guitarras de Esa Holopainen (ya se le veía venir). “First Doom” es un tema a medio tiempo, de guitarras pegadizas (de hecho lo son en todo el disco) y con algún que otro aderezo en plan doble bombo a cargo de Jan.

Y viene el pelotazo del disco, “Black Winter Day”, tema que extrajeron para un mini CD de mismo título (y que contenía entre otras cosas el “Light My Fire” de los Doors!), el cual posee todos y cada uno de los ingredientes del grupo: teclados muy presentes (aquí con solo incluído en la parte central), melodías hiperpegadizas, dibujos de guitarra insistentes, voces guturales aderezadas con voces normales, etc. De los pocos temas de sus inicios que conservan en directo, ahora que son más “hardrockeros”…

“Drowned Maid” arranca de forma rápida (aunque no tarda en pisar el freno), mientras que “In The Beginning” lleva un aire más melancólico (para mí de los mejores del álbum), con unas guitarras que te trasportan literalmente a la Finlandia de los “mil lagos”. “Forgotten Sunrise” nos recuerda la parte más Doom de Amorphis (repito, si lo que te va es el Death rápido y martilleante este no es tu disco), sin apartarse, claro está, de la línea melódica del resto.

“To Fathers Cabin” se abre con un riff muy heavy, al más puro estilo clásico, que va poco a poco in crescendo y que se apoya, cómo no, en numerosos teclados que le dan vida propia. Y el disco se cierra con “Magic And Mayhem”, otro tema denso a más no poder, repleto de melodías y… con parte bailable incluida!

Lo dicho, una excelente muestra de cómo combinar estilos (Heavy, Doom, Death) sin cerrarse y apostando por la experimentación, y otro de esos discos de los que te sientes afortunado por haber encontrado. Enteramente recomendable (los que lo tenéis lo sabéis). Ah, cualquier parecido de esta etapa del grupo con la actual es pura coincidencia, je je…

David Fernández «Bubba»